Es incomprensible como un indigente roba para comer, pero un magistrado roba haciendo caso omiso a las leyes

Es incomprensible como un indigente roba para comer, pero un magistrado roba haciendo caso omiso a las leyes de orden social y los derechos. Es la cuestión que el magistrado tiene la “educación” necesaria para ocupar el cargo. Aquí es donde nuestro sistema educativo se convierte en un problema social, donde los más preparados académicamente son los que sacan provecho de las situaciones. Además, sus respuestas generalmente aluden al bien común y al saber humano, que conduce a las respuestas más acertadas.

El sistema educativo ha monetizado las habilidades, el fortalecimiento de la voluntad, el carácter, las conductas ciudadanas, la responsabilidad social y la ética y la moral humana. No se fortalece las habilidades de saber humano que respondan a las más sencillas, pero complejas preguntas y actos humanos. La información que se imparte en las escuelas es vacía, carente y alejada de la pedagogía en su forma, la cual se centra en desarrollar el interés y el saber de las personas a través de sí mismos.

Ospina pretende que los sentidos estén abiertos a nuestro entorno, a conocer la vida, a conocer la sabiduría. Eso que no se puede enseñar pero que es implícito en cada ser humano, es a lo que debe apuntar un sistema de educación. Buscar entender los sistemas de aprendizaje de los niños, y la forma en como ellos construyen su realidad, la cual esta última se limita cada día que echamos nueva información en nuestras cabezas.

Cuando algo es aprendido; pero no es experimentado, solo es información. La educación académica es normalizadora de esquemas de aprendizaje de información, pero nada de eso es experimentado, vivenciado por los estudiantes. Es bueno aprender a hablar, a escribir, a entender los textos, aunque no se enseña a producirlos. La educación académica enseña teorías, otorga títulos a personas con información para desempeñar una actividad; sin embargo, aquellos que han experimentado el saber podrían comprobar sin tanto vocabulario técnico, mejores observaciones que cualquier docto en tal materia.

No es más educado aquel que habla con tecnicismos. No es menos educado aquel que no sabe los usos de todos los cubiertos. Se ha implantado ideas generacionales inútiles para intervenir la forma de aprendizaje. A medida que los años pasan, nuestra capacidad de ver lo real va disminuyendo, pero los de edad más temprana aún tienen la llama viva de la conciencia de entendimiento y de sabiduría.  De respuestas tan ingeniosas y no esquematizadas como la respuesta del campesino a Platón.

En los tiempos griegos se les enseñaba a los niños a buscar su propia reflexión a través de procesos individuales. Cada persona tiene sistemas de desarrollo de saber diferentes, y del mismo modo los alimenta o no. El sistema educativo no enseña, solo vacía información en las cabezas de los niños, pensando que esto algún día podría generar frutos. El asunto es que con esas acciones solo están coartando desde la raíz la parte fundamental de observación del niño. La supuesta estimulación cerebral es algo irrelevante frente a las capacidades de los infantes, la cual se va perdiendo cuando llenan de información el cerebro. Las calles de las polis denotaban ese saber griego que se iba transmitiendo naturalmente sin necesidad de modelarlo. Ese saber buscaba la forma de que cada uno entendiera su ambiente y su condición. Esa es la educación que debería tener el presente sistema.

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