FLORENCIO SANCHEZ
Sofisil3 de Abril de 2014
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DISCURSO DE PINILLA EN LOS PRIMEROS PASOS DE SU CONSTRUCCION.
En la caja de plomo hallada en el Teatro Progreso (hoy Florencio Sánchez) el 17 de marzo de 1916 se encontró una copia del discurso pronunciado por el entonces Jefe Político y de Policía de Paysandú Coronel Basilio Pinilla.
Textualmente, el documento expresa: “Discurso del Coronel Basilio A. Pinilla
23 de setiembre de 1860
Colocación de la piedra fundamental
Señores: La elección con que me habéis honrado para solemnizar este acto, conmueve profundamente mi alma y obliga toda mi gratitud.
Tengo orgullo en prohijar la fundación de un nuevo elemento y de cultura para nuestra joven sociedad. Y es bajo la impresión de un noble entusiasmo, que ven a asociación mi nombre a este pensamiento humanitario.
Hay que tener fe en el porvenir, señores, cuando los Pueblos se agitan en las inspiraciones del bien. Hay que esperarlo todo de la conciencia y del buen sentido del país, cuando cada día nos trae una mejora, una institución que debe ser en resultados. ¡Oh, jamás podremos valorar bastante lo que importan la paz, el orden, el respeto a la Ley, para crear y robustecer en el corazón de un pueblo, el sentimiento del progreso y de la civilización.
Al ruido de las armas fraticidas se debilita la irradiación de aquella luz misteriosa con que Dios guía los pasos de la humanidad hacia su destino inmortal. A los gritos confusos y desordenados de la anarquía, huye despavorido el Genio de la Libertad, humedeciendo el espacio con lágrimas de dolor, y la patria enlutada, ve desprenderse de su alma, una a una, sus más caras esperanzadas, sus más bellas ilusiones.”
El discurso del coronel Basilio Pinilla en el acto de colocación de la piedra fundamental del Teatro Progreso prosigue en estos términos: “Paz, Paz, señores: he aquí para nosotros la palabra santa, la palabra de vida, en la que se encarna el progreso social”.
“Paz, Paz, confraternidad, y esa ley de los Pueblos escrita en el libro de la Regeneración con la sangre derramada en el Gólgota nos conducirá siempre con una fuerza irresistible a la unidad de pensamiento y de acción”.
“Y de esa unidad vendrá el bien: vendrán las instituciones benéficas y útiles; vendrán todos los prodigios de un pueblo libre que desarrolla sus fuerzas bajo la inspiración de la Patria y de la familia”.
“Y no creáis que estas sean doctrinas vagas que se pierden en el anchuroso horizonte de la inteligencia, teorías que seducen, pero sin aplicación posible”.
“Escuchadme, señores, y juzgad vosotros mismos. Ayer nomás, colocamos en este pueblo la piedra fundamental de un templo consagrado al Señor que reina en las alturas”.
“Ayer nomás, todo un pueblo unido en el pensamiento religioso, proclamaba la fe del cristianismo, la fe de nuestros Padres, y echaba enternecido los cimientos del piadoso santuario donde todos iremos a arrodillarnos ante la santidad y la omnipotencia del Creador del Universo”.
“Y hoy, obedeciendo a un mismo sentimiento, a una misma inspiración, henos aquí reunidos para colocar la piedra angular que debe sostener un nuevo movimiento de progreso y de ilustración. Os felicito, señores empresarios, con toda la expansión de mi alma”.
“El teatro que vais a levantar, encierra en sí el germen de grandes lecciones que formarán la inteligencia y el corazón de todo un pueblo”.
23 de setiembre de 1860, colocación de piedra fundamental del teatro.
El acta de la colocación de la piedra fundamental del hoy Teatro Florencio Sánchez, hallada en la caja de plomo que se encontró en el Teatro Progreso en 1916,continúa expresando:
“Nosotros los de la Comisión Directiva del Teatro, don Luis Dufrechou, presidente; don Bartolo Sacarelo, secretario; don Lázaro Felipone, tesorero; y vocales don Miguel Horta y don Felipe Iglesias, acompañados del Señor Jefe Político y de Policía Coronel Don Basilio A. Pinilla, a quien hemos nombrado Padrino para la solemne ceremonia de la colocación de la piedra fundamental del Teatro rodeados además de los señores accionistas y demás personas invitadas para concurrir a este acto y cuyas firmas aparecen al pié de la presente acta, se procedió a la colocación de la piedra angular que nos presentó el Señor Arquitecto encargado y contratante de la obra, don Francisco Poncini, y sosteniéndola el Señor Coronel Don Basilio Pinilla como Padrino, se colocó en el lugar que indicó el dicho Señor Poncini, quedando de este modo colocada la piedra angular y con ella una caja de plomo, para que dentro se encerrase el acta de esta solemne ceremonia para recuerdo eterno de este gran día y de la época gloriosa en que se levanta esta grande obra. “Concluido este acto, procedió el Arquitecto a hacer cerrar y soldar la caja para ser colocada en el lugar indicado. Se produjeron espontaneas y mutuas felicitaciones entre la comitiva y los concurrentes´´.
“Y para constancia de todo lo celebrado, se labraron dos actas de un mismo tenor, debiendo quedar una de ellas depositada en la caja y la otra archivada en el Directorio”.
“Bartolo Sacarelo – L. Dufrechou -. Basilio A. Pinilla – Luis Galán y Rocha – Emilio Raña – Por mi señor padre Lázaro Felipone (hijo) – Francisco Aberasturi – José Lasartga – Juan J. de Azcué – Anacleto Tirigall – A. Elía – Felipe Argentó – Domingo Olmedo – Fulgencio Moreira – A. Fraga – José de Fuentes – Diego J. Martínez – Ricardo Duffy – Leopoldo Latorre – Carlos Culshaw – Pablo Consoni – A. Cavillón – Agustín Poncett – P. P. Benavides – Francisco Brau – F. Poncini”.
LA OBRA DEBIO ESPERAR
Dibujo del proyecto original de la fachada del ´´Teatro de Paysandú´´ en 1874, asi ya se veía esbozada en una carta documento de 1860. La construcción del teatro fue muy afectada durante la ´´Defensa´´ y se demoró luego durante varios años.
EN 1873 MAC – EACHEN convoco a una reunión en la jefatura de policía con el fin de construir una Comisión que trabajara en pro de la finalización de las obras del Teatro, ya que éstas habían quedado suspendidas desde 1863.
Esta comisión fue presidida por el propio MAC- EACHEN teniendo al sr. J.Kemsley Villegas como secretario y a Don Luis Bergallo como Tesorero.
Se conformo una sociedad por acciones que logro la suma de $80000.
EL TEATRO PROGRESO FUE INUGURADO EL 6 DE OCTUBRE DE 1876.
En esta oportunidad la Compañía de Juan Roig estreno la obra ´´Morte Civile´´ de P.Giacometti;según otras fuentes fue ´´ Jorge el Armador´´de Ramon Lias Rey.
´´La inauguración del Teatro Progreso (…) marco una época en la historia de la cultura sanducera, ponderable hecho que por si solo alcanzaría para salvar del olvido el nombre de Mac- Eachen´´.
´´En el curso del desempeño promovió una serie de mejoras materiales, que destacaron su actuación civilista pese a las inquietudes políticas y a la indiferencia del medio´´.
A.Schulkin.
La edificación de la Compañía Progreso se levantó a un costo de 40.500 pesos, aportados por un total de 35 accionistas.
Al momento de su fundación, la comisión Directiva la integraban: Don Luis Dufrechou, Presidente; Bartolo Sacarelo, Secretario; Lázaro Felippone, hijo, Tesorero; y vocales Miguel Horta y Felipe Iglesias; Sr. Jefe Político y de Policía Cnel. Basilio A. Pinilla; Luis Galán y Rocha; Emilio Raña; Luis Felippone; Francisco Aberasturi; José Lazarga; Juan J. de Azcué; Anacleto Pirigal; A. Elía; Felipe Argentó; Domingo Olmedo; Fulgencio Moreira; A. Fraga; José de Fuentes; los accionistas y los Hnos. Francisco y Bernardo Poncini.
HISTORIA: 1890
Lleno completo
Un rotundo éxito alcanzó la presentación de “Aída” en el Teatro Progreso (hoy Florencio Sánchez) en enero de 1890. Así lo establece la crónica respectiva publicada por el vespertino “El Paysandú” el viernes 31 de enero de 1890:
“Aída”
“Anoche, con motivo de representarse por primera vez en ‘Progreso’ esta grandiosa ópera del célebre maestro Verdi, y de ser el beneficio de la simpática e inteligente artista María Tescher, hubo en nuestro coliseo un lleno completo, no quedando una sola localidad que no fuese tomada”.
“La cazuela estaba convertida en un verdadero paraíso: rara era la familia de nuestra sociedad que no estaba allí representada por algunos o la totalidad de sus miembros del bello sexo”.
“En la platea apenas había cinco o seis asientos sin que estuvieran ocupados y eso debido, según creemos, a que no disponía de ellos la empresa para venderlos”.
“Igual cosa se puede decir del paraíso, donde se habían dado cita al parecer todos los aficionados al teatro, de nuestra clase trabajadora”.
“Solamente en los palcos se veía el vacío, pues existían cuatro o cinco que no estaban ocupados. Esto debido a las preferencias que da a la cazuela la mayoría de las familias de nuestra sociedad”.
“El éxito relativo a la concurrencia no ha podido, pues, ser más halagüeño y de mayores resultados positivos para la artista beneficiada”.
“En lo que respecta a la representación, la manera de interpretar la sublime ópera del eminente Verdi sólo podemos decir que fue tan brillante como digna del inmortal autor que la escribió”.
“Los papeles principales de la obra fueron distribuidos
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