En la marina de un país muy poderoso se encontraba Martin.

 EL DESTINO Y TÚ

En la marina de un país muy poderoso se encontraba Martin, un chico que deseaba algún día darle sentido a su vida ya que desde muy joven sus padres fallecieron, y decidió ir por el camino de las armas y el peligro.  

En una de sus peligrosas misiones, Martin por casualidad encuentra la fotografía de una joven sonriente medio enterrada en la arena del desierto. En la base, nadie la reclamaba de manera que decide quedarse con la foto .A partir de ese momento Martin comienza a tener mucha suerte en lo que se refiere a la guerra y consigue sobrevivir pudiendo terminar su servicio en el ejército.

Al terminar su servicio decide regresar a casa en búsqueda de la chica de la foto que tanto le traía suerte, regresa a su pueblo natal donde está su mejor amigo de toda la vida (su perro).  El cual lo acompaña en su búsqueda. El y su perro Se van caminando hasta encontrar un humilde pueblo muy parecido al de la foto. En ese momento Martin le dice a su perro: -mi corazón me dicta que llegue al lugar indicado-

Al día siguiente después de tanto preguntar, Martin descubre que la chica era dueña del único ancianato del pueblo y que su nombre era Gabriela. Martin muy nervioso se dirigió hasta el lugar, entró y se llevó la agradable sorpresa de ver a la chica de la foto, estaba tan feliz de verla que no dijo ni una palabra. Puedo ayudarte en algo – dijo la chica-  Martin no fue capaz de decirle el motivo de su visita, pero tampoco quería perderla de vista, así que le dijo lo primero que se le ocurrió –vengo porque estoy interesado en el anuncio del trabajo- y después de un largo interrogatorio, la chica acepta que Martin trabaje con ella.

Gabriela es una chica extrovertida, apasionada por lo que hace, adicta sin cura a la fotografía, y sobre todo amable y paciente, por esa razón había decidido fundar un ancianato ya que no le molestaba pasar todo su tiempo con los ancianos. Al pasar el tiempo Martin y Gabriela construyen una relación muy amena, Martin le ayuda con todo lo que estuviera a su alcance a Gabriela, con los ancianos y con la fotografía, (ya que a Martin también le apasionaba locamente la fotografía.) Pero como todo no puede ser color de rosa, Gabriela le cuenta a Martin que tiene un novio el cual viaja todo el tiempo, y con el cual se casara, única y exclusivamente  por hacer feliz a su madre. Martin acepta eso y le brinda su amistad incondicional ya que no quería perder a la persona que lo hacía sentir vivo.

Como de costumbre Martin se encontraba con su mascota y cumpliendo sus deberes con los ancianos, en ese momento escucho una discusión muy fuerte y de inmediato salió a ver qué pasaba. Su respiración se aceleró al ver que un hombre estaba maltratando a Gabriela. Corrió rápidamente y lo golpeo como si no hubiese un mañana. Esto no se quedara así – dijo el hombre enfurecido- Gabriela con lágrimas en los ojos le dijo a Martin que él era su prometido, y que se estaba comportando así porque ella le había confesado que amaba a alguien más y que ese alguien estaba parado frente a sus ojos. Martin la abrazo y le dijo que él siempre la iba a proteger, que su destino era estar con ella.

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