El lenguaje

Lenguaje, comunicación y cultura, tres conceptos enmarcados en la cotidianidad que nos hace reflexionar sobre nuestro quehacer pedagógico.

El hombre, desde antes de nacer, maneja un lenguaje simbólico con el que interpreta el entorno a través de los sentidos y se va modificando a medida que va completando su desarrollo gestacional y de crecimiento después de su nacimiento.

El desarrollo del lenguaje en el ser humano está dado por su interacción continua con el entorno y en su ser como ser social; es la sociedad y la cultura quienes van estableciendo las primeras formas de lenguaje en un individuo, y lo van haciendo parte de una sociedad que debe brindarle lo que necesita para suplir sus necesidades básicas de sobrevivencia. En sus primeros años, es la cultura y la sociedad las que imponen el lenguaje en el individuo. Con los años, es él quien establece esa cultura con sus pensamientos y acciones. El lenguaje, según varios autores, es la manifestación de pensamientos, emociones, sensaciones generadas por lo que observa del mundo, de lo que vive en él,  de lo que para él es lo real, de lo que vive en el lugar donde sobrevive, y en el tiempo en el que se encuentra con los suyos, de la expresión de sus necesidades, del rol que represente en la sociedad en la que se encuentra y la disposición que muestre en la aceptación de otros roles dentro de un mismo grupo social.

El lenguaje tiene la particularidad de permitir interpretar diferentes tipos de culturas en las que el individuo puede no estar inmerso, es decir, observarla, interpretarla, conocerla y aceptarla sin hacer parte de ella, por el solo hecho de ser un elemento fundamental en la comunicación. “El lenguaje  que usamos en la vida cotidiana nos proporciona continuamente  las objetivaciones indispensables y dispone el orden dentro del cual  estás adquieren sentido”1   ( La construcción social de la realidad. Peter Berger y Thomas Luckmann ç. Amorrortu editors.).

En sus primeros años, la familia juega un papel fundamental en el desarrollo del lenguaje, ya que es en este tiempo en el que el ser humano aprende por imitación. El acompañamiento permanente de sus padres y una constante atención, le brindan al niño la posibilidad de adquirir gran bagaje en el lenguaje y fluidez en la comunicación. De aquí que la estructura familiar juega un papel importante en el desarrollo de esta habilidad; entre más grande la familia, mejor manejo del lenguaje. Muchos autores afirman que además de un componente familiar apropiado, también debe existir un ambiente familiar tranquilo y agradable que genere seguridad y comprensión, y para que el lenguaje se forme lo más ricamente posible. “El lenguaje es un instrumento que se aprende por causa de un propósito” Bruner. De aquí que la base de toda sociedad es la familia.

Todo ser humano comunica sus pensamientos, sentimientos y emociones, por la necesidad innata de socializar, de sentirse aceptado en un grupo social y pertenecer a una cultura. A medida que aparecen necesidades en la comunidad, se generan cambios en la cultura y por tanto en el pensamiento y en el lenguaje. De aquí que una sociedad con oportunidades, tiene un manejo de lenguaje muy rico comparado con aquellas comunidades aisladas y cuyas oportunidades son mínimas; El manejo del lenguaje se ve bien diferenciado en los diferentes  estratos económicos que forman las ciudades; igualmente, se puede notar diferencias marcadas en el lenguajes de las comunidades rurales con respecto a las ciudades. Muchas diferencias en el lenguaje también tienen que ver con el entorno natural, es de notar, por ejemplo, una comunidad del centro de la ciudad con otra que viva a la orilla del mar.

La escuela es una de las más importantes experiencias sociales para el ser humano; es allí donde viene a manifestar el lenguaje aprendido en casa y a intercambiar experiencias de vida con los otros. Es un espacio de mezclas culturales creadas en casa. El ejercicio que hace la maestra a permitir espacios en donde el niño narre y escriba sus experiencias vividas, teje una cultura social en la que se enriquece día a día el lenguaje. Es en la escuela donde se afianza el lenguaje. Una escuela organizada que propenda por un verdadero desarrollo de los niños y de la sociedad, es aquella que fortalece la socialización cultural, mediante espacios oportunos de crecimiento en el lenguaje oral y escrito. El lenguaje es la base de todas las interacciones sociales que se producen en la escuela: se orientan los contenidos de la enseñanza y se mantiene una buena comunicación entre los alumnos, entre maestros, y entre los alumnos y maestros.

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