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Ensayo De El Coronel No Tiene Quien Le Escriba


Enviado por   •  30 de Marzo de 2012  •  2.155 Palabras (9 Páginas)  •  2.129 Visitas

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- Autor y su epoca

Gabriel García Márquez nació en Aracataca (Colombia), en 1928. Aún antes de escribir “100 años de soledad” (1967), la novela que lo haría famoso y lo convertiría en una de las grandes figuras claves del llamado “boom”, era ya autor de un conjunto de narraciones que no sólo eran valiosas como manifestación de una nueva actitud literaria, sino que tienen directa relación con el mundo imaginario que esa novela despliega en toda su amplitud. Tras abandonar su remoto y pequeño pueblo natal en la costa atlántica colombiana, inicia su vida literaria y periodística en Bogotá, Cartagena y Barranquilla, en cuyos periódicos publica sus primeros cuentos, artículos y crónicas sobre cine. El marco histórico en que estas actividades se desarrollan no puede ser más agitado: a raíz del “bogotazo” de 1948 se desata esa larga etapa en la política colombiana conocida como “la violencia”, que se convertirá en uno de los temas mayores de su generación. Aunque de modo muy distinto al de las novelas de otros, el clima de terror y de intolerancia que el país vivía entonces se reflejará en las primeras obras del autor.

Esos libros son tres novelas (“La hojarasca”, 1955; “El coronel no tiene quien le escriba”, 1961; “La mala hora”, 1962 y la colección de cuentos “Los funerales de la Mamá Grande”, 1962). Hay una oscilación estilística en este grupo entre la estructura elaborada y el lenguaje barroquizante de “La hojarasca” o del relato que da título al volumen de cuentos, y el tono despojado, lacónico y directo de los otros libros, que más bien parecen reflejar la huella de Hemingway y Graham Greene. Esos lenguajes se corresponden con dos distintos territorios imaginarios: por un lado, Macondo, una tierra donde la realidad no tiene fronteras y todo es posible; por otro, el anónimo “pueblo”, un lugar polvoriento y abandonado donde los personajes meramente sobreviven más allá de toda esperanza. En ambos casos, revelan a un joven escritor que se emancipa estéticamente respecto de los consabidos modelos del realismo de la época: una nueva etapa en la historia de la novela está comenzando con esos libros. Desde el comienzo, hay en él una profunda fidelidad a la experiencia personal y social, a la vez que al rigor literario, que lo aleja del tremendismo y el simplicísimo ideológico habituales en la novela política.

Tanto “El coronel no tiene quien le escriba” como “La mala hora” (ambas escritas en París, donde había llegado como corresponsal periodístico) ocurren en “el pueblo”. Pero hay otra relación entre ellas, aún más importante: la primera surgió inesperadamente, por una especia de partenogénesis, mientras redactaba la segunda. Y el hecho de que algunos personajes, situaciones e imágenes de procedencia macondiana se infiltren en sus páginas revela que el autor estaba luchando, a través de estos relatos, por acercarse al foco de su universo narrativo. Sería un error descartarlos como intentos frustrados; particularmente “El coronel no tiene quien le escriba” es una pequeña obra maestra del estilo condensado de García Márquez. La breve novela es el paradigma de un lenguaje narrativo estrictamente funcional: no sobra ni falta una línea y cada una resuena en el lector como un eco imborrable. Todo es simple y directo, pero cargado de simbolismo y tenso dramatismo, y también de un sutil humor que hace verosímil una situación imposible: el viejo coronel a la espera de su pensión militar, espera que dura ya quince años y que sin duda seguirá prolongándose indefinidamente. La capacidad para aludir por elipsis, de sintetizar una vida en un simple gesto, la repetición de ciertos elementos con distintos matices de significación, funcionan aquí perfectamente calibrados para hacernos sentir lo mismo que sienten los personajes.

En 1982 la Academia Sueca le concedió el premio Nóbel de Literatura, y su discurso de aceptación del galardón fue un hermoso alegato a favor de la identidad de los pueblos de Hispanoamérica.

2.- analisis literario

“El coronel no tiene quien le escriba” se desarrolla en un pueblo costero de Colombia. Dispersos en el pueblo aparecen todos los personajes: el doctor; el rico y diabético Sabas; el padre Ángel, que prohíbe a los ciudadanos el ver películas inmorales tocando la campana de la iglesia; la frustrada esposa del coronel; y el más importante, el propio coronel.

El coronel es un hombre educado, pero quizá algo idealista. Durante quince años cada viernes, ha estado fielmente esperando la llegada del cartero ansiando recibir la pensión de veterano prometida por el gobierno al finalizar la guerra civil. En la pobreza, casi muertos de hambre, y viviendo del crédito de los demás, él y su mujer han perdido hace poco a su único hijo, que era el que les mantenía económicamente, que por distribuir información clandestina fue acribillado en la gallera. Lo único que les queda de su hijo es un gallo, un excelente gallo de lucha y un ganador seguro en el próximo combate de enero, aunque hasta enero aún falta mucho tiempo. Para mantener este potencial ganador de sustento hasta enero, debe ser alimentado, pero cuanto más come el gallo, menos pueden comer el coronel y su esposa.

Intentan vender sus ya pocas pertenencias, pero nadie les compra ya nada. Deciden vender el gallo, pero más tarde se arrepienten porque no le pueden sacar los novecientos pesos que esperaban de su venta. La mujer se siente ya desesperada, siente que se está muriendo y pregunta a su marido qué comerán hasta llegar a enero, a lo que el coronel responde tal vez soltando todo lo que hasta entonces había guardado dentro de sí mismo: mierda

3.- ambiente en que se desarrollo la obra

La historia transcurre en un pueblo colombiano, después de la guerra civil, ya que la mujer del coronel menciona que le han de pagar la jubilación por dejarse la piel en la guerra civil.

3.1.- Busca frases que representen el tema de la soledad y la miséria.

“Durante cincuenta y seis años, desde que terminó la última guerra civil, el coronel no había hecho nada distinto de esperar”.

“El coronel no tiene quién le escriba”.

“Son veinte años de recuerdos”.

“Y mientras tanto qué comemos” “mierda”.

“Nosotros ponemos el hambre para que coman los otros. Es la misma historia desde hace quarenta años”.

“Éste es el milagro de la multiplicación de los planes”.

3.2.- Breve descripción

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