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El Reto De Ser Maestro

0820200827 de Agosto de 2013

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EL RETO DE SER MAESTRO-A.

El reto de los maestros es convertir en maestros a

sus estudiantes, es formarlos para que ellos

adquieran maestría en el arte de vivir.

El reto de los maestros no es llenar de datos las

Cabezas, sino de amor los corazones y de paz los

Espíritus. La misión de un buen maestro es

reconocerse como sembrador que ama su siembra. Cuida su

cultivo y es paciente con las plantas. La misión del maestro es darle

a sus Discípulos fe para confiar, esperanza para vencer y amor

Para ser felices.

El desafío del maestro consiste en encontrarle

Tanto interés a aprender como enseñar. Por

eso acepta cambiar y elige renovarse cada día.

Este mundo de cambio vertiginoso pide del

maestro unos principios firmes al lado de una

amorosa flexibilidad. La sublime misión del

maestro está en iluminar su trabajo con la

humildad, el humanismo y el humor.

El mejor maestro no es el que vive repitiendo, sino

el que vive creando; es aquel que, sin arrogancia,

se ve, no como el artista, sino como el pincel de un

artista llamado Dios.

Gonzalo Gallo .

Es importante iniciar una reflexión entorno a la actividad del maestro y la relación con los diversos saberes que confluyen en su propio saber, ocurren en circunstancias específicas de cada institución escolar, de cada aula de clase, de cada grupo de estudiantes, de la historia personal de cada maestro, del contexto donde está situada la escuela y del aspecto individual de cada sujeto educable.

Por esto los invitamos a leer e interiorizar y reflexionar sobre cada una de los textos que a continuación se presentan, teniendo en cuenta que la pedagogía es el vínculo mediador entre las dimensiones del niño-a, maestro-a y el contexto sociocultural

Acercándonos a la teoría desde la práctica.

12. EL SABER PEDAGÓGICO EN MANOS DEL MAESTRO.

Eloisa Vasco.

Cuando un maestro enseña, pone en juego un saber específico, al que llamaremos el saber pedagógico. Este saber puede analizarse partir de los elementos y factores que el maestro tiene en cuenta cuando está preparando su clase.

Cuatro dimensiones del saber pedagógico.

Si le preguntamos a un grupo de maestros en que piensan cuando preparan su clase, la respuesta podrán agruparse generalmente alrededor de cuatro grandes categorías.

¿Qué se enseña?

La primera categoría tiene que ve con respuestas tales como: pensamos en los programas, en la asignatura, en los contenidos que tenemos que enseñar. Estas respuestas están indicando que los maestros tiene en cuenta qué enseñan. aunque parezca una cosa trivial, esta pregunta que se hacen los maestros es muy compleja. Esto se debe a que, antes de llegar al salón de clase para ser enseñados, los contenidos de las asignaturas o de las áreas pasan por un proceso que está lejos de ser simple.

En primer lugar, estos contenidos son construidos por los investigadores que se encargan de que las diferentes ciencias y disciplinas avancen en sus conocimientos, no se queden estancadas. Tenemos entonces, por ejemplo, a los historiadores que examinan las huellas de la historia, las interpretan, establecen relaciones entre ellas, reflexionan acerca del proceso mismo de investigar y de hacer historia. Lo mismo puede decirse de las otras disciplinas y ciencias, así como de las áreas deportivas y técnicas en las cuales se construyen criterios del “buen jugar”, del “bien hacer”, a partir de la práctica de las personas y de los grupos que logran niveles de excelencia en su campo.

En segundo lugar, estos conocimientos son transmitidos a los futuros maestros en la universidad o en la normal. Fácilmente se ve que lo que allí se transmite ya no es el proceso mismo de investigar en el campo (aunque esto debería ser lo más importante), sino un compendio de los resultados y las teorías que en su momento dado se consideran fundamentales para la formación docente. Los futuros maestros, a su vez, asimilan estos resultados desde su propia visión y perspectiva, desde sus preocupaciones, y desde lo que perciben como su futura labor de enseñar.

En tercer lugar, cuando el maestro ya está en ejercicio de su labor docente, él mismo transforma esos contenidos que aprendió en un saber objeto de enseñanza adecuado a sus cirscunstancias concretas. Para lograrlo, el maestro selecciona los contenidos, los transforma, los simplifica, busca ejemplos que sus alumnos puedan aprender fácilmente, se preocupa por relacionarlos con lo que los alumnos ya saben. En resumen, realiza una labor conceptual y artística compleja.

.¿A quién enseña?

La segunda categoría de preocupaciones del maestro tiene que ver con a quienes enseña. Desde esta perspectiva, el maestro tiene en cuenta a sus alumnos, su edad, su nivel de desarrollo, sus intereses, su contexto social y económico. El maestro sabe que no es lo mismo enseñar a niños de primaria que a niños de secundaria, que no es lo mismo enseñar en el campo que en la ciudad, en una región del país que en otra, por eso el maestro se preocupa por conocer a sus alumnos.

Para un maestro, los alumnos nunca son un grupo en abstracto: son niños y jóvenes concretos.

Por lo anterior reconoce que su relación con sus alumnos es de gran importancia. En realidad, esta relación es la más directa y personal que establece el maestro en la escuela, pues con ellos con quienes se encuentra diariamente, con quienes comparte el espacio del aula, de la escuela, y el saber que les enseña.

Como toda relación entre personas, la relación que establece el maestro con sus alumnos tiene elementos de afectividad que no se deben desconocer. Todo maestro sabe que si la relación que establece con el grupo de alumnos es negativo o tirante, será muy difícil su labor como docente. En cambio, cuando la relación con los alumnos es positiva y cálida, el maestro sentirá que enseñar es una labor agradable y el tiempo que comparte con sus alumnos se le hará corto.

.¿Para qué se enseña?

La tercera categoría que los maestros tienen en cuenta, así sea de manera intuitiva, tiene que ver con los propósitos de su labor docente, con el para qué enseña. Es posible que el maestro no haga explicito estos propósitos, pero están presentes, porque son los que le dan sentido a lo que hace.

En primer lugar, estos propósitos se relacionan con los objetivos del aprendizaje. El maestro busca que los alumnos aprendan la materia, que la estudie, que le tengan cariño, pero esto no es lo único que busca cuando enseña.

También busca lo que podríamos llamar la formación. Esta dimensión tiene que ver con los valores, con el desarrollo armónico del alumno y con la preparación para desenvolverse en el futuro como persona. También tiene que ver con las posibilidades del alumno para utilizar lo que aprende, y para superarse creo que muchas de las exigencias que hace el maestro, aunque a veces parezcan arbitrarias y en ocasiones realmente no lo sean, se desprende de esa preocupación que él tiene por la formación del alumno.

.¿Cómo se enseña?

Una cuarta categoría de preocupaciones que tiene el maestro está referida al cómo enseñar. Esta dimensión es la que más directamente lo identifica socialmente como alguien que “sabe enseñar”. En este cómo enseñar, él reconoce las tres preocupaciones que hemos mencionado antes.

En efecto, cómo enseña se relaciona íntimamente con la manera como percibe el conocimiento y el campo específico del saber, sus formas de construcción y expresión y la importancia que le da a éste, concibiéndolo o bien como algo ya construido o por lo contrario como algo en construcción.

También se relaciona con el conocimiento que tiene de sus alumnos, con la relación que establece con ellos., así como con aquello que implícita o explícitamente persigue en la enseñanza.

Algunas limitaciones que se le presentan al maestro.

La labor de enseñar que realiza el maestro, y por consiguiente la manera como efectivamente pone en juego el saber pedagógico, está sujeta a numerosas limitaciones, restricciones y presiones.

Estas limitaciones tienen que ver con la concepción misma que él tiene de su identidad y su función, así como con la naturaleza real y posible de la institución escolar. Veamos algunas de ellas.

.El saber pedagógico ¿en manos de quién está?

El primer problema que tiene el maestro resulta de un conflicto más o menos explícito entre su saber pedagógico, minusvalorado por otros profesionales y a menudo por ellos mismos, y otros saberes que reclaman para sí el derecho de dar respuesta a los interrogantes sobre el qué, el cómo y el cuándo de la enseñanza: la psicología sobre todo, pero también la sociología, la antropología, la filosofía, etc.

Aunque es verdad que estas disciplinas tienen mucho que ver a este respecto, y pueden y deben hacer valiosos aportes, no se debe olvidar que es el saber pedagógico el que debe ser el eje de los

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