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Escuelas Bolivarianas

adri19762 de Marzo de 2013

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ESCUELAS BOLIVARIANAS

AVANCE CUALITATIVO DEL PROYECTO

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5

República Bolivariana de Venezuela

Ministerio de Educación y Deportes

Escuelas

Bolivarianas

Avance cualitativo del proyecto

Caracas, noviembre de 2004

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MINISTRO DE EDUCACIÓN Y DEPORTES

Aristóbulo Istúriz

VICEMINISTRO DE ASUNTOS EDUCATIVOS

Armando Daniel Rojas

DIRECTORA DE NIVELES Y MODALIDADES

Marianella León

DIRECTORA DE DESARROLLO EDUCATIVO

Gisela Toro

DIRECTOR DE INSTITUTOS AUTÓNOMOS

Rafael Chacón

DIRECTORA DE EDUCACIÓN INICIAL

SIMONCITO

Olga Sánchez

DIRECTORA DE ESCUELA BOLIVARIANA

Vladimira Moreno

COORDINADORA DE LICEO BOLIVARIANO

María de la Paz Regueiro

DIRECTOR DE TÉCNICA ROBINSONIANA

Rómulo Rodríguez

SISTEMA BOLIVARIANO

INCLUSIVO DE ADULTOS

Intermisiones

COMISIÓN NACIONAL

LICEO BOLIVARIANO

Armando Daniel Rojas

María de la Paz Regueiro

Eliana Naranjo

Cosme Arzolay

Luis Mariano Joubert

Mireya Salas

Nelson Sánchez

Francis González

César Ledezma

José Luis García

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Índice

Bases conceptuales, filosóficas y legales

del proyecto “Escuelas Bolivarianas” 7

La nueva escuela 25

Anexos 61

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Bases conceptuales, filosóficas y legales

del proyecto “Escuelas Bolivarianas”

Introducción

El compromiso del Ministerio de Educación y Deportes consiste en que

todas las escuelas venezolanas se conviertan en Escuelas Bolivarianas

y esta denominación representa una gran responsabilidad por su

connotación histórica, ilustrada, nacionalista e internacionalista que

evoca y a la vez convoca.

La referencia al Libertador Simón Bolívar tiene un profundo valor

para los venezolanos. Sus ideas y acciones constituyen una referencia

ineludible de nuestra nacionalidad. Resaltar lo bolivariano nos dirige a

lo mejor de nuestras tradiciones y a los fundadores de la Nación. Toda

esta situación reivindica nuestras potencialidades y fortalezas como

país y como pueblo. En consecuencia ello nos abre posibilidades para

contextualizarlo y resignificarlo en nuestra realidad de hoy. No se trata,

tampoco, de vivir del pasado sino de reconocernos en nuestro acervo,

para asumir las responsabilidades que hoy corresponden y afrontar

nuestros retos actuales.

El reencuentro con la idea Bolivariana corresponde a la escuela que

conlleva, en Primer Lugar la idea de cambio, de ruptura, de persisten10

cia y de reflexión. El reencuentro con Bolívar, y con el gran innovador

Simón Rodríguez, sirve para tomar ejemplo de quienes, contra toda

clase de avatares, levantaron sus ideas, pensaron con cabeza propia,

combinaron la reflexión y la acción, asumieron con todo empeño el

compromiso de enfrentar el reto de sus tiempos y, precisamente por

eso, trascendieron más allá de su época.

En Segundo Lugar, nos recuerda que un pueblo es algo más que un

grupo de gente sobre un territorio. Así, una nación se reconoce en su

historia y sus referentes comunes, pero sobre todo se construye y reconstruye

en su acción diaria, en su capacidad para asumir un proyecto

conjunto, en función de asumir los retos del momento.

Esta idea nos confronta con la necesidad de reconstruir la nación.

Una nación de todos y no sólo para unos pocos. La escuela debe ser

uno de los espacios donde los actores que han estado relegados puedan

irrumpir a la vida ciudadana, en la construcción de una nación

que se sostenga sobre el diálogo y el reconocimiento de los derechos

políticos, sociales, económicos y culturales de todos. Los lenguajes y

formas de las mayorías y de las minorías, deben ser también protagonistas

en los espacios públicos. La participación tiene que ser el signo

de la nueva democracia, participación desde la diversidad, desde su

reconocimiento y su aceptación, no como aceptación verbal, estática,

inamovible o conformista, sino como visión de construcción y posibilidad.

El reto que estamos asumiendo es el pasar de la democracia

representativa a la verdadera democracia “participativa-protagónica”;

por ello es determinante pasar del discurso a la acción en el reconocimiento

y la integración de la diversidad.

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Nos proponemos, desde la educación, reconstruir el país, mirar hacia

atrás y hacia adelante, recuperarnos, reconocernos, construir futuro

y convivencia. El país no está hecho ni es siempre igual a sí mismo. La

Patria hay que hacerla continuamente para que esté viva; la patria vive

en la medida en que recreamos la nación desde nuestras diferencias,

semejanzas y referentes comunes. Hacer educación es hacer del ciudadano

el nuevo republicano bolivariano. Hacer democracia, es construir

un espacio de todos, es decir, democratizar igualmente al espacio,

como un todo.

En Tercer Lugar, el carácter bolivariano de las escuelas nos recuerda

que somos latinoamericanos y caribeños, y que como tales, tenemos

que ver y comprender hacia el sur, hacia Centroamérica y las Antillas,

porque nuestra suerte es necesariamente compartida y las posibilidades

de futuro común están atadas a nuestra capacidad de integración.

Por último, asumir la nueva escuela venezolana como escuela bolivariana

significa que no podemos quedarnos en el discurso educativo.

El compromiso tiene que traducirse en las aulas, en una práctica

pedagógica abierta, reflexiva y constructiva. Igualmente, en una relación

amplia con la comunidad, signada por la participación auténtica

y en un cambio efectivo del sistema escolar, sus concepciones, procedimientos

y estilos, acordes con el propósito de construir una nueva

ciudadanía.

Lo bolivariano lo encontramos, entonces, en la búsqueda de

referentes comunes, en la disposición al cambio, en la responsabilidad

de reconstruir la nación también desde la escuela, en nuestro carácter

latinoamericano y caribeño y en el compromiso de convertir los ideales

en realidades, las palabras en hechos.

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Características del proyecto

El proyecto Escuelas Bolivarianas constituye una política del Estado

Venezolano, dirigida a afrontar las limitaciones del sistema escolar es

asumir la educación como un continuo humano, donde el niño, niña

se atiende desde cero años a seis años determinando la educación inicial

y continuando la atención al infante y al adolescente desde los seis

años hasta doce años en los períodos de la básica. La propuesta se inscribe

en el proceso de transformaciones políticas y sociales que vive el

país y de la alta prioridad que se le otorga a la educación dentro de ese

proceso. Asimismo, supone la concentración de recursos públicos y

del conjunto social en la educación, con una visión de largo plazo.

Se inicia como una propuesta experimental que se extiende progresivamente

a todas las escuelas venezolanas. La experimentalidad

es vista, por un lado, como un marco que permite la incorporación

de la jornada escolar completa, la superación de trabas burocráticas

y limitaciones organizativas, la flexibilización del currículo, así como

la articulación de esfuerzos especiales por parte del Estado. Por otro

lado, como un proceso que permite detectar necesidades, fortalezas y

potencialidades al tiempo que se generan las experiencias, los aprendizajes

organizacionales y el fortalecimiento institucional necesarios

para la extensión del proyecto. El nuevo paradigma de la supervisión

supera la conducta punitiva para pasar a la orientación, acompañamiento,

control y evaluación del proceso educativo en cada institución

y la preparación del personal directivo para el ejercicio de una administración

escolar democrática y participativa.

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En atención a lo antes expuesto, el proyecto parte de la convicción

de que las transformaciones en materia educativa no son un trabajo

de pocos años ni responsabilidad exclusiva del Ministerio de Educación

y Deportes, se inscribe en la participación de todos los actores del

proceso, fundamentalmente, en la materialización de esfuerzos de articulación

entre voluntades plurales, que requieren del debate siempre

abierto, sin verdades absolutas ni respuestas categóricas, en la continua

reflexión sobre las cuestiones sociales, políticas, culturales, institucionales

y conceptuales que se ponen en juego permitiendo detectar

necesidades, fortalezas y potencialidades, al tiempo que se generan las

experiencias, los aprendizajes organizacionales y fortalecimiento institucional

necesarios para la extensión del proyecto.

En la construcción de una nueva escuela democrática es indispensable

que el Estado se comprometa a cumplir con su papel de creador

de las

...

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