El ateísmo y el agnosticismo
CCCRISTIANNTrabajo6 de Marzo de 2012
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El ateísmo es, en un sentido amplio, la no creencia en deidades u otros seres sobrenaturales. En un sentido más estricto, el ateísmo es la posición que sostiene la inexistencia de deidades. Algunos la definen como una doctrina o posición que rechaza el teísmo, que en su forma más general es la creencia en la existencia de, al menos, una deidad.
En un sentido amplio podría incluirse dentro de la definición de ateísmo, tanto las personas ateas, quienes explicitan la no existencia de dioses, como aquellas que, sin creer en su existencia, no tienen evidencia ni convicción para su refutación. En un sentido estricto se excluyen a estos últimos, denominados agnósticos, de la definición de ateos. Los agnósticos rechazan reconocerse como ateos o ateístas ya que consideran inaccesible al entendimiento humano todo conocimiento de lo divino y de lo que trasciende la experiencia o simplemente irrelevante.1
El término ateísmo incluye a aquellas personas que declaran no creer en ningún dios ni fuerza ni espíritu divino. Según el historiador Francisco Díez de Velasco, ser ateo o negar la existencia de un dios o dioses no implica necesariamente no pertenecer a ninguna religión; existen religiones, como el budismo que niegan la existencia de dios2 o no mencionan la existencia de dios alguno y que, por consiguiente, son ateas o más correctamente no teístas.
Los postulados del ateísmo son contrarios a los que sostienen las creencias religiosas e implican una crítica a la religión.
Etimología
Etimológicamente el término proviene del adjetivo griego αθεος (atheós) , que significa ‘sin dios’ (en cualquiera de los dos sentidos, de no creer en uno o más dioses o de no venerarlos); siendo a la partícula negativa ‘no’ o ‘sin’; y theós: ‘dios’ (literalmente Zeus). Esta letra theta (θ Θ) griega se pronunciaba como la zeta de los españoles; justamente, en el alfabeto fonético la zeta española se representa con esa letra θ. En cambio, la dseda griega (ζ Ζ) se pronuncia como una mezcla de D con Z.
En el idioma inglés, el término atheism fue el resultado de la adopción del francés athéisme en 1587 aproximadamente, el cual a su vez proviene de athée. Posteriormente a la palabra ateísmo se crearon las palabras deísta (1621, en inglés) y teísta (1662, en inglés).[cita requerida]
Uso histórico del término
El término ateo tuvo su primer uso en la Roma antigua, para designar a todo aquel que no creyera en los dioses del panteón romano, en particular a los cristianos[cita requerida].
A raíz de la confluencia de las religiones en el mundo, el sentido etimológico de la palabra tomó todo su significado para aplicarse a todos los dioses, ya que parecía injusto designar ateístas a quienes creían en cierto dios, razón por la cual el término se limitó a las personas que no creyesen en ningún dios. Actualmente ya no se usa el adjetivo ateo para designar a los que no creen en unos dioses aunque crean en otros.
Tipología anglosajona del ateísmo
La variedad de corrientes filosóficas ateístas hace difícil una categorización efectiva. A continuación se expone una categorización propuesta por los filósofos Antony Flew3 y Michael Martin.4
Ateísmo fuerte o positivo
Este ateísmo se caracteriza por la negación categórica de la existencia de dioses. En un principio se comenzó a argumentar en contra de la existencia de dioses, encontrando explicaciones sociológicas, psicológicas o históricas para el teísmo, distintas de la existencia de dioses. Con el desarrollo de la ciencia y del conocimiento humano, eran muchos los autores quienes denunciaban la irrelevancia de la creencia en deidades, siendo uno de los más importantes exponentes de esta denuncia el biólogo británico Richard Dawkins. Este es el caso de muchos autores marxistas y de autores como, Ludwig Feuerbach, Auguste Comte y Friedrich Nietzsche en el siglo XIX,5 y Daniel Dennett en el siglo XX y XXI. A menudo también parte del supuesto de que no se debe conceder visos de posibilidad a una proposición arbitraria como la existencia de un dios.
Ateísmo débil o negativo
Artículo principal: Ateísmo débil
Es la forma del ateísmo que se aproxima al agnosticismo. No es la afirmación de la inexistencia de deidades u otros seres sobrenaturales, sino la ausencia de creencia en los mismos. El marxismo -siguiendo a Kant en su Crítica de la Razón Pura- niega que la categoría de existencia se pueda aplicar a seres o entes ajenos a la experiencia.
Ateísmo y agnosticismo
Se distingue entre agnosticismo y ateísmo, ya que el segundo implica la negación de la existencia de dioses, mientra que el primero no.
En la práctica social en muchos países avanzados es de orden agnóstico, por confinamiento del teísmo en las conciencias y exclusión en la exterioridad, proclamando la cuestión religiosa como algo privado de cada ciudadano y no algo público.[cita requerida]
El agnosticismo no niega explícitamente la existencia de los dioses, sino que niega únicamente el conocimiento de su existencia, y por esta razón, muchos ateístas no lo clasifican como ateo. Los agnósticos, al igual que muchos ateístas, a menudo argumentan que la carga de la prueba recae sobre quien afirma algo, y no sobre quien deja de creerlo. Por consiguiente, la negación de la existencia de dioses no requiere de una prueba tanto como lo requiere la afirmación de su existencia.
Agnosticismo fuerte
Es aquél que afirma que no sólo es desconocida la existencia de dioses, sino que es imposible de conocer, debido a lo sobrenatural e inalcanzable de la idea de éstos.
Agnosticismo débil
Es una postura personal que afirma el propio desconocimiento sobre la existencia de dioses pero no niega que ese conocimiento sea alcanzable. Esta posición se divide a su vez según se considere que el conocimiento sobre la existencia de dioses sea interesante.
Agnosticismo interesado
Es aquél que considera que el conocimiento sobre la existencia de dios es interesante y relevante.
Agnosticismo débil apático
Que considera que el conocimiento de la existencia de seres sobrenaturales no es interesante ni relevante. Esta forma de agnosticismo puede derivarse de razones filosóficas o de la mera indiferencia del individuo por lo sobrenatural.
Agnosticismo práctico
Es el más extendido de todos los formatos de agnosticismo y se caracteriza por un consenso implícito de inconveniencia o tabú para la cuestión la existencia de cualquier deidad o sus derivaciones. Su forma habitual es el confinamiento de esa cuestión al ámbito interior de la intimidad personal y la exclusión tácita de toda manifestación exterior, no sólo en las conductas, sino también en el mismo lenguaje, en el habla social.
Discusión teística
La discusión en torno a la existencia de deidades, ha sido siempre en torno de argumentos a favor o en contra de las mismas. En el contexto contemporáneo, y en Occidente, esta discusión suele centrarse en torno del Dios judeo-cristiano, sobre quien tratan la mayoría de las argumentaciones en el contexto antes mencionado:
Argumento del desacuerdo interreligioso
Es un argumento usado en las discusiones acerca de la existencia de un dios por parte de los defensores del ateísmo. Consiste en señalar las diferencias y las contradicciones entre las religiones, y consecuentemente señalar que no pueden ser todas ciertas. La principal conclusión siendo que todas las religiones son falsas, o simplemente negar el sincretismo, con los argumentos ya expuestos.
Argumento por la existencia del mal
Se conoce con este nombre al argumento con el que se pretende demostrar la inexistencia de un dios entendido en su forma judeo cristiana, al observar una contradicción entre dos de los elementos que se le atribuyen: la bondad, y la omnipotencia. Esto se hace señalando la existencia del mal en el mundo, y señalando que este mal sería contrario a la voluntad de un dios y que si ese dios fuera omnipotente acabaría con el mal y éste no existiría. Al no ser así, se demuestra que no puede existir ese dios bueno y omnipotente a la vez.
Argumento por pedido de demostración
Es el que desmiente la base epistemológica de la fe, argumentando que la carga de la prueba recae sobre quienes defienden cierta postura, en particular la existencia de deidades; y que en caso contrario, serían creíbles todas las cosas imaginables. Otra variante, la negación de la existencia de deidades basada en la ausencia de pruebas.
Historia del ateísmo
Probablemente el ateísmo haya existido desde el origen de las creencias teístas, ya que es difícil que la totalidad de los miembros de una sociedad compartan su pensamiento religioso. A lo largo de la historia, las opiniones teístas ligadas a la religión han tenido generalmente una posición predominante en las sociedades. Los oponentes de estas posturas no han tenido siempre la oportunidad de expresar sus puntos de vista en público debido a fenómenos de "caza de brujas" o la terrible Inquisición en la Europa cristiana. Por eso en distintos momentos históricos, es raro encontrar puntos de vista ateístas en manuscritos u otros referentes históricos.[cita requerida]
Antigüedad
Tiene relevancia la escuela Chárvaka, por el nombre de su fundador, una escuela surgida en la India en torno al siglo VI a. e. c., que defendía una interpretación filosóficamente ateísta y materialista del mundo, y cuya interpretación del origen de la religión y del papel del clero se parece a la del ateísmo occidental moderno. Enfrentada con posturas religiosas fuertemente
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