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El derecho humano al conocimiento y el regreso a clases


Enviado por   •  4 de Marzo de 2022  •  Resúmenes  •  1.567 Palabras (7 Páginas)  •  47 Visitas

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El derecho humano al conocimiento y el regreso a clases

Ante el eminente regreso a clases presenciales, se considera que es necesario seguirse preguntando el por qué regresar a las aulas cuando los semáforos COVID 19 se cambian de un día a otro.

El regreso a clases no puede darse por razones económicas o por una racionalidad utilitaria política sino ante todo debe darse por razones pedagógicas, educativas, así como por el cumplimiento de los derechos humanos.

Una de las filosofías que fungen como base ideológica del proyecto educativo nacional es la posmoderna.

Lyotard en su libro La condición posmoderna (1987) expone que la problemática de valor epistemológico que se encuentra relacionado con el mercado, en este caso “el saber” como una mercancía de intercambio y de acumulación del capital en la época de la información, es necesaria para la continuación o transformación de la realidad.

También Lyotard señala: “El saber es y será producido para ser vendido, y es y será consumido para ser valorado en una nueva producción: en los dos casos, para ser cambiado. Deja de ser en sí mismo su propio fin, pierde su ‘valor de uso’.” (Lyotard, 1987: 6-7).  

El saber se vuelve una mercancía y como tal se trata de algo que se puede comprar y vender; algo a lo que sólo unos pocos tienen acceso. Esta idea del saber cómo mercancía se contrapone a la idea del saber cómo un derecho humano.

El saber es fundamental para el desarrollo de las naciones y para la solución de problemas, de lo cual la humanidad es consiente desde hace milenios.

El saber ha sido importante para la filosofía, las humanidades y las artes, como productoras y difusoras de este.

Lyotard expone que ese cambio de estatus del saber a una mercancía se llevaba a cabo en las sociedades postindustriales e informatizadas.  con la pandemia de COVID 19 la manera de transmitir conocimientos a través del sistema público de educación ha cambiado; mientras el proyecto educativo impulsado desde José Vasconcelos para luchar en contra la ignorancia, siendo esto lo contrario del saber a lo largo de los años noventa y las primeras décadas del siglo XX el proyecto educativo tuvo tal objetivo. El nuevo objetivo ha sido, el de aumentar la matrícula escolar como mecanismo para eludir la ignorancia y el desconocimiento.

Como decía Lyotard (1987), el Estado deja de fungir como el organismo principal para difundir el saber y ahora ocupan esa función organismos o instituciones no estatales.

Esto significa que hay cierto tipo de conocimientos que tradicionalmente sólo se difundían a través del sistema educativo público y entre esos se encuentran los que producen las ciencias, las humanidades y las artes.

El sistema educativo en los años noventa y en las primeras décadas del siglo XXI impulsó una pedagogía de la ignorancia para educar a un alto porcentaje de la población a partir del crecimiento de las matrículas en educación básica, Se modificó el sentido de la educación en la transmisión de conocimientos y saberes a la idea de aumentar la matrícula y mantenerla. La pedagogía de la ignorancia no transmite saberes concretos para acceder a otros niveles educativos, aptitudes, ni actitudes para poder resolver problemas individuales y sociales concretos. Esto crea una división educativa muy fuerte entre quienes están formándose entre dos tipos de pedagogías: por un lado, para las mayorías, una pedagogía de la ignorancia, por el otro, una pedagogía de saberes hiperespecializada que está basada, en términos de Lyotard, en “conocimientos de pago/conocimientos de inversión”. (Lyotard, 1987: 8).

La concepción del saber cómo una mercancía lleva a plantear una idea que puede hacer contrapeso a esto: el conocimiento se debe de concebir como un derecho humano. Siguiendo a Jack Donelly (1994), se pueden concebir los derechos humanos como las mínimas condiciones para una vida digna, Esta noción parte de entender que “estos derechos se derivan de la dignidad inherente a la persona humana”. En este sentido al conocimiento se les puede considerar como derechos humanos, ya que, por los cambios históricos y sociales de las últimas décadas, el tenerlos supone factores o elementos primordiales para lograr una vida digna. Esto implica una percepción diferente del saber, no como mercancía sino como un derecho humano inalienable e irrenunciable.

Hoy en día es necesario tener conocimientos necesarios construidos desde las ciencias, las humanidades, las artes, las cosmovisiones y las filosofías de los pueblos para poder vivir dignamente, el saber se convierte en un instrumento esencial para que pueda defenderse la vida de los seres humanos.

durante la pandemia de COVID 19 en México, La UNAM realizó el estudio llamado Impacto de los determinantes sociales de la covid-19 en México, en el cual muestra la relación entre bajo nivel de escolaridad y mayor frecuencia de contagios y muertes. Muchas mexicanas y mexicanos han descalificado los conocimientos de la ciencia y se han conducido y comportado con base en creencias, prejuicios e ideologías transmitidas por diferentes medios como las redes sociales, los medios de comunicación o sus pares, que están en la misma situación de ignorancia con relación al proceso de contagio, enfermedad y secuelas del COVID 19.  Para estas personas tienen más validez sus creencias y prejuicios que los conocimientos aportados por la ciencia sobre la pandemia.

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