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El Poder Y La Avaricia

ZOEAMADOR19 de Junio de 2014

2.903 Palabras (12 Páginas)566 Visitas

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ENSAYO :

“EL PODER Y LA AVARICIA”

INTRODUCCION:

Michael Douglas y a Martin Sheen.

Wall Street, que hace foco en el tema de la codicia como valor, sigue

siendo una de las películas más conocidas de los años 80, gracias en parte a las sutiles actuaciones de Charlie Sheen y Michael Douglas. Sheen personifica a Bud Fox, .Producción cinematográfica basada en el mundo de los grandes negocios en la cual un joven ambicioso llamado Bud Fox que se desenvuelve como agente corredor de bolsa el cual es atraído al ilegal y lucrativo mundo del espionaje corporativo, seducido por el poder, el status y la magia que parece rodear la leyenda de Wall Street, en el cual descubrirá el dinero fácil y las consecuencias que este acarrea.

INTRODUCCION:

“El poder de la avaricia”, es posible denotar lo mucho que influye la ética en nuestras vidas y en la sociedad. A lo largo de la película vimos como un joven corredor de bolsa se vendió al mejor postor, ya que buscaba ser un “campeón” a como diera lugar sin importarle pasar por encima de los demás; este hombre dejo de lado su ética, ya que pensó que el éxito se conseguía con tráfico de influencias, basándose en el engaño y en la mentira. Este corredor de bolsa se vio envuelto por el crudo capitalismo en el que vivimos y es gracias a historias como esta, que retomamos la ética como aquel modo de usar el propio tiempo según el cual el hombre crece como un ser completo. Bud Fox, el protagonista de esta historia no utilizo su profesión para crecer y hacer crecer a los demás, sino todo lo contrario, razón por la cual no fue ético en su manera de actuar.

Es normal que el hombre intente avanzar y se fije objetivos y metas, pero el codicioso muere como un imbécil tal y como lo menciona Leonardo Polo, ya que entre más ético sea el hombre más humano y justo será en su modo de actuar. Sin ambición, el hombre se queda corto pero lo más oportuno no siempre es bueno y justo. Finalmente y a pesar de que Bud quedo arrestado y perdió su reputación por fin entendió que ser exitoso a costa de los demás no es la única manera de prosperar ya que el que comete injusticias siempre es desgraciado, antes de engañar a los demás estamos engañándonos a nosotros mismos; lo peor del dinero es que nos obliga hacer cosas que no queremos y lleva a cabo malas inversiones en su vida que lleva a grandes catástrofes, eso fue exactamente lo que le ocurrió al protagonista. La avaricia y la codicia no tienen por qué ir de la mano con la ambición puesto que estas solo provocan daño y destrucción, siendo pues que la ambición busca que el hombre...

La gente suele pensar que existe un límite, un lugar al que queremos llegar y que nos satisface; para Gekko, sin embargo, no hay límite: sencillamente, el ascenso no se detiene.

El problema de Bud es que, a su manera, él tampoco sabe cuándo detenerse. Gekko le asigna tareas rayanas con lo ilegal y, aunque al principio los detalles lo ponen nervioso, pronto comienza a aceptar que todo es "parte del negocio". La actuación de Douglas recibió todos los elogios y, sin duda, fue una plataforma de lanzamiento para su carrera.

El actor retorna a este tema en algunas de sus últimas películas, como

"El Juego", en la que interpretó otra versión del mismo personaje.

La intensidad de la música de Stuart Copeland impulsa la película hacia

delante, y Stone logra imprimirle a su obra una enorme energía, Si preguntáramos por la calle cuál es el nivel ético de las personas dedicadas a las finanzas, la calificación obtenida sería bastante baja. Sin embargo, el conocido experto en temas bursátiles Burton Malkiel comenta que los niveles éticos en Wall Street son muy altos, mayores que en otras profesiones.

Los problemas éticos que se plantean en otras actividades económicas (como en la dirección de personal o en el marketing), son más frecuentes y más complejos que los planteados en el mundo financiero ¿Cuál puede ser la causa de que los agentes financieros tengan tan mala fama? Probablemente habrá muchas causas, entre otras se me ocurre la propia complejidad de las operaciones financieras, que hacen para muchas personas difícil la distinción entre una actuación correcta y un fraude; también tenemos el problema de que muchos han sufrido importantes pérdidas en los mercados, y prefieren culpar de ello a los especuladores; o la propia actitud de los medios de información, para los que la noticia es el que ha obrado incorrectamente y no todos los que lo hacen correctamente.

Soy de los que opinan que se ha abusado de términos como ingeniería financiera, que en muchas ocasiones se ha utilizado para describir una forma, no siempre elegante, de estafa; y todo esto ha dañado el prestigio de la profesión. Lo que es indiscutible es que en el mundo financiero, como en cualquier otro, hay actitudes éticas y no éticas, por lo que es bueno reflexionar sobre la ética en la actividad financiera, y en concreto, en la especulación.

La primera idea que puede venir a la mente es que la especulación es innecesaria, pero esto ya hemos visto que es falso, pues existen unas funciones de la especulación, que refiriéndonos a los mercados de valores hemos resumido en tres:

• Mejorar la eficiencia, consiguiendo precios más correctos.

• Asumir riesgos, consiguiendo mercados más completos.

• Dar liquidez.

La valoración ética de la especulación pasará, en consecuencia, por calificar positivamente las actividades que promuevan el bien común, utilizando la especulación para lograr las funciones que una economía de mercado le reserva. Será en consecuencia lícito analizar la información existente para tratar de predecir los precios futuros, comprando lo que se considera infravalorado y viceversa. También será lícito aceptar riesgos a cambio de un precio, como puede hacer un vendedor de opciones. O manejar un spread (diferencia entre el precio de venta y el de compra) como precio cobrado por dar liquidez al mercado.

Estos argumentos no me parecen convincentes, pues el especulador, en el ejemplo que comentábamos, se beneficia de algo que es de los accionistas (los resultados de un importante acuerdo) y de lo que se ha enterado por ser su empleado. No es que haya hecho una interpretación muy inteligente de los datos, simplemente ha manejado información que los demás no poseen. Además, si se argumenta que los precios "subirán suavemente" ya no vale decir que el vendedor hubiera vendido en cualquier caso, pues la subida de precios animará a nuevos vendedores, que no venderían de saber que se van a publicar noticias positivas sobre la empresa. Por otro lado, si se permite la especulación en base a informaciones privilegiadas, los directivos estarían incentivados para retrasar la llegada de esa información al mercado (incluso les convendría precederla de informaciones de signo contrario para hacer más rentable su especulación), el resto de especuladores sospecharían esto y operarían con mucha mayor desconfianza, dando lugar al final a muchos más errores en la valoración. Para terminar, si se quiere lograr la eficiencia lo mejor es que la información llegue cuanto antes al mercado, haciéndose pública.

En el mejor de los casos el uso de información privilegiada daría lugar a un juego de suma cero. Supongamos un efecto nulo sobre los precios, haciéndose una operación pequeña antes de que se haga pública la información, en tal caso el comprador que posee la información adquiere las acciones, apropiándose lo que debería ganar el anterior poseedor. Creo que es éticamente incorrecto. Por todo lo anterior considero conveniente que se regule la utilización de la información privilegiada.

Una cuestión que en ocasiones se discute es si es ético manejar información privilegiada cuando ésta ha llegado al especulador por azar. Personalmente opino que no, pues su enriquecimiento se hace a costa de otros, sin que se aporte valor a la sociedad. Es diferente el caso del agente cuyo trabajo es la búsqueda de información, y en ocasiones la consigue (se entiende que por medios lícitos); en tal caso si su utilización le proporciona un enriquecimiento, éste se debe a su trabajo, que es interesante para la sociedad. Lo mismo sucede cuando el especulador posee la misma información que los demás, pero la utiliza con mayor destreza.

González-Carvajal relata el negocio que hizo el barón de Rothschild en 1815 en la Bolsa de Londres, anticipándose al mercado al conocer antes que los demás la derrota de Napoleón en Waterloo. Esto lo consiguió porque su hermano le comunicó la noticia desde Bruselas gracias a una paloma mensajera. González-Carvajal

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