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Educación Pública En El SXIX Colombia


Enviado por   •  6 de Junio de 2013  •  4.291 Palabras (18 Páginas)  •  289 Visitas

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Educación Pública en el S.XIX

Este trabajo intentara, mediante el resumen de la investigación hecha de los textos citados, resumir el panorama de la educación pública en la Colombia del siglo XIX. Primero plantearemos lo acontecido en los años anteriores, con el fin de contextualizar la tesis que se planteara después de la primera parte. Después se evaluara la evolución de la educación teniendo en cuenta las reformas liberales de la primera parte del siglo tratado, la primera guerra civil en Colombia, y la regeneración, entendiendo que estos procesos coyunturales, y el cambio de paradigma que enarbolan, cambian la participación del estado en el ámbito económico y social. por último se evaluará el carácter de la educación incluyente, o no, y la herencia que estos primeros rasgos de educación pública prevalecen o no en un estrecho análisis de lo que sucede hoy en día.

La educación es una parte esencial de las redes que nos configuran como sociedad, ya que aparte de constituir un vehículo de transmisión y conservación de la cultura transporta en sí misma la posibilidad de desarrollo cultural, ya que al implicar la transmisión de conocimientos, resulta en sí misma, una ganancia social.

En la colonia, para el Virreinato de la nueva granada, la iglesia fue la encargada de la educación, debido a la visión y el compromiso de los españoles con la iglesia. El primer modelo de “educación” fue la evangelización y después de esto, con las encomiendas la imposición de la doctrina cristiana, y con ella la enseñanza de normas, pautas, junto con el aprendizaje de la lengua española.

Así pues, para el siglo XVII existían en la nueva granada cuatro comunidades religiosas: Los franciscanos (1509), los dominicos (1529), los agustinos (1575) y los jesuitas (1610); las cuales en un inicio tenían la misión de evangelizar, y formar a nuevos sacerdotes para que evangelizaran; debido a la extensa población, y a la escasa cantidad de europeos en Suramérica (los cuales en un inicio eran los únicos con la posibilidad de convertirse en sacerdotes), los seminarios, conventos y colegios empezaron a formar a criollos y mestizos. Siendo así en 1605 inaugurado el Colegio Mayor de san Bartolomé y en 1623 la Academia Xaveriana (Jesuitas) y en 1524 el Colegio Mayor del Rosario (dominicos), los únicos establecimientos que tenían permitido expedir títulos universitarios en artes, teología o cánones.

Esta realidad se interrumpió cuando en la segunda mitad del siglo XVIII, los borbones implementaron su despotismo ilustrado para reformar la colonia; el debate sobre la educación en el marco de las reformas llego a tocar la inclusión, o no, de las llamadas ciencias útiles, además del papel de la iglesia en este proceso. Así pues en 1767 se expulsaron los jesuitas de la colonia, en 1774 y 1779 se reformo la educación superior, y en 1783 se realizó la expedición Botánica para responder al movimiento de la Ilustración.

Estos movimientos impulsaron a particulares a comprar los antiguos predios de los jesuitas expulsados y se vincularon a la enseñanza de manera espontánea y sin vinculación del estado; Mientras la corona empezó a formular las primeras nociones de las instituciones públicas y la enseñanza de las primeras letras. Así pues nacieron las primeras escuelas públicas, las cuales estaban bajo la administración de los cabildos en villas, y ciudades, los cuales tenían un presupuesto para abastecer los gastos. Durante esta época fueron numerosas las peticiones para la fundación de nuevas escuelas, y la contratación de nuevos maestros (los cuales ganaban entre 200 y 300 pesos anuales) y dedicaban su profesión a la enseñanza de la educación moral y religiosa de los escolares y los conocimientos básicos de lectoescritura.

El vacío que dejaron los jesuitas fue aprovechado para que además de lo que anteriormente mencionaba, para que en 1774 Francisco Antonio Moreno y Escandón una propuesta para que los criollos recibieran educación superior con el fin de poder desempeñar cargos públicos, propuesta que fue rechazada por los Dominicos y refutada por la corona, este evidentemente no fue el único intento de reformar la educación superior, incluso algunas teorías fueron puestas en práctica, pero años más tarde clausuradas; estos intentos reformistas aunque tímidos representaron “intentos notables por reacomodar los contenidos del saber y los métodos de enseñanza a las necesidades económicas sociales y culturales del nuevo reino de granada” (Herrera, La educación en la historia de Colombia, 2007, pág. 74)

No podemos intentar hacer una descripción de la educación en Colombia sin reseñar la expedición botánica de 1783, que a manos de José Celestino Mutis pretendía hacer un inventario de los recursos naturales del reino, con el fin de ponerlos al servicio del avance económico y científico.

Después de esta estrecha introducción a los años previos a el siglo XIX y quizá los primeros (recordemos que la expedición botánica duro 33 años es decir hasta 1816) lo que pretendo plantear a continuación es que si bien la educación tuvo intentos de ser publica, e incluso formar una universidad a manos del estado, este último jamás se interesó por una verdadera educación para el pueblo, y que si le sumamos a esto los cambios liberal – Conservadores en constituciones, leyes y administración gubernamental resulta una educación pública incipiente e impotente ante las necesidades pedagógicas, culturales e históricas de Colombia.

Así pues, con estos antecedentes, quizá macabros por parte de la evangelización, y conociendo que la tierra latinoamericana esta rociada de sangre y dolor, la pregunta que surge para aplicar el análisis en el siglo XIX, es ¿Cómo evoluciono la educación pública, básica y profesional, durante el siglo XIX, en su cobertura inversión y eficacia?

Hay que tener en cuenta que si bien la educación pública antes de la independencia era incipiente, durante la guerra de independencia, la situación empeoro en todos los casos; primero por la necesidad independentista de inversión humana y capital, es decir, muchos cabildos preferían aportar en factor humano y en factor económico a la guerra independentista, ya sea para apoyar el ejército real, o al ejercito emancipador; y segundo, ya que la guerra de independencia por su carácter transformador significo un cambio en muchos aspectos, y la necesidad de la elite criolla de replantear el modelo de nación que deseaban para Colombia. El cambio fue esencialmente (y ya que inicialmente no plantearon un cambio en la esencia de las formas del estado) en los principios de legitimidad, que procuraba inspirarse en el mandato del pueblo. Pero este intento, que si bien intentó crear una república incluyente,

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