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Educacion


Enviado por   •  22 de Abril de 2015  •  1.594 Palabras (7 Páginas)  •  145 Visitas

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El presente ensayo enfatiza el proceso esencial que el alumno debe desarrollar en sus prácticas de lecto-escritura. La lectura debe ser privilegiada como un proceso de aprendizaje útil en las prácticas sociales del lenguaje que con el paso del tiempo se van adquiriendo para su formación personal e intelectual. A lo largo de la vida, el alumno hace uso del lenguaje comunicativo expresando lo que piensa, imagina o siente pero no decodifica la dificultad que presenta al no comprender algún texto. Para dar un cambio a estas complicaciones, se proponen algunas sugerencias que permitan potenciar el hábito lector en los alumnos y que estas, faciliten el entendimiento continuo de la interpretación de libros a partir de lo más fácil a lo más complejo.

El adolescente en el proceso escolar enfrenta retos distintos. Definen la capacidad que como alumnos deben desempeñar en su formación estudiantil. Generalmente subyace un papel importante, ya que deben formar parte de una sociedad cambiante que desprenda habilidades aptas a su conocimiento mediante los hábitos de lectura y escritura.

Es importante reafirmar que el adolescente como alumno instruido en la práctica letrada, en términos generales, no resulta competente debido que al leer y escribir comprende lo que dichos suscitados requieren para su interpretación.

Un recurso fundamental que puede definir si el educando es competente o no, es mediante el proceso de alfabetización. Este proceso inicia desde el hogar en las primeras nociones de su desarrollo. A medida que avanza en su crecimiento es apto para entrar a una sociedad en la cual, debe adentrarse a las primeras nociones del lenguaje y la comunicación. El alumno generalmente tiende a adentrarse a la particularidad letrada. Con el paso del tiempo se va fomentando para ser aceptado por una sociedad mediante sus habilidades y capacidades que lo adentren a los yacimientos intelectuales en el proceso de alfabetización.

El adolescente en esta etapa solo se preocupa por sus intereses, gustos, aficiones, que los divierta y que los correlacione en la sociedad para ser aceptados como tal en el proceso de identidad descubriendo lo que son y lo que quieren ser. Resulta complicado que el alumno decodifique la lecto-escritura despertando el interés propio al recurrir a un libro y llenarse de saberes maravillosos que las páginas pueden traer a su vida; un mundo nuevo que va descubriendo a medida que construye su conocimiento.

El educando alfabetizado deberá instruirse en las prácticas lectoras resulten complicadas y tediosas. Generalmente el alfabetizado es aquel que puede leer y escribir de manera adecuada lo que piensa, imagina y siente.

Como definir un alumno letrado o iletrado, alfabetizado o analfabeta, si los parámetros educativos en adentrar al joven a la lectura, no resultan positivo. Se puede decir ¡Puedo leer pero no entenderlo!, adjuntar palabras con fluidez pero no descifrarlas. Estos son los retos que día con día los jóvenes van descubriendo al no comprender alguna línea plasmada en algún texto que obstruyen su interés y se adentran a situaciones que rompen con ese círculo de confusión. ¿Por qué resulta una tortura algo tan maravillo? Es lo que día con día me pregunto. Un libro, una página, una palabra que enfatice y enriquezca su conocimiento, esa perseverancia por despertar el interés que conlleva a mundos nuevos, explorar entre líneas lugares jamás antes vistos y que pueda recorrer una vida sin haberla vivido.

Pues bien, he de decir que para definir a un alumno como letrado o iletrado, las habilidades lingüísticas y cognoscitivas en el proceso de escritura, debe fomentarse en las prácticas útiles, significativas, vicarias a conocer un mundo distinto en la lectura.

El adolescente como buen lector debe reconocer las habilidades que pueda tener al leer un texto con mayor fluidez y facilidad de entendimiento, partiendo de lo fácil a lo complejo. Si la lectura es fomentada, podrá comprenderse sin dificultad alguna. La lectura no es fácil, todo debe llevar un proceso en el cual pueda ser entendido a medida que se va adentrando a la práctica letrada.

Despertar la curiosidad por la lectura sufraga un entorno fascinante: el mundo del saber. No hay porque ver a un libro como sinónimo de aburrimiento o terror sino encontrarle el verdadero sentido para apreciar lo que las líneas pueden transmitir y dejar un aprendizaje significativo en la vida del adolescente.

Al someter a alumno de manera rígida u obligada en los círculos lectores y llenarlo de libros atiburrados de letras sin tener interés, solo resultará un error en el proceso de aprendizaje y los métodos serán fallidos. “La lectura no tolera imperativo”1, es decir, no exige una orden de rigor a tomarla por obligación. No tiene por qué exigir a prisa que se deba aprender correctamente a leer, sino que debe ser un énfasis productivo en la vida del adolescente con temas que despierten esa inquietud por enriquecer un saber cada vez mayor. Leer implica

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