El Prodigioso Miligramo

Introducción:

El prodigioso miligramo es un cuento de Juan José Arreola, en el cual nos muestra la historia de una hormiga que se encuentra un extraño objeto, que es el prodigioso miligramo. La hormiga pasa por diferentes momentos hasta que muere y eso hace que las demás hormigas le hagan hermosos homenajes. Con esto, las demás hormigas quieren encontrar un objeto extraño también para tener privilegios como dejar de trabajar, pero esto las lleva a un serio problema.

Desarrollo:

Todo comienza con una hormiga desobediente que un día se desvía del camino de las demás hormigas y encuentra un objeto extraño, que es el prodigioso miligramo. Ella lo recoge y se lo lleva al hormiguero, mientras que las demás hormigas llevan pedazos de hoja de lechuga.

Entonces las hormigas la capturan y la llevan a las autoridades. La hormiga, al ver que el proceso judicial es muy lento, igual que en México, les dice a las demás hormigas que lamentaba formar parte de un hormiguero tan imbécil. El juez, al escuchar esto le otorga una sentencia de muerte junto con su miligramo.

Primero, la hormiga está en un calabozo y siempre está puliendo su miligramo, cargándolo de un lado al otro y admirándolo por mucho tiempo. Después de varios días, la pobre hormiga empieza a volverse un poco loca. Entonces, la enferma pidió tres veces que se le cambiara de celda, cada vez a una celda más grande, pero la hormiga seguía loca.

Un día la carcelera encontró a la hormiga muerta y cerca de ella, estaba el extraño miligramo. Al enterarse de esto las demás hormigas, comenzaron a visitarla y muchas de ellas lloraban y se desesperaban al mirar el miligramo. Le llevaron alimentos, ya que no había suficientes arreglos florales y construyeron un santuario para el miligramo y la hormiga sin vida obtuvo un maravilloso sepulcro. Y esto es tal como pasa a los humanos, siempre todos te critican y hablan mal de ti hasta que te mueres. Sólo así todas las personas van a hablar bien de ti.

Después de un tiempo, por fin el hormiguero volvió a su curso normal, pero algunas hormigas ambiciosas, quisieron tener los mismos homenajes que la hormiga recién fallecida, pero que se los hicieran en vida. Al igual que el hombre, las hormigas trataron de encontrar un prodigioso miligramo y dejaron de llevar comida al hormiguero.

Varias hormigas llevaron cosas de poco valor, pero que ellas exaltaban el mérito de su objeto. Otras hormigas como no podían conseguir ningún miligramo auténtico, comenzaron a llevar basura.

Las hormigas que seguían trabajando normalmente, tomaron la decisión de dejar de trabajar para buscar miligramos y obtener los privilegios que tenían las otras hormigas. La sociedad de hormigas se volvió una anarquía, ya que las hormigas sólo buscaban miligramos y no cumplían con sus tareas y obligaciones.

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