“EL VIAJE A LA FELICIDAD” LAS NUEVAS CLAVES CIENTÍFICAS
noeliagomezouSíntesis8 de Marzo de 2016
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EL VIAJE A LA FELICIDAD
EDUARDO PUNSET
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PUNSET, E. (2005): El viaje a la felicidad. Barcelona. IMAGO MUNDI
“EL VIAJE A LA FELICIDAD”
LAS NUEVAS CLAVES CIENTÍFICAS
BIBLIOGRAFÍA:
Eduardo Punset nació en Barcelona el día 20 de Noviembre de 1936. Es abogado, economista, escritor y profesor de Ciencia, Tecnología y Sociedad en varias Universidades. Ha sido director economista y redactor en varios periódicos y cadenas de televisión en Estados Unidos y en España.
Punset tuvo un papel destacado en la época de la transición en España como Secretario General Técnico del Gobierno y como Ministro de Relaciones para las Comunidades Europeas. Tuvo un puesto muy destacado en la vida política catalana tras la muerte de Francisco Franco.
Hijo de médico, realizó sus estudios de Bachiller en Los Ángeles, los amplió posteriormente en Londres y París en donde se diplomó.
Es autor de múltiples libros que tratan temas de análisis económico, la reflexión social y la divulgación del conocimiento científico. Actualmente es director y presentador del programa “Redes” y ha ganado multitud de premios por su trayectoria y aportaciones.
DESARROLLO:
Los humanos y los animales compartimos gran parte de la estructura cerebral, en lo referente al cerebro reptiliano o primitivo (más inconsciente, responsable de las acciones encaminadas a la supervivencia). Sin embargo hasta la fecha se creía que los animales no tenían emociones, ni conciencia, ni inteligencia. Actualmente la neurología tras múltiples investigaciones, acerca cada vez más el viaje a la felicidad de unos y otros.
El miedo es una de las fuentes que nos aleja de la felicidad, por ello los seres humanos a lo largo de las civilizaciones inventaron la política y la religión (fuentes de poder que parten desde la invención de la agricultura y el descubrimiento de que una persona podía tener poder sobre otra), para que les protegiese de ese temor, sin embargo, eso se ha convertido en una fuente de sometimiento, poder, terror…en lugar de lo contrario.
¿Existe la felicidad en reptiles y mamíferos no humanos? ¿Nos sirve el estudio de estos para mejorar la felicidad?
Según los análisis científicos que se plantean en este libro, no hay diferencias visibles entre el cerebro de un cerdo y el del ser humano. En este capítulo el autor divide el cerebro en tres partes: el cerebro reptiliano, responsable de las funciones básicas de supervivencia; cerebro gestor, responsable de la gestión de las emociones y neo córtex, más desarrollado que en otras especies.
Por tanto no se puede pensar que los pioneros a nuestra especie eran meras máquinas que reaccionaban tan solo frente a estímulos externos, sin emociones, ni inteligencia ni conciencia. John Bonner, cree que la inteligencia es una constante sea o no animal y que no se puede asegurar que no tengan conciencia.
Ej.: se hizo un experimento de moho murciélagoso, que es como una ameba gigante con miles de núcleos y se demostró que dentro de un laberinto son capaces de encontrar el camino más corto. ¿Es esto inteligencia?
Cuando estas amebas tienen comida suficiente y las condiciones ambientales son buenas se comportan de forma individual, sin embargo, cuando la comida y las condiciones escasean o cambian, el estrés que esto les provoca hace que se unan y formen un solo ser. Una vez encuentran comida se separan nuevamente.
El autor nos presenta todas aquellas premisas que considera que nos unen a los animales como:
- La felicidad está escondida en la sala de espera de la felicidad.
Es decir, en el hipotálamo de nuestro cerebro (nuestro y de los animales también) existe lo que se conoce como circuito de búsqueda y la felicidad radica en la búsqueda de ese objetivo y no en el objetivo en sí. Es decir, lo que nos hace felices es alcanzar la expectativa de comer, por ejemplo, y una vez la alcanzamos no nos produce mayor felicidad el acto de comer sino la búsqueda en sí. Por lo que la felicidad está escondida en la sala de espera de la felicidad.
- El conocimiento se adquiere observando a los demás.
Siguiendo con los animales, se nos explica que la mayor parte de los experimentos se realizan mediante los sistemas de prueba-error/recompensa- castigo. Pero también existe lo que se conoce como aprendizaje observacional.
Ej.: El loro Alex, de la doctora pepperberg aprendía de lo que su dueña le enseñaba a un tercero y no por aprendizaje directo. A través de escuchar y observar a su propietaria y a ese tercero, fue capaz de distinguir colores y formas geométricas.
Se dice por tanto que para ser feliz, es necesario disponer de un tercero con el que querer compartir y aprender.
- Lo peor que se puede hacer a animales y humanos es aterrorizarlos.
Temple Grandin (autista) ha comprendido que los mecanismos emocionales del autismo están a medio camino entre los animales y los humanos. Tanto unos como otros, no calibramos el miedo necesario para sobrevivir, con precisión, ante el grado de amenaza.
Por lo que, lo verdaderamente importante para alcanzar la felicidad radica en la ausencia de miedo, nuestro estado de alerta puede llegar a convertirse en terror y por tanto incapacitarnos de esa felicidad.
- Reptiles y mamíferos compartimos la resistencia al cambio y la novedad.
Sin cierta curiosidad no sobreviviríamos (no buscaríamos alientos, pareja, trabajo…etc.) Pero en general las novedades implican cierto temor a adaptarnos a nuevas reglas, el rechazo a adaptarnos a q las cosas cambien y que no basta con las convicciones que tengamos. Esta situación nos aleja de la felicidad y nos causa frustración y disgusto.
Del mismo modo se nos presenta aquello que en principio nos distingue de los demás:
Nos dicen que la felicidad depende de la interacción con temas que en un primer momento no formaban parte de nuestros esquemas iniciales. Los humanos a diferencia de los animales somos capaces de mezclar emociones: amar y odiar a la ver. Un perro es fiel porque es incapaz de amar y odiar a su amo a la vez. El viaje a la felicidad, nos lleva en ocasiones, a adaptarnos a la vida sentimental de mezclar emociones y cometemos el error de prejuzgar y prejuzgarnos, a no ver los matices los grises de las cosas. Esto nos aleja de la ansiada felicidad.
- LA FELICIDAD UBICADA EN EL CEREBRO PRIMORDIAL.
Como sabemos las emociones se gestionan desde la amígdala y el hipotálamo en la parte primitiva de nuestro cerebro reptiliano o primitivo. Un organismo con mucha inteligencia pero falto de emociones estaría incapacitado para evolucionar, x lo que en definitiva, sería menos inteligente.
Según la ciencia hay dos canales de decisión con los cuales gestionamos los recuerdos: uno más lento y preciso, es decir el canal de la lógica, cuando necesitamos llegar a la respuesta y tenemos tiempo e información, se recurre al racionamiento de las cosas; y uno rápido y turbio, las emociones trabajan cuando no hay tiempo y la información es escasa, la búsqueda de respuesta se anticipa al sentimiento. No hay un mecanismo consciente.
Las emociones afectan, por tanto, a la memoria, nos explican que en los seres humanos el cerebro trabaja con datos reales y también imaginarios, ya que es un órgano en constante transformación que para ser capaz de conservar la información, necesita reescribir sobre la que ya existía. Por lo que, cada vez que recordamos algo lo estamos reconstruyendo. Creemos recordar fielmente aquello que nos sucede y la realidad es bien distinta, ya que si tuviésemos que volver a recordar lo mismo pasado el tiempo, los datos serían muy distintos. La felicidad por lo tanto, se construye de algún modo con recuerdos reales e imaginarios.
Es decir, a la hora de interpretar los recuerdos, cuando no hay tiempo ni información se acude a la memoria, es decir, a los recuerdos. La gestora de las emociones de la felicidad es en primer término la memoria real e inventada. La memoria no siempre evoca recuerdos reales, sino que creemos con certeza que las cosas sucedieron en nuestra vida de un modo y que si se comprobase dicha historia serían inciertas. Al recordar, volvemos a recordar.
Ej.: Un experimento demostró que cuando explosionó la nave Columbia un profesor pidió a los alumnos lo que sabían sobre el tema, al año siguiente les hizo la misma pregunta y habían cambiado mucho lo que ellos describieron aun estando convencidos de que lo recordaban a la perfección.
La mente sufre transformaciones y se relaciona el significado que algo tiene para nosotros con la información verídica. La felicidad por tanto, es una emoción compartida con otros animales, se gestiona desde la misma parte del cerebro primitivo y que se inicia en el pasado.
El autor nos dice que en cualquier proyecto para alcanzar la felicidad, tanto al principio como al final, es necesario que exista una emoción. Sin emociones, nuestra especie se hubiese extinguido hace muchos años. Hoy en día se puede afirmar que una persona sin emociones es menos inteligente que otro que si disponga de ellos o sepa controlarlos. Según el autor, es tan negativo no tener emociones como no ser capaz de controlarlas.
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