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El Inti Raymi


Enviado por   •  30 de Junio de 2015  •  4.743 Palabras (19 Páginas)  •  1.632 Visitas

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ANTECEDENTES

Inti Raymi (en quechua ‘fiesta del sol’), antiguamente llamada Wawa Inti Raymi (fiesta del sol niño), era una ceremonia incaica y andina celebrada en honor de Inti (el padre sol), que se realizaba cada solsticio de invierno (24 de junio, en el hemisferio sur). Los actuales pobladores de los países andinos, con la presencia de visitantes nacionales y extranjeros, continúan realizando esta tradición, ahora considerada una ceremonia de interés turístico. Al tratarse de una tradición inca, el Inti Raymi se mantiene como un rito para muchas otras comunidades indígenas de legado incaico, algunas de las cuales están asentadas en otras partes del antiguo territorio inca, como en Ecuador, Colombia, Chile, norte argentino (Jujuy) y Bolivia.

Durante la época de los Incas, el Wawa Inti Raymi fue instituido por el inca Pachacútec en la década de 1430 dC, como parte de su reorganización político-administrativa del estado inca, y era un ritual para legitimar el control imperial sobre los pueblos sometidos. El raymi del solsticio de invierno era uno de los dos mayores festivales celebrados en honor al sol en el Cusco. El otro festival era el Capaq Inti Raymi, (fiesta del gran sol) celebrado por los Incas en el solsticio de verano en el hemisferio sur (21 de diciembre). Según relata el mestizo peruano Inca Garcilaso de la Vega (1539-1616), el Wawa Inti Raymi significaba que el dios Sol renacía para dar inicio a un nuevo ciclo anual, el "tiempo circular inca" (debido a que no concebían el tiempo como lineal sino como un círculo cronológico)[ así como el origen mítico del Inca, quien fue enviado por el Sol (como dios ordenador de las acciones de las poblaciones del antiguo mundo). Su celebración duraba 15 días, en los cuales había danzas, ceremonias y sacrificios. El último Wawa Inti Raymi con la presencia del Inca fue realizado a partir del 21 de junio del año 1535.

HISTORIA

En la época de los incas, esta ceremonia se realizaba en la plaza Huacaypata (hoy Plaza Mayor4 del Cusco), con la asistencia de la totalidad de la población de la urbe, tal vez unas cien mil personas. Con la llegada de los españoles, fue suprimida.

En el solsticio de invierno sucede el día más corto y la noche más larga del año. Durante la época incaica, ese hecho revestía fundamental importancia, pues era el punto de partida del nuevo año, que se asociaba con los orígenes de la propia etnia inca. Garcilaso de la Vega nos dice que era ésta la principal fiesta y a ella concurrían «los curacas, señores de vasallos, de todo el imperio [...] con sus mayores galas e invenciones que podían haber». Por lo tanto, era también una festividad con alto contenido político porque legitimaba la sujeción de los pueblos cometidos al estado inca. Así, los representantes de los pueblos conquistados reiteraban su lealtad al emperador. La preparación de la festividad era estricta, pues en los previos «tres días no se comía sino un poco de maíz blanco, crudo, y unas pocas de yerbas que llaman chúcam y agua pura. En todo este tiempo no encendían fuego en toda la ciudad y se abstenían de dormir con sus mujeres». Para la ceremonia misma, las vírgenes del Sol preparaban unos panecillos de maíz.

Ese día, el soberano y sus parientes esperaban descalzos la salida del sol en la plaza. Puestos en cuclillas («que entre estos indios es tanto como ponerse de rodillas», aclara el cronista), con los brazos abiertos y dando besos al aire, recibían al astro rey. Entonces el inca, con dos vasos de madera (el kero era de madera, no de oro, ellos asimilaron este vaso ceremonial de la cultura tiahuanaco), brindaba la chicha de jora: del vaso que mantenía en la mano izquierda bebían sus parientes; el de la derecha era derramado y vertido en un tinajón de oro.

Después todos iban al Coricancha y adoraban al sol. Los curacas entregaban las ofrendas que habían traído de sus tierras y luego el cortejo volvía a la plaza, donde se realizaba el masivo sacrificio del ganado ante el fuego nuevo que se encendía utilizando como espejo el brazalete de oro del sacerdote principal. La carne de los animales era repartida entre todos los presentes, así como una gran cantidad de chicha, con la que los festejos continuaban durante los siguientes días.

El Inti Raymi es y significa “Festividad Sagrada del Sol”. Su origen histórico se remonta a los inicios del Imperio de los Incas en el Cusco, aunque también tuvo especial relevancia en el norte andino del actual Ecuador. Desde sus orígenes, el fundamento básico de esta festividad, la más importante en el Calendario festivo de los pueblos indígenas de los Andes, es el Culto al Sol. Es el tiempo de agradecerle por su Luz, agradecer por las cosechas y exaltar la fecundidad de la tierra (La “Pacha Mama”) en lengua kichwa. Fue y sigue siendo una festividad de alta connotación espiritual también. Para los españoles, el Inti Raymi se tradujo como “Pascua Solemne del Sol”.

Elementos gravitantes de esta celebración son la posición geográfica y astronómica de los pueblos localizados en los altos Andes, cerca o en plena latitud cero del planeta; así como los ciclos agrícolas de siembra y cosecha que practicaron los pueblos nativos desde hace siglos, en base a sus estudios y conocimientos de los movimientos del Sol y la Luna.

En la actualidad el Inti Raymi se celebra con especial fuerza en las provincias del norte andino del Ecuador y consiste en varios días, a veces semanas y hasta meses de multicolores festividades, cargadas de simbolismos ancestrales, desde la cosmovisión indígena. Epicentros mayores de esta celebración son varias poblaciones de Imbabura como Otavalo, Peguche, Cotacachi, etc., así como las poblaciones de Cayambe y Zuleta, al norte de Quito, en la provincia de Pichincha.

Las celebraciones incluyen coloridas representaciones teatrales populares de enorme dinamismo, con personajes mitológicos como el Aya Uma, líder espiritual de los pueblos, protector de la naturaleza, administrador de las energías espirituales de las montañas y personaje principal de estas representaciones, quien lleva un vestuario multicolor donde cada elemento tiene un especial significado. Su rostro y cabeza están cubiertos por una gran careta que tiene dos lados de modo que de frente o de espaldas, se observan los elementos simbólicos de cada uno de sus rostros.

Origen

Su origen histórico se remonta a los inicios del Imperio de los Incas en el Cusco, aunque también tuvo especial relevancia en el norte andino del actual Ecuador. Desde sus orígenes, el fundamento básico de esta festividad, la más importante en el Calendario festivo de los pueblos indígenas de los Andes,

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