En un tiempo no muy lejano

En un tiempo no muy lejano, en la gran ciudad de Medellín, habitaba una prestigiosa familia, entre ella estaba Sherlock, una hermosa joven de tan solo 17 años, que soñaba con ser cantante, pero para cumplir su gran anhelo, tenía que estudiar en Londres, donde se encontraba la mejor academia de música del mundo.

Sus padres, Don Bruno y Doña Helena, no estaban de acuerdo con que su adorada y única hija, viajara tan lejos; ellos tenían el temor de perder su gran tesoro; ya que, en esos tiempos, corrían noticias de mujeres hermosas que eran secuestradas, para venderlas en el mercado negro, donde las prostituían, las maltrataban e incluso las usaban para sacarles sus órganos y traficar con ellos. Por este gran motivo, sus padres no la dejaban viajar.

Por otro lado, Sherlock, mantenía muy afligida, acongojada, triste, y deseaba que llegara el día más anhelado para ella, en el cual cumpliría sus 18 años. Sus ansias porque llegase ese acontecimiento tan primordial para ella, era su libertad; pues pensaba que al cumplir su mayoría de edad podría decidir sobre ella misma y se marcharía a cumplir sus sueños. Pasaron días, y la adorada joven, practicaba con cantos muy hermosos. Faltaban tan solo dos meses para cumplir su mayoría de edad, pero para ella esto era una eternidad, y como toda joven, ya estaba desesperada.

En esos días, conoció a un joven llamado Derek, quien se hizo amigo de La joven, durante unas semanas, Sherlock se había olvidado de sus penas, por lo contrario, estaba supremamente feliz y dichosa porque Derek era muy especial con ella. Llego el momento en el cual la bella joven le comento a su gran amigo que tenía el sueño de ser cantante y que sus padres no le permitían viajar a Londres a estudiar Técnica Vocal. Derek, se notó muy preocupado por la noticia, ya que no estaba de acuerdo con la decisión de Don Bruno y Doña Helena. Por tal motivo, el muchacho le dijo a Sherlock que tenía un plan para que ella pudiera viajar y alcanzar sus sueños. La joven se entusiasmó tanto, que estaba ansiosa por escuchar tal propuesta.

Derek le dijo, que se escaparan juntos de la casa, que él contaba con el dinero suficiente para sostenerse en cualquier parte del mundo; pero ella muy incrédula le preguntaba como harían tal locura, si sus padres la vigilaban constantemente y era imposible tal hazaña.

El joven muy decidido, se fue para una tienda de la ciudad y compró unas pastillas que producían sueño. Llego a la casa de ella y en ese preciso instante estaban sus padres. El joven se puso bastante nervioso y su amiga lo notó al instante, ella pregunto porque estaba tan inquieto y el joven le conto su plan. Él quería darle a tomar esas pastillas a Doña Helena y a Don Bruno para que cayeran en un profundo sueño y así tener el tiempo suficiente para escaparse de la casa y del país. Ella no estaba convencida del todo con la propuesta de Derek; pero accedió a su plan.

Pues bien, Sherlock de dirigió a la cocina, preparó un jugo de naranja y se los ofreció a sus padres, ellos estaban muy agradecidos y al mismo tiempo sorprendidos por la conducta no tan normal de su adorada hija; lo que ellos no sabían, es que este jugo de naranja, los llevaría a caer en un profundo y extenso sueño. Inmediatamente sus padres se durmieron, los jóvenes empezaron a empacar lo necesario y se dieron al escape.

Al día siguiente despertaron los padres totalmente desubicados y angustiados por que no encontraban a Sherlock en la casa, llamaron a sus conocidos más cercanos y nadie daba razón de ella. Entonces comenzaron a preguntar e investigar sobre el joven que día atrás habían conocido como amigo de su hija. No encontraron nada. Nadie lo conocía. Nadie lo había visto por el barrio e incluso por la ciudad. Angustiados se estaban imaginando lo peor. Dieron aviso a las autoridades quienes se encargaron de empezar a buscar pistas sobre la desaparición de la joven. No encontraron nada.

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