El Ser Universitario

Apuntes para sumar en la diferencia: la conciencia en la universidad

Objetivo: Presentar algunas ideas sobre el ser universitario en los tiempos del colapso social. La universidad es un refugio para la esperanza, es el mejor espacio para la reflexión y el pensamiento. Esto lo dicen escritores, científicos, desde dentro y fuera de la institución, sin embargo la universidad no es ajena a un mal de nuestros tiempos, el desencanto, la apatía. En este breve texto esbozare algunas ideas que corroen la institución y que por tanto debemos tener presente para que ese ácido social no derrumbe nuestra casa.

Lo que tenemos: La UV es una de las universidades más importantes del sureste del país, no solo por el tamaño de su matrícula sino por su posicionamiento y aporte a las humanidades, a las artes, a las letras, a escala nacional e internacional. Tenemos una fuerte vena musical en donde destacan grupos artísticos y musicales, pocas universidades cuentan con una Orquesta Sinfónica, para mi gusto, una de las mejores del país. Tenemos niveles de estudio: TSU, licenciatura, Especialización, Maestría, Doctorados, modalidades de Educación a distancia, virtual, abierta y por supuesto el escolarizado. Un equipo de basquetbol en primera división, una infraestructura impresionante, en fin. Tenemos más de 100 motivos para estar orgullosos de ser parte de esta universidad. No obstante.

Los problemas: Permea entre nosotros un pensamiento positivo: organizamos festivales culturales, ferias del libro, encuentros deportivos masivos, congresos, seminarios, cursos, etc. Nadie en su sano juicio se atrevería a cuestionar su importancia y su pertinencia. Pero huelga decir, somos complacientes: en la última universiada deportiva, tenemos una organización de primera, pero ocupamos en el cuadro de medallas el lugar 10, perdonen la comparación, pero estamos a cierta distancia de las universidades de los primeros sitios. Si es por competir pues qué bien, pero si es para ver nuestro nivel deportivo, habría que detenernos a pensar que pasa con el deporte universitario. Organizamos uno de los más bellos eventos del libro, pero el grueso de la comunidad universitaria hace un vació, no asiste o no participa. Organizamos festivales culturales que de internacionales han pasado a ser locales. Hemos emprendido campaña interna para el tratamiento de residuos sólidos, pero no hemos pasado de su difusión; tenemos una radio, una televisión pero no logramos popularizarlas. Ante el agotamiento del modelo tradicional buscamos opciones en el Modelo Educativo Integral y Flexible, pero aún persisten problemas que van desde los horarios cortados hasta las limitaciones por la infraestructura física.

Las diferencias: Contamos con una universidad que son varias universidades, tenemos un norte y un sur, tenemos salarios diferenciados que del menor al mayor tienen una diferencia de 30 veces.

El punto: En la UV contamos con un capital humano único. Tenemos en educación formal una matrícula de poco más de 60,000 estudiantes, de los cuales, 15,000 son de nuevo ingreso, ríos de jóvenes habitan los espacios universitarios. Entre investigadores y profesores de TC y por horas, la UV dispone de casi 7,000 académicos. Otro tipo de personal que no es académico suma un total de más de 4,700 trabajadores, incluyendo a los directivos. La UV es una verdadera comunidad. No obstante su población, no obstante su rica historia, a la UV le pasa un poco lo que le pasa a México: cuenta con los mejores recursos humanos e intelectuales y sin embargo priva en ella, cierta apatía, cierta pasividad. Somos universitarios de jornada laboral, no nos damos cuenta que la universidad es nuestra casa, nuestra ciudad, nuestro universo. No damos más de lo que nos piden. Y cuando nos ponemos la camiseta es porque nuestro jefe nos lo ha pedido. El punto es un simple y no corresponde resolverlo al Rector o a los directivos y ni siquiera

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