El Problema Del Método
jiminelson8 de Octubre de 2012
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Es más que obvio que la educación es uno de los aspectos más importantes para el desarrollo de los países y personas que los conforman. Me explico, en las personas permite el desarrollo integral de las potencialidades, mejorando su bienestar y ampliando sus horizontes. Para los países es un eje clave para construir una sociedad más equitativa y lograr un mayor desarrollo económico. En otras palabras, la educación es fundamental para lograr un desarrollo nacional, una equidad social (entendiendo equidad como oportunidades para las personas), una vitalidad democrática, una sociedad civil participativa, y en la aprehensión de la información, tecnología y conocimientos imperantes hoy en día.
Nadie puede negar su papel, su valor trascendente y su prioridad social y política.
Lamentablemente, si “algo” falla la crítica superlativa y la “moda” va a ser escribir sobre los problemas en educación y culpar a los docentes, es por esto, que la investigación en educación cumplirá un papel fundamental para que ésta (la educación) se esté constantemente actualizando, adaptando y, por qué no, adaptando los nuevos medios.
Surgen entonces las interrogantes, ¿qué es investigación educativa? y, aquella que da título a este ensayo, ¿qué método utilizará la investigación en educación?
Veamos entonces…
Si entendemos a la educación como “la acción ejercida por las generaciones adultas sobre aquellas que todavía no han alcanzado el grado de madurez necesario para la vida” (Durkheim, 2001), concluiremos que es un proceso permanente y, por lo tanto, este proceso puede y debe ser investigado.
John W. Best nos define investigación (definición clásica y legitimada) como “una actividad sistemática, dirigida hacia el descubrimiento del desarrollo de un cuerpo de conocimientos organizado. Se basa sobre el análisis crítico de proposiciones hipotéticas para el propósito de establecer relaciones de causa - efecto, que deben ser probadas frente a la realidad objetiva. Este propósito puede ser ya la formulación-teoría o la aplicación-teórica, conduciendo a la predicción y, últimamente, al control de hechos que son consecuencias de acciones o de causas específicas” (Best, 1983: 25-26). En palabras simples: aplicación del método científico al estudio de los problemas educativos.
Después de conocer ambos conceptos, educación e investigación, podremos concluir que la investigación educativa tratará cuestiones y problemas relativos a la naturaleza, epistemología, metodología, fines y objetivos en el marco de la búsqueda progresiva de conocimiento y perfeccionamiento en el ámbito educativo, con el fin de buscar soluciones y no explicaciones.
¿Qué método utilizaremos entonces para realizar investigación educativa?
A lo largo del tiempo, en lo relacionado con la investigación social (la educación es un objeto social), se trató de buscar respuesta acerca de si las Ciencias Sociales podían tomar de las Naturales elementos de su metodología para estudiar el fenómeno social. Algunos como J.S. Mill, A. Comte y E. Durkheim trabajaron, poniendo énfasis en la búsqueda de los hechos o las causas de los fenómenos sociales independiente de los estados “subjetivos” de los individuos, ya que sólo pueden asumirse como verdaderos los enunciados después de compararlos con hechos objetivos (paradigma explicativo-causal)
“La proposición de acuerdo con la cual es necesario tratar a los hechos sociales como a cosas –una proposición que está en la base misma de nuestro método- es una de las que ha suscitado mayor oposición. Se consideró paradójico y escandaloso que asimilásemos las realidades del mundo social a las del mundo exterior (…) en efecto no afirmamos que los hechos sociales son cosas materiales, sino que son cosas con iguales títulos que las cosas materiales, aunque de distinto modo.” (Mardones, 1991: 144).
Obviamente, estamos hablando de un método “positivista” aplicado a la investigación educativa cuyas características incluyen:
- Centrar sus objetivos en el producto y no en el fin que es el hombre (concreto-social).
- Ve a la realidad como algo que puede ser fragmentado y cada parte manipulada por separado, por lo tanto, será algo único, tangible.
- Establece relaciones de causa y efecto; pero la causa es un factor de riesgo y el efecto es la consecuencia, en otras palabras, se trata de asociar o correlacionar las variables; si alguno de los elementos de dicha asociación se modifica, se transmutan los efectos.
- Es objetiva, independiente de cómo vivan los individuos; de ahí que no preste atención a estados subjetivos.
- El proceso de obtención de información debe prescindir de opiniones y sentimientos, es decir, eliminar todo sesgo y preconcepción, no estar envuelta en situaciones emocionales o actitudinales, trascender más allá de la apariencia y el sentido común.
- Sujeto y objeto son independientes, reforzándose las distancias entre ellos, lo que trae consigo la aceptación de que el objeto de estudio de las ciencias sociales puede independizarse de los sujetos de investigación y sus maneras de pensar.
- Trabaja en contextos preestablecidos, de “laboratorio”, donde se introducen comportamientos distintos a los experimentados en el medio natural. En estos escenarios se pretende aislar y controlar situaciones intervinientes, abstraer una serie de variables en condiciones idóneas.
- Parte de la búsqueda de leyes que permitan la generalización, independientemente de los sujetos, del tiempo y del espacio.
- Los instrumentos de la investigación se intercalan entre el investigador y lo que se investiga, sin tener, necesariamente, en cuenta las particularidades de los sujetos y sus contextos de actuación.
Por otro lado, se trató de entender el fenómeno desde la propia perspectiva del actor (paradigma fenomenológico-hermenéutico o comprensivo interpretativo) tratado por M.Weber, W.Dilthey, H. G. Gadamer, entre otros. Esta corriente se concentra en el análisis de los significados de las acciones humanas y de la vida en sociedad. Para ello utilizan técnicas de investigación de carácter cualitativo. “El método cualitativo parte desde un acontecimiento real acerca del cual se quiere hacer un concepto. Se está ante algo que se quiere saber qué es. El punto de partida son las observaciones que se han hecho y se hacen acerca del acontecimiento inmerso en la realidad. La meta es reunir y ordenar todas estas observaciones en algo comprensible. Vale decir, configurar un concepto acerca del fenómeno” (Mella, 2003: 21).
De lo anterior se deduce y se reconoce el carácter reflexivo de la investigación social, en otras palabras, somos parte del mundo social, que estudiamos o que estudiaremos, participamos de éste, por lo tanto, no podemos evitar nuestros efectos, nuestras pre-nociones (los prejuicios serán legítimos y necesarios según Gadamer) sobre los fenómenos sociales que investigamos, (los principios actuarán como marco teórico desde donde observar los fenómenos a investigar, no se puede realizar la comprensión desde la nada, siempre debe existir un conocimiento previo) lo que no implica negar la capacidad de observar desde afuera, ya que esto nos permitirá coordinar nuestras acciones. Esto se opone a lo que nos dice Durkheim citado por Mardones: “Los hombres nos han esperado a los científicos sociales para tener alguna idea sobre los fenómenos sociales que viven. Pero si el sociólogo se deja llevar por estas nociones vulgares o pre-nociones corre el peligro de hacer sociología espontánea. La ciencia comienza allí, donde se establece la actitud de sospecha sobre los datos inmediatos de la realidad. Sin reflexión crítica, metódica y permanente, no hay ciencia”. (Mardones, 1991: 138).
Este paradigma investigativo, más que aportar explicaciones de carácter causal, intenta interpretar y comprender la conducta humana desde los significados e intenciones de los sujetos que intervienen en la escena a investigar. Los que lo utilizan se centran en la descripción
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