El Sistema Integrado de Transporte Masivo

El Sistema Integrado de Transporte Masivo es una idea excelente, desarrollada por el gobierno para solucionar las quejas de los usuarios por los buses destartalados y sin normas que circulaban libremente por las grandes ciudades del país.

El sistema se inició primero en Bogotá, ciudad capital, con el Transmilenio, por el número de habitantes, razón por la cual se crearon varias estaciones de lujo que han servido para que cambiara y se convirtiera en un ejemplo. En esa urbe hay cultura, respeto y el nivel de tolerancia es muy alto entre la gente. El capitalino ha aceptado el cambio, saben que está hecho para que ellos vivan mejor y la metrópoli se muestre diferente.

En Barranquilla, por ejemplo, inició muy bien, era un placer, digo un lujo, hacer una cola de quince personas, esperar los articulados y alimentadores, e ir sentados, disfrutar de la panorámica y del aire acondicionado que tanto necesita la ciudad.

Pero todo eso fue un sueño. No ha habido una persona que explique el porqué del caos en las horas pico. Los controladores son insuficientes para detener semejante monstruo humano que sale de sus casas a las 630 de a.m y regresa a las 6:15 pm. Las colas son inmensas, los policías que contrataron, bachilleres por cierto, no saben cómo contener el desorden reinante, nadie da información, muchas veces los policías son empujados hacia el interior de los buses, arrojados en el suelo, injuriados, ultrajados, y casi linchados por la multitud.

Transmetro se les salió de la mano

Barranquilla no se merece esto. Ahora la gente cree que no tenemos transporte, porque los pasajeros que no logran ingresar a los buses a las horas pico, entonces salen desesperados de la estación Joe Arroyo para buscar los pocos buses que quedaron y los pueda llevar de regreso a sus hogares. Recordemos la frase de mi madre, “Por ponerle María Ramos le pusimos la embarramos”, porque la urbe como está depende del Transmetro, por ahora son insuficientes ante tanta gente que va y viene. “Ya ni siquiera se puede estar de pie porque te empujan, y si logras entrar, ¡lotería!, quedas como sardina en lata”, comentarios de un usuario.

Las respuestas que dan algunas personas que portan unas planillas del Transmetro son vagas, “algunas universidades están en vacaciones, y eso se solucionará cuando entren, habrá más buses, y todos llegarán a tiempo”. Entonces, por ahora los obreros tienen que coger taxis para llegar a tiempo a sus trabajos, todo por culpa de las instituciones. Sin embargo, esa situación siempre se ha dado con estudiantes o sin ellos. ¿Cómo será cuando entren?

La intolerancia de la gente o la falta de cultura

Cuando se trata de hacer colas la gente intenta ser muy ordenada pero una vez llegan de otras rutas los alimentadores a la estación El Joe, la gente se arremolina, se pierden las colas y se dan golpes por una simple silla plástica. Ha habido riñas, cachetadas entre las mujeres, empujones, mentadas de madre, nadie se salva, lo que uno quiere es simplemente entrar al bus pero no se puede (no hay más buses) la avalancha humana lo cubre todo, no respetan ancianos, mujeres embarazadas, personas inválidas. Lo último: algunos hombres, incultos y patanes, por cierto, se pelean las sillas con las mujeres, y las dejan de pie soportando un viaje de una hora. ¡Esto es inaudito, lo que faltaba!

Esta situación embarazosa la saben los que dirigen el Transmetro, hay cámaras que vigilan en todas las estaciones de la ciudad, sin embargo, solo les concierne el dinero que entra, mas no solucionar las peleas entre los usuarios y la falta de buses. Solo se han interesado en subir los pasajes poco a poco hasta llegar a los 1600 pesos por persona. ¿Hasta cuando se les va a solucionar este problema a los barranquilleros?

Sin embargo, como manera de colaborar con el sistema de transporte masivo,

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