El Sensacionalismo en los Medios Como Forma de Llamar la Atención.

El Sensacionalismo en los Medios Como Forma de Llamar la Atención

Como todo en este mundo debe tener sentido y coherencia, me parece prudente y adecuado introducirle al siguiente ensayo definiendo la palabra Sensacionalismo; es ahí que, definimos como sensacionalismo a “la tendencia de presentar los hechos y las noticias de modo que produzcan sensación, emoción o impresión” (Diccionario Enciclopédica Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.). Como dato adicional, cabe destacar que en el sensacionalismo se ven involucrados el “periodismo amarillista” (término empleado para referirse a noticias con titulares de catástrofes y gran número de fotografías con información detallada acerca de accidentes, crímenes, adulterios y enredos políticos, entre otros) y el “periodismo del corazón o prensa rosa” (usado para para los asuntos de escasa trascendencia objetiva, pero que despiertan gran interés entre el público, como la vida privada de personas famosas). El término “sensacionalista” es frecuentemente utilizado de manera despectiva para acusar, criticar o señalar que un medio está difundiendo información que despierta el morbo, el interés o la curiosidad del púbico, pero no de manera positiva sino más bien de forma chocante y llamativa, aunado a esto se encuentra el hecho de que esa información no suele ser sobre temas enriquecedores, edificantes ni mucho menos educativos; por el contrario, suelen ser cosas escandalosas que de ser posible, causen una sensación de alarma en el lector. Un claro ejemplo de esto lo podemos ver dentro de la prensa nacional: “Violó a sus cinco hijas con el consentimiento de su esposa” (http://www.ultimasnoticias.com.ve/noticias/actualidad/sucesos/violo-a-sus-cinco-hijas-con-el-consentimiento-de-s.aspx).

En clases hemos hablado precisamente de como los periodistas y los grandes medios han prostituido la profesión; por así decirlo, comercializándola, vendiendo su trabajo al mejor postor, sometiéndose a las peticiones y exigencias del mercado actual y las grandes empresas; justo de esto va el sensacionalismo y la razón es muy sencilla, todo medio de comunicación vive de 2 cosas que llevan una especie de simbiosis, una de ellas son el número de patrocinadores que poseen, quienes les dan dinero a cambio de que sus cuñas publicitarias lleguen de manera efectiva a las grandes masas y así persuadirlos para adquirir sus productos (como en la teoría de la bala), la otra cosa es el número de audiencia que el medio logre acoger, pues entre a más personas llegue la publicidad mejor es para el medio, económicamente hablando. El sensacionalismo se encarga precisamente de captar con facilidad la atención de grandes cantidades de personas apelando al morbo, a la curiosidad innata y al afán por encajar, cosa que poseemos por ser seres altamente sociales.

En este punto podemos hacer un análisis de lo que se podría considerar como los pros y contras del sensacionalismo. Como por, podríamos decir que debido a lo poderosamente llamativo que este resulta para las personas, facilita la venta y difusión de un contenido, incrementando rápidamente la popularidad de un medio y por ende, haciendo de este una empresa sustentable de mediano a corto plazo. Lamentablemente entre los contra podemos enumerar cosas de mayor peso, como que estos contenidos llamativos suelen ser muy superficiales; como dije anteriormente, no son edificantes ni educativos y por ende no enriquecen el conocimiento, la cultura, la educación o la espiritualidad de las personas, sino muy por el contrario, le incentiva a volverse “hombres masa”, pendiente de un chisme, apegados siempre a una tendencia, una moda, un lineamiento, que todos siguen y con el que se siente a gusto y de este modo, contribuyendo cada vez más al deterioro de la sociedad occidental actual; por parte de los periodistas, el constante uso del sensacionalismo, puede llevarlos a ignorar por completo su ética profesional en su intento de acoplarse a las exigencias de los dueños de los medios para los que trabajan o de las empresas que los patrocinan. Tristemente todo esto puede degenerar en una guerra de medios como la "batalla periodística" entre el diario New York World, y el New York Journal, de los años 1890. Una de las grandes críticas, incluso puede que la mayor que se le hace a los medios sensacionalistas es  que se valen del uso de la agenda setting, cutting y surffing, para definir las tendencias, omitiendo noticias de mayor relevancia y profundidad a cambio de contenido que genere un mayor número de ventas.

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