Estudiante

Universidad nacional de Chimborazo
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carrera de contabilidad y auditoria [pic 6]

Facultad de ciencias políticas y administrativas
integrantes:

mariuxi Sánchez

Marisela illanes

YeSsenia salinas

Sandra tene

Melany pino

Yajaira paguay

Fernando López

INTRODUCCIÓN

  “El único camino para la filosofía es pensar con método o bien el camino del pensar es el único método filosófico. ¿La filosofía la filosofía debe someter el lenguaje a un método, o bien el método específico de la filosofía es seguir libre y creativamente el lenguaje?” (ZAMBRANO Y NIETZSCHE, pág. 59). Zambrano y Nietzsche optan por encaminar la ministría del escritor y el filósofo bajo la maestría del lenguaje, favoreciendo que pensamiento y lenguaje se revitalicen recíprocamente.

  Maestría del lenguaje y “ministría” del pensador

  Este texto nos habla sobre María Zambrano y Friedrich Nietzsche y su amplio pensamiento sobre el lenguaje, donde los dos coinciden con que “el lenguaje es la condición de toda maestría y magisterio, mientras que el escritor  y el pensador aportan solo con su ministría”  (ZAMBRANO Y NIETZSCHE, pág. 59), es decir que el  lenguaje es todo y los pensadores y escritores dan  un poco de sus conocimientos para ampliar este lenguaje, pero solo se puede llegar a eso siempre y cuando se sepa sobre eso.

  Si bien es cierto el escritor y el pensador dominan las palabras, producen sus expresiones y ejecutan sus ideas pero siempre van estar por cuenta de otro o dependiendo que otro factor que en este caso  es el lenguaje.

  También nos mencionan que la soledad ha sido el motivo por el cual muchos autores han llegado a escribir algo, según  Zambrano y Nietzsche (pág. 60) “este es el más grande compañero”, puesto que en la soledad nuestro pensamiento se abre y así como muchos autores, aportan con su ministría a la madre de estas que es la maestría es decir, el lenguaje.

  Con respecto a María Zambrano y  su enfoque en el leguaje junto con su opinión del mismo, ella menciona que es por la personalidad misma y  la relación que cada individuo tiene con las palabras y nos dice que la el tener una íntima relación con el lenguaje depende de “una constante atención estilística al lenguaje, a su discurrir, sus lenguajes más ocultos, sus potencialidades más versátiles. Zambrano, (pág. 60). Así,  bien ubicando su ministría sobre esta maestría, que es el lenguaje, solamente ahí se ve el supremo magisterio.

   El "camino escondido" como maestría del lenguaje

   "Las más silenciosas palabras son las que traen la tempestad. Pensamientos, que vienen con pasos de paloma, conducen el mundo. (Zambrano, 2009, pág. 61).

  María Zambrano llama a ese camino que sólo se evidencia siguiendo la misteriosa guía del lenguaje "el camino escondido" y lo asocia con los saberes         más arcanos, con esa "sabiduría secreta" que tanto ha fascinado tradicionalmente a la humanidad. María Zambrano coincide con Nietzsche en que ese guía misterioso, el único guía posible y de alguna manera certero, es ni más ni menos que el lenguaje. (Zambrano, 2009, pág. 61).

  La maestría del lenguaje guía misteriosa pero proteicamente las ministrías humanas; por eso los pensadores o los escritores son ciertamente ministros, magistrados y servidores de aquel magisterio, cumplen su anhelo y encuentran finalmente en sí lo que le falta para ser, para que el ser a medias nacido se cumpla.                                                                            Perseguir la magistral guía del lenguaje, no conlleva renunciar a la creatividad, singularidad o al estilo personal, pues éste no es sino la personal destilación de la quinta esencia de la lengua. El mejor método para bien pensar o escribir es buscar y definir el propio estilo descubriendo, trazando, transitando y encarnando la maestría del lenguaje.

  Exprimir al máximo las posibilidades expresivas del lenguaje no es luchar desesperadamente en su contra ni imponerle una lógica que no es la suya sino al contrario dejarse guiar, llevar, conducir, descubrir, decir e incluso "mandar" por el lenguaje, Ciertamente, las lenguas han tejido durante milenios un laberinto donde está inscrito el ser humano. (Zambrano y Nietzsche, 2009) no lo niegan pero apuntan que se puede encontrar la salida de ese laberinto o al menos el camino (el único método) siguiendo sagaz y lúcidamente el hilo de Ariadna también inscrito en ese mismo laberinto o prisión del lenguaje, que trata  de hacer de la necesidad, virtud.

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