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El Niño, El Zorro Y La Abuela


Enviado por   •  7 de Noviembre de 2012  •  501 Palabras (3 Páginas)  •  484 Visitas

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El niño, la abuela, la vaca y el zorro

Había una vez un pueblo en las serranía de Ayacucho, un niño llamado Vicente Huamán quien vivía con su abuelita llamada Esther Sandoval de Huamán. Tenía la anciana mujer una chacra de la cual cosechaban maíz, papa, calabazas y otros vegetales, ellos se alimentaban de sus cosechas y de la leche que obtenían de su vaca moteada Gloria.

Un día doña Esther se sorprendió al no ver a su vaca en el establo:

_ Tayta Chanty, que se ha hecho de mi vaquita Gloriacha, no está, Vicente levántate y vé a buscar a la vaca.

Vicente corrió en busca de su abuela que lloraba desconsoládamente :

_Ya voy abuelita, me pongo mis ojotas y voy a buscar a la Gloriacha.

Mientras tanto en el paraje cercano al rio que surcaba las chacras del pueblo, se encontraba un zorro de color caramelo, con sus orejas en punta y con su hocico húmedo, tal vez imaginando que lo vendrían a buscar.

Pero, ¿porqué? Porque el astuto zorro había engañado a la vaca para que fuera al paraje y allí poder hacer de las suyas. Este zorro era un opa, ¿cómo un zorro va a comerse a una vaca?.

Cuando la vaca Gloriacha estaba comiendo pasto en el paraje, llegó Vicente y muy contento fue a abrazar a la vaquita, derepente vió al zorro y de inmediato comprendió que era él quien había traído con engaños a la vaca hasta ese lugar.

Vicente lo persiguió hasta darle un par de patadas en toda la panza al zorro, _ Vas a ver sinvergüenza le voy a decir a mi mamacha Esther que te has llevado a su Gloriacha.

El zorro lastimado por las patadas de Vicente, se refugió por los agaves que crecían a lo largo del camino que conducián al pueblo.

Vicente llega a la casa de su abuela con la vaca, la anciana emocionada abrazó a su vaquita y la limpió con mucho cariño y le dio de comer de los vegetales que crecían en su chacra.

Al día siguiente, doña Esther preguntó a su nieto donde había encontrado a la vaca, y este respondió:

_ La tenía el viejo zorro ,él que algunas veces se comía tus gallinas, pero no lo volverá a hacer porque le dí patadas en su panza que no le quedarán ganas de comer por un año.

_Ese zorro sonso me las vá a pagar, por llevarse a mi vaquita.

Al la mañana siguiente doña Esther preparó un potaje con carne de res y en una olla vieja lo combinó con piedras pequeñas. Lo llevó donde sabía que el zorro paseaba y zas, el zorro cayó en la trampa: se había comido el guiso con las piedras que había preparado la anciana mujer.

El zorro comenzó a sentirse pesado y no podía caminar, lo cual aprovechó la anciana y lo cargó hasta llevarlo al río, donde

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