Ensayo-El Coronel No Tiene Quien Le Escriba

ENSAYO

NOVELA

"El coronel no tiene quien le escriba"

Gabriel García Márquez

Patricia Sylvia Cardoso Torres

Personajes.

El coronel: militar retirado que participó en la guerra civil y que espera desde hace quince años una carta del gobierno que le otorgará una pensión. Es el personaje principal en el que se centra el relato. A pesar de su edad, setenta y cinco años, es un hombre de una gran entereza y fuertes convicciones sobre la dignidad y el honor, que posee una confianza y fe inquebrantable en que su precaria situación económica se resolverá a la llegada de la "carta" que nunca llega. No se doblega ante la adversidad, y a pesar de su trágica situación de vida, posee un sentido del humor y candor, que despiertan la simpatía del lector.

La mujer del coronel: compañera del coronel durante cuarenta años, asmática y frágil físicamente, tiene una percepción más realista de la situación difícil en que viven ella y su marido, el coronel. Es pragmática y muy religiosa, y responde con cierta ironía a las réplicas del coronel.

Agustín: es el hijo del coronel, que ha sido acribillado por distribuir información clandestina en una gallera. Es un personaje del que se sabe poco, pero que está "presente", aun después de muerto, en alguna forma u otra en la narración, principalmente porque poseía un gallo de pelea, que el coronel conserva a pesar de las quejas y oposición de su mujer. Además, los compañeros de su hijo, que trabajan en la misma sastrería donde el hijo del coronel trabajaba, le hacen llegar "cartas de Agustín", que el coronel guarda misteriosamente en el bolsillo del pantalón y de las que no se sabe nunca el contenido.

Álvaro y Germán: los compañeros de trabajo del hijo del coronel, quienes están muy interesados en que el gallo de Agustín participe en la próxima pelea de gallos del pueblo.

El doctor: es el personaje que sabe realmente lo que está sucediendo no sólo en el pueblo, sino en el país, ya que a través de él llega la información clandestina. Es él quien le abre los ojos al coronel sobre la corrupción del gobierno, y la deshonestidad y avaricia del compadre del coronel, Don Sabas.

Don Sabas: es el ricachón del pueblo y compadre del coronel, por ser el padrino de su hijo Agustín. Representa la venalidad y corrupción de los hombres políticos que se enriquecen a costa de los demás. Conforme avanza el relato, sale a relucir su deshonestidad y deslealtad, sobre todo en la escena donde el coronel va a verle para venderle el gallo de su hijo Agustín.

El abogado: es el personaje que ilustra la indolencia y burocratismo dentro del engranaje social, político y económico en que se sitúa la novela. Cuando justifica por ejemplo, la tardanza del trámite del coronel, diciendo que en quince años ha habido siete presidentes, cada uno habiendo cambiado diez veces de gabinete, etc.

Temporalidad.

Las acciones de la narración se desarrollan en el presente, con algunas regresiones al pasado, cuando el coronel se sumerge, por ejemplo, en sus recuerdos sobre la rendición del coronel Aureliano Buendía, el tratado de Neerlandia, la promulgación de la ley sobre la pensión de veteranos, etc.

Dichas regresiones nos permiten comprender mejor, por un lado, las razones que tiene el coronel para esperar, la llegada de la carta del gobierno, y por el otro cernir su integridad e inocencia en las expectativas de una respuesta por parte de un gobierno corrupto e inestable.

"El coronel se alarmó. Como tesorero de la revolución en la circunscripción de Macondo había realizado un penoso viaje de seis días con los fondos de la guerra civil en dos baúles amarrados al lomo de una mula. Llegó al campamento de Neerlandia arrastrando la mula muerta de hambre media hora antes de que se firmara el tratado".

Espacialidad.

El relato se desarrolla en un pueblo pequeño de Colombia, un pueblo portuario ya que el correo y mercancías y pasajeros llegan a él, a través de lanchas todos los viernes. Es un lugar donde llueve constantemente y cuando no llueve, hace un calor extremo.

"Después salió a pasear por el pueblo paralizado en la siesta dominical. No había nadie en la sastrería. El consultorio del médico estaba cerrado. Nadie vigilaba la mercancía expuesta en los almacenes de los sirios. El río era una lámina de acero. Un hombre dormía en el puerto sobre cuatro tambores de petróleo, el rostro protegido del sol por un sombrero. El coronel se dirigió a su casa con la certidumbre de ser la única cosa móvil en el pueblo."

El pueblo vive al ritmo de esta lluvia incesante y el calor agobiante, pero sobre todo, bajo el control del toque de queda al sonar el clarín todas los días, a las once de la noche, y de las doce campanadas de advertencia de "censura cinematográfica" del padre Ángel, lo que indica claramente la situación de represión política y religiosa que sirve de marco a la novela.

Perspectiva del narrador.

La novela comienza con la descripción del coronel y su mujer, su situación de pobreza extrema y su rutina cotidiana, que se ve interrumpida por las campanadas que anuncian un entierro, un entierro que es un acontecimiento y a la vez, el primer indicio del contexto en el que se desarrolla el relato: la inestabilidad y represión política y social de Colombia, cuando por un lado el coronel dice a su mujer: "Es el primer entierro de muerte natural que tenemos en muchos años". Y, por otro lado, cuando el cortejo se ve obligado de cambiar de rumbo, ya que está prohibido pasar frente al cuartel de policía.

El narrador es omnisciente, y la narración está en tercera persona, intercalando diálogos entre los personajes principales. La narración participa pues, tanto de lo objetivo en los diálogos, como de lo subjetivo en el relato en tercera persona.

Discurso.

La forma de la narración, alterna el discurso directo e indirecto en los diálogos entre los personajes y discurso indirecto libre al transcribir los pensamientos, sentimientos y sensaciones de los personajes.

"Cuando la mujer anunció que estaba preparada, el médico entregó al coronel tres pliegos dentro de un sobre. Entró al cuartel, diciendo: "Es lo que no decían los periódicos de ayer". El coronel lo suponía. Era una síntesis de los

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