Educacion
gablink3 de Julio de 2014
3.390 Palabras (14 Páginas)218 Visitas
Historia de la educación en Argentina
La educación en la República Argentina empezó a tener peso a partir del presidente Domingo Faustino Sarmiento. Sarmiento fomentó la inmigración y trajo educadores estadounidenses y europeos1 y construyó escuelas y bibliotecas en todo el país, que terminó con doblar la inscripción de alumnos al final de su mandato. El día del maestro coincide con el día en el que murió Sarmiento, el 11 de septiembre, para conmemoración del trabajo realizado por tal presidente.
Domingo Faustino Sarmiento, quien fue el principal impusor de la educación de Argentina.
En los primeros años de poblamiento del actual territorio argentino, la educación estuvo centrada en la escolaridad primaria a cargo de las órdenes religiosas (franciscanos, dominicos y más tarde, jesuitas) y basada en la evangelización y en el uso del idioma español con carácter obligatorio.
Probablemente haya sido durante la gobernación de Hernando Arias de Saavedra (Hernandarias) cuando se establecieron las primeras escuelas en el actual territorio argentino. En 1609 concurrían a estos establecimientos unos 150 alumnos. Hubo algunos intentos por parte del estado de ampliar la educación pública como por ejemplo la obligación por parte de los Cabildos de proveer con fondos públicos, de casas apropiadas a las escuelas y la admisión de un cierto número de alumnos, con certificado de pobreza expedido por el propio cabildo, a los que debía darse igual educación que a los demás. Se cobraban aranceles de un peso por mes para leer y dos pesos para leer, escribir y contar.2
En 1613 se fundó la primera universidad del país: la Universidad de Córdoba, a manos de jesuitas y dominicos, sustentada en una concepción filosófica aristotélico–tomista, proponiéndose como objetivos formar al alto clero y a la burocracia colonial.
A partir del siglo XIX la burguesía criolla adoptó los ideales de la Ilustración. La educación se orientó hacia el comercio, la marina, la agricultura y los oficios, con carácter práctico y utilitario. Autores como Copérnico, Descartes o Newton no formaron parte del corpus de textos universitarios.
Los primeros esfuerzos sistemáticos por impulsar la educación, a todos sus niveles, se rastrean hasta Manuel Belgrano. Durante su labor como Secretario del Consulado de Comercio de Buenos Aires, fundó la Escuela de Náutica y la Escuela de Matemáticas. Impulsó incansablemente la creación de la Academia de Geometría y Dibujo y abogó por la creación de una Escuela de Comercio, una academia de Matemáticas y otra de Arquitectura y Perspectiva. Belgrano impulsó la educación tanto primaria, técnica como universitaria, en un contexto hostil, donde la Corona boicoteaba cualquier esfuerzo de educación en las colonias. También aboga Belgrano por la educación de las mujeres, algo poco común a comienzos del siglo XIX. El fervor de Belgrano por la educación puede entenderse cuando este destina íntegramente las recompensas monetarias como trinfador contra las fuerzas realistas a la creación de cuatro escuelas primarias, pero acaba muriendo sólo y en la pobreza.
Lograda la independencia argentina en 1816 y ante la carencia de profesionales de la educación se implementó el sistema lancasteriano (el General San Martín fue uno de sus defensores) que, apoyándose en alumnos monitores, intentaba compensar las desigualdades del simultaneísmo en el aula. Se trataba, no obstante, de una educación memorística sustentada en una férrea disciplina.
La Constitución Nacional
La Constitución Nacional de 1853 estableció el derecho a educar y enseñar como una responsabilidad atribuida a los gobiernos provinciales. Uno de los pioneros en tal sentido fue el gobierno de la Provincia de Corrientes. Una ley de 1857 estableció como uno de los destinos de la renta la fundación de escuelas. En esa dirección, se realizaron las primeras experiencias en la Provincia de Buenos Aires, que sancionó su Ley de Educación en 1875. Las bibliotecas populares en tanto, cubrían la instrucción de las mujeres y fue Juana Manso la primera Directora de una escuela mixta en Buenos Aires. En 1864, a instancias de Bartolomé Mitre, se fundó el Colegio Nacional de Buenos Aires sobre la base del Libres del Sur y con dependencia de la Universidad, creada en 1821. Sobre este modelo institucional crecieron otros colegios nacionales en Catamarca, Tucumán,Mendoza, San Juan y Salta.
Durante este período abrió sus puertas la Escuela Normal de Paraná, paradigma del normalismo y, a instancias de Sarmiento, arribaron al país 65 maestras estadounidenses que fueron afectadas a la formación de docentes. Así llegaron Mary O´Graham, las hermanas Dudley, Serena Frances Wood, Julia Hope, Frances Nyman, entre otras. En 1870 Serena Frances Wood ―que había creado en Virginia la primera escuela para los esclavos que acababan de ser liberados tras la guerra civil― fundó en Buenos Aires la Escuela n.º 1, cerca de Retiro.
La primera huelga
Durante la presidencia de Julio Argentino Roca, en 1881, se produjo la primera huelga docente en la Argentina. Las maestras de la Escuela Graduada y Superior de San Luis, encabezadas por su directora, Enriqueta Lucero de Lallemant, llevaron adelante la medida de fuerza en reclamo por el atraso en el pago de sus sueldos y en contra de los recortes en los sueldos de todos los empleados públicos que se venían aplicando desde 1874 durante la presidencia de Avellaneda, que decidió enfrentar la crisis económica rebajando los sueldos y despidiendo personal estatal.
Las señoritas maestras
En Argentina más del 90% de los maestros primarios son mujeres. En 1870 Nicolás Avellaneda escribía:
La experiencia ha demostrado efectivamente que la mujer es el mejor de los maestros, porque es más perseverante en la dedicación a la enseñanza, desde que no se le presentan como al hombre otras carreras para tentar su actividad o ambición y porque se halla, en fin, dotada de todas esas cualidades delicadas y comunicativas que la hacen apoderarse fácilmente de la inteligencia y de la atención de los niños.
Nicolás Avellaneda
Este tipo de apreciaciones, en consonancia con el marco cultural de la época, hicieron de la docencia una actividad predominantemente femenina. Entre 1874 y 1921 se graduaron 2626 maestras y solo 504 maestros varones, una proporción que se volvió aun más desigual con el correr de los años debido a la permanencia de estereotipos de género fuertemente consolidados.
Entre algunas de las educadoras mujeres más influyentes de los siglos XIX y XX en Argentina fueron: Matilde Filgueiras, Juana Elena Blanco, Ada María Elflein, Sara Justo,Josefina Passadori, Ángela Peralta Pino y Clotilde González de Fernández, entre otras.
Finaliza el régimen conservador
La educación tuvo un papel central en la constitución de la nación, considerada una condición esencial para hacer del país una república. En ese marco Julio A. Roca sancionó la Ley n.º 1420 de Educación Común, estableciendo su carácter obligatorio, estatal, laico y gratuito. Sin embargo, este impulso del Estado a la educación pública universal entró pronto en contradicción con el sistema político restrictivo. Las consecuencias de esta tensión estallaron en las primeras décadas del siglo XX, cuando los nuevos sectores medios en expansión pusieron fin al régimen conservador.[cita requerida]
En las primeras décadas del siglo XX, la población escolar se duplicó, alcanzando prácticamente al 70% de los niños de 6 a 13 años de edad. Hacia 1910, en el marco de los festejos del Centenario, se profundizaron los contenidos patrióticos a fin de consolidar una concepción unificadora de la identidad nacional. En esta línea de acción, se había sancionado la Ley Láinez, que señalaba claramente el influjo del Estado nacional en los sistemas educativos provinciales. Por otra parte, en la universidad tuvo lugar una profunda democratización en los claustros, a través de la Reforma universitaria de 1918. Paralelamente, la discusión sobre la reforma en la enseñanza media entre 1916 y 1917, giró en torno al proceso de ampliación política.
En diciembre de 1943, al final de la Década Infame, la dictadura de Pedro Pablo Ramírez restableció la educación religiosa en las escuelas públicas.
Educación técnica
La educación técnica en la Argentina tiene una larga historia de ya más de un siglo. Su primera manifestación se dio en 1871, en los colegios nacionales de Salta (con el Departamento Agronómico Anexo), y de San Juan y Catamarca (con los departamentos de minería), de acuerdo a documentos de la Academia Nacional de Educación.
En 1897, se creó en Buenos Aires el Departamento Industrial como anexo de la Escuela de Comercio Carlos Pellegrini. Para 1899 se independiza, transformándose en la primera escuela industrial de la Nación, con el nombre de Escuela Técnica Otto Krause. Esta fue creada bajo el modelo alemán de escuela tecnológica orientada a los principales procesos productivos: mecánica, química, electricidad y construcción. Hacia 1910 era un instituto de prestigio internacional, al punto que sus egresados comenzaron a tener posiciones de relevancia en la industria, desplazando en muchos casos a los ingenieros universitarios.
Paralelamente, se produjo el surgimiento de las llamadas «escuelas de artes y oficios», como fue el caso de las escuelas Raggio fundadas en 1924. Estas escuelas tenían la particularidad de integrar en un mismo espacio disciplinas técnicas y artísticas, vinculadas con movimientos como el Arts and Craft y escuelas similares europeas como laBauhaus (1919-1933).
Se puede decir que la pujanza industrial del primer cuarto
...