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El lugar de los nenes y las nenas durante el juego


Enviado por   •  22 de Enero de 2022  •  Ensayos  •  852 Palabras (4 Páginas)  •  66 Visitas

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El lugar de los nenes y las nenas durante el juego

Sánchez Mayra

“Jugando nos relacionamos con el ser, con la vida y la muerte, el más allá y el más acá, lo visible y lo invisible, la gracia y la desgracia. Restauramos los lazos entre uno y el universo, entre unos y otros.”

-Graciela Scheines-

“El juego no es una actividad como cualquier otra. Es tan mágica como un ritual, ata y desata energías, oculta y revela identidades, teje una trama misteriosa donde entes y fragmentos de entes, hilachas de universos contiguos y distantes, el pasado y el futuro, cosas muertas y otras aún no nacidas se entrelazan armónicamente en un bello y terrible dibujo. Jugar es abrir la puerta prohibida, pasar al otro lado del espejo. Adentro, el sentido común, el buen sentido, la vida “real”, no funcionan. La identidad se quiebra, aparece en fragmentos reiterados de uno mismo. La subjetividad se expande y se multiplica como conejos saliendo uno tras otro de una galería infinita.” (Graciela Scheines-Juegos Inocentes). El juego es, entonces, un mundo de posibilidades, donde se puede crear una realidad alternativa, el conocido espacio transicional, que depende de cada sujeto, sin importar su sexo biológico, sus preferencias hacia los colores, etc. Es en este espacio donde lo fantástico se superpone a la realidad y los objetos pasan de su uso o forma tradicional a lo que el sujeto necesite o desee en ese momento de creatividad.

Durante mucho tiempo, el juego ha sido visto como una manera de separar a los nenes de las nenas, como una forma de guiar a los niños y niñas para su futura vida adulta. En este sentido vemos como en una fiesta de cumpleaños, por ejemplo, se lleva a las niñas a una habitación de spa, mientras que a los varones se los lleva afuera a jugar al fútbol. Durante la fiesta se pudo observar como la madre de la cumpleañera instaba a las niñas a vestirse como mujeres adultas y modelar en frente de los varones, mientras estos hacían referencias sobre sus cuerpos, su belleza física con silbidos y aplausos. Me pregunto: “¿Qué habrá pasado por la cabeza de aquella madre al organizar semejante acto?” pienso que de manera inofensiva, tal vez, la madre lo tomó como algo cotidiano, normal, sin darse cuenta de que reforzaba las prácticas de desigualdad entre niños y niñas por su sexo biológico. De aquí parten ciertos mitos que circulan en la sociedad, como lo son: “el rosa es para las nenas, el celeste para los nenes”, “hay juegos exclusivamente para nenes y juegos exclusivamente para nenas.”, “si las nenas juegan juegos de varones se convierten en varoneras”, “si un varón juega a vestirse de princesa, seguro que va a salir raro”, y  como estos muchos más. Hoy en día, gracias a diferentes movimientos que impulsan al cumplimiento y conocimiento de los derechos de los niños y niñas, en los diferentes establecimientos se considera de primordial importancia la libertad en el juego de los mismos. En un jardín de infantes, por ejemplo, corren niños vestidos de princesas, niñas vestidas de super héroes, tanto como mamás en las casitas, papás con bebés, niños que hacen compras, niñas conductoras de trenes, etc. Haciendo referencia a estos grandes momentos, a estos espacios de libertad, cito a Perla Zelmanovich, cuando dice: “’como adultos tenemos la responsabilidad de cuidar a los chicos’ y que una forma de ejercer ese cuidado es comprender que los niños no son los actos que llevan adelante, sino que esos actos son ensayos de un personaje que despliegan en el camino de la construcción de su subjetividad.” (La secundaria del fututo y las etiquetas del pasado) es aquí donde surge la necesidad de plantearnos como adultos que tipo de infancia queremos que vivan nuestros niños y niñas. ¿Una llena de estereotipos, de etiquetas que marquen sus subjetividades?, o ¿una libre de prejuicios, llena de libertad de elección, de acompañamiento y amparo ante lo que decidan ser, o practicar durante el juego? Mientras los adultos tengamos prejuicios o pensamientos negativos sobre nuestros niños y niñas, las infancias seguirán siendo solo un estereotipo de género, una limitación para su creatividad. Los niños saben jugar sin que nadie les enseñe. Y si solo se les ofrece un determinado tipo de juguete o juego, se los inhibe, se les reprime su capacidad de inventar, de crear un mundo perfecto, su mundo. Además de que se los aleja por completo de la realidad que se vive en estos tiempos cambiantes, dónde las mujeres y los hombres realizan tareas por igual, crían a sus hijos, trabajan fuera del hogar, estudian, hacen tareas domésticas, etc.

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