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Ensayo acerca de las penas y delitos


Enviado por   •  1 de Diciembre de 2019  •  Reseñas  •  4.988 Palabras (20 Páginas)  •  179 Visitas

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Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra

Campus Santo Tomás de Aquino

Facultad de Ciencias Sociales y Administrativas

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Ensayo acerca de las penas y delitos.

Sustentado por:

Domingo Villanueva

Matrícula:

2017-5498

Asignatura:

Penal Especial-I

Fecha de entrega:

miércoles 31 de julio, 2019

Santo Domingo, República Dominica

INTRODUCCIÓN

La historia del Derecho penal y particularmente lo que hoy vivimos mediante el conjunto de leyes que regulan a la sociedad, en cuanto a la comisión de delitos, es el resultado de los esfuerzos de muchos interesados que se han ocupado de este tema, filósofos, investigadores, cuerpos de jurisconsultos y sociedad en general. Desde los primeros asentamientos que tuvieron que encarar la lucha de unos contra otros, y el posterior desarrollo de las complejas relaciones de los ciudadanos de una misma comunidad, después de una comunidad a otra, para desembocar en la interacción de un Estado contra otro.

Es movido por un interés fundamental, el “PODER” en sus diferentes alcances, desde el poder económico, el del individuo, el de algunas instituciones como la iglesia y el propio Estado, quienes dependiendo del momento histórico de que se trate, no midieron la afectación social, que su ambición desencadenaba.

Creando desequilibrios e injusticias sociales, ha sido necesario buscar formas de regulación, que estipulen que es un delito, cuáles son sus características y cuáles son las penas que castigan dichos comportamientos con la intención de prevenir la comisión de un delito y poder desalentar a los posibles infractores.

De eso trata la obra del marqués de Becaria, quien en su momento desarrollo la obra que llaga hasta nuestros días con el nombre de “Tratado de los Delitos y las Penas”, el reconocimiento de los pensadores y filósofos de su época le reconocieron tanto en Italia como en otros países Europeos.

Muchos criticaron su obra por que ponía límites a los excesos de poder de quienes administraban la justicia, otros la aceptaron con agrado, y otros más tomaron su obra como base, para desarrollar estudios dirigidos a la atención del comportamiento o práctica delincuencial que aqueja a las sociedades.Es indudable, que el análisis que realizó el autor de los delitos y las penas es la base para el estudio del comportamiento de los delincuentes, pero también la humanización de quienes en su calidad de castigadores de decretan las sanciones, cuidando en todo momento el justo medio para uno y para otros.

Las penas y los delitos.

Según el texto  el origen de las penas viene de la mano del propio origen de las leyes, ciertas leyes que  son las condiciones por las que los hombres pudieran dar inicio a una unión en cuanto sociedad afectados y deteriorado por  un estado de guerra, donde el líder o dirigente pasa a ser su administrador y dado a la capacidad de dirección han demostrado que no toda la sociedad se acata a las leyes y claramente es necesario evitar que las leyes de la sociedad no sean sumergidas en el caos y ello se logra a través de motivos sensibles que son las penas contra los infractores.

Para poder destacar la importancia de las leyes de una sociedad surgen sus penas para quien la inflija y he aquí cuando las sociedad le otorga el derecho a las leyes de poder castigar, el  fundamento del derecho del soberano a penar los delitos lo encontramos en que: “Todo acto de autoridad de hombre a hombre que no se derive de la absoluta necesidad, es tiránico”.

A través de la lectura del texto podemos entender que las pena son  justas cuando es más respetable y organizada la seguridad y mayor la liberad que el dirigente conserva a los ciudadanos. Esto nace de la necesidad  del hombre a tener sensación de seguridad y equidad, por lo cual cede parte de su libertad, cada uno trata que esa parte sea lo más pequeña posible, pero viene siendo la totalidad de esas porciones de libertad las que forman el derecho de castigar, todo lo demás es abuso y no justicia, es hecho y no derecho.

El derecho a castigar trae consecuencias, porque al hablar de cómo se ceden ciertos aspectos de nuestra libertad se limitan ciertos puntos de vista al tomar las decisiones como sociedad, una consecuencia de esta puede ser que  solo las leyes pueden decretar las penas de los delitos y esta autoridad únicamente corresponde al legislador que es el que representa a toda la sociedad, ningún magistrado puede decretar su voluntad ni aumentar las penas establecidas.

Pero no solo esto, en cuanto hablamos de quien vela que las llamadas leyes y su aplicación de las penas podemos destacar que todo miembro particular está ligado a la sociedad y ésta, está ligada con cada miembro particular, esto significa que el interés de todos se basa en la observación de los pactos, y la violación de cualquiera de ellos  autoriza la anarquía por ende  el soberano no puede juzgar cuando alguno haya violado el contrato social, de ahí la necesidad de  que un tercero juzgue, este tercero es el llamado magistrado, el cual sus dictámenes son inapelables y además se probase que la atrocidad de las penas es puestas al fin de impedir los delitos, éstas serían contrarias a la justicia y a la naturaleza del contrato social.

Es decir, ciertas consecuencias no solo lo que viene siendo los efectos y sus aplicaciones, también abarca lo que viene siendo la interpretación de los jueces , ya que los  jueces criminales no pueden interpretar las leyes penales porque ellos no son legisladores. Los jueces han recibido las leyes de la sociedad, del dirigente,  resultado de un juramento del consentimiento y aceptación de todos. En todo delito el juez debe hacer un silogismo perfecto donde la premisa mayor es igual a “la ley general”, la menor “la acción conforme o no a la ley”, la consecuencia “la libertad o la pena”.

Hay peligro en el principio que nos propone consultar el espíritu de la ley, éste es el resultado de la buena o mala lógica del juez, de su buena o mala digestión, por lo que la suerte del ciudadano cambia con frecuencia al pasar por distintos tribunales, es víctima de los falsos raciocinios o del actual fermento de los humores del juez. Pero un código fijo de leyes no deja más facultad al juez de examinar y juzgar si las acciones de los ciudadanos son o no conformes a la ley escrita.

Las leyes también puede poseer de cierta oscuridad al momento de ser escritas en un lenguaje complicado y difícil de comprender para el pueblo, haciendo que solo unos pocos puedan comprender su peso y su mensaje, el cual debería ser todo lo contrario ya que mientras más personas entiendan y tengan a su alcance la capacidad de comprender las  leyes menos frecuentes serán los delitos,  porque sino hay leyes escritas una sociedad no tendrá jamás una forma estable de gobierno donde la fuerza sea un efecto del todo y no solo de las partes.

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