Ensayo de El derecho a la educación

El derecho a la educación

Históricamente los pueblos indígenas han estado entre los sectores sociales de mayor exclusión y con mayores desventajas. Uno de los factores que más influye en las desventajas que aquejan a los pueblos indígenas es la ausencia de una educación de buena calidad.

[pic 1]La educación de calidad es un derecho y al mismo tiempo, debe estar apegada a los valores de los derechos humanos. Además, la educación es necesaria para el cumplimiento de los otros  derechos civiles, políticos, económicos o sociales (UNICEF, 2008: 7). Esto significa que la educación es considerada un derecho de derechos, ya que al educarse, las personas adquieren los elementos necesarios para ejercer otros derechos^[1].

La educación basada en los derechos humanos tiene como objetivo asegurar a todos las niñas, niños y jóvenes una educación de calidad, que respete y promueva su derecho a la dignidad y a un desarrollo óptimo. Ahora bien, alcanzar ese objetivo es una tarea complicada.

El enfoque de la educación basado en los derechos humanos plasma tres dimensiones interrelacionadas e interdependientes, la educación desde este enfoque no se puede hacer realidad si no se abordan los tres:

1.  El derecho al acceso a la educación – supone que todos los niños tienen derecho a la educación en igualdad de oportunidades y sin discriminación por ningún motivo. Para alcanzar este objetivo, la educación debe estar al alcance de todos los niños, ser accesible a ellos y ser integradora.

1.  El derecho a una educación de calidad – la educación de calidad les ayuda a alcanzar su potencial, obtener un empleo y adquirir habilidades para a vida. Así mismo, debe ser pertinente, tener un programa de estudios amplio, tener los recursos necesarios y ser supervisada adecuadamente.

La educación debe de ser de calidad para que las niñas y los niños se interesen en sus estudios, si no es de calidad, los niños se aburren, no comprenden, no les sirven los contenidos en su vida diaria.

Una educación de calidad es la que: tiene un programa pertinente, en donde el maestro o maestra cumple su función, de acuerdo a valores en el entorno de aprendizaje (y contribuye a que este entorno no sea hostil, ni inseguro).

Además, en sus contenidos y en su operación la escuela de calidad fomenta el respeto por los otros y por la naturaleza; también fomenta la igualdad y respeta la identidad, la integridad y la autonomía de las personas y los pueblos.

1.  El derecho al respeto en el entorno del aprendizaje – todos los niños tienen derecho a que se respete su dignidad y a que se respeten sus derechos humanos universales en el sistema de educación. Entre estos derechos está el asegurar su participación, no exponerlos a ninguna forma de violencia y el respeto de su idioma, su cultura y su religión (UNICEF, 2008: 4).

La educación no debe permitir la violencia, como los castigos físicos, sexuales o humillantes. Debe evitar cualquiera de los tipos de violencia contenidos en las diferentes formas que adopta la discriminación.

La finalidad de la educación es, desde este enfoque, que los niños se realicen personalmente, ayudar a que se respeten todos los demás derechos, que las personas puedan participar eficazmente en su sociedad^[2] y promover el entendimiento, la amistad y la tolerancia. La educación sirve, además, para trasmitir conocimientos y saberes; debe ayudar a las niñas y niños para tener una mejor vida en cuanto a lo económico, contribuyendo a reducir, y eliminar, la pobreza, las desigualdades y la injusticia. (UNICEF, 2008: 21).

[pic 2]Para lograr esto objetivos es muy importante el programa de estudios, este  debe proporcionar a los niños los conocimientos académicos básicos y las competencias cognitivas básicas, junto con competencias esenciales para la vida activa que les permitan hacer frente a los problemas de la vida, adoptar decisiones reflexionadas y llevar una vida sana; sostener relaciones sociales satisfactorias, reflexionar con sentido crítico y tener capacidad para resolver conflictos de manera no violenta.

El programa de estudios debe ser integrador y ajustado a las necesidades de los niños, también cuando éstos se encuentren en circunstancias diferentes o difíciles.

Todos los materiales didácticos y de aprendizaje deben estar libres de estereotipos de género y de representaciones dañinas o negativas de cualquier grupo étnico o indígena (UNICEF, 2008: 33).

El derecho a la educación, no sólo se refiere a proporcionar los contenidos escolares, también incluye la obligación de eliminar la discriminación del sistema educativo y mejorar la calidad (UNICEF, 2008: 7). Para ejercer cualquiera de los derechos humanos es necesario combatir la discriminación y la desigualdad. También es importante que se busque que todas las decisiones políticas y los planes de desarrollo no refuercen los desequilibrios de poder.

El desarrollo de las niñas y niños incluye inculcarle el respeto, la identidad y pertenencia y su integración en su comunidad, en interacción con otros y su medio ambiente (UNICEF, 2008: 21). La educación debe promover el respeto a las familias y los valores de la comunidad en la que viven, así como promover el conocimiento de otras culturas y otros pueblos; respetar la diversidad cultural y lingüística y el derecho a participar en la vida cultural. La educación debe servir para reforzar la cohesión social.

La Convención de la UNESCO relativa a la lucha contra las discriminaciones en la esfera de la enseñanza (1960) protege los derechos de los pueblos y las comunidades indígenas, a la educación. En función de la política educativa de cada Estado, sienta el derecho a utilizar el idioma propio o a recibir la enseñanza en él, en una educación que no sea de menor calidad que la general.  La Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales (2005) señala que es una obligación respetar la diversidad cultural, entre otros medios, también  por medio de los programas de educación. Además, el artículo 30 de la Convención sobre los Derechos del Niño subraya el derecho de los niños a tener su propia vida cultural, profesar y practicar su propia religión y emplear su propio idioma (UNICEF, 2008: 36).

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