FOMENTO DE LA INVESTIGACION

FOMENTO DE LA INVESTIGACIÒN CIENTIFICA

Al propender por el fomento de la Investigaciòn Científica en una Escuela de formación integral, es realmente importante cuestionarnos, ¿si definitivamente es allí, donde se consolida con el transcurrir de su proceso de enseñanza – aprendizaje, el perfil del hombre investigador?

Así mismo, ¿si en ella, se generan los espacios propicios, adecuados y suficientes para desarrollar la perplejidad y el asombro?

De igual manera, ¿Si las políticas, planes, programas y todo el andamiaje jurídico a nivel de educación expuesto por el estado, en la realidad concreta esta actividad humana?

También cabe reflexionar sobre ¿si las personas encomendadas para ejercer la administración de estos establecimientos de educación superior, tienen todas las intenciones de fomentar el desarrollo científico ó si el docente investigador realmente está preocupado por motivar al estudiante a sumergirse con dinamismo, satisfacción, seriedad y compromiso en el desarrollo de actividades conducentes al quehacer investigativo sin que se le convierta en un requisito más para el logro de sus objetivos académicos, generándose una anticultura de la investigación donde todos los estudiantes la hablan, la conversan, intentan manejarla, pero nadie se interesa por entenderla y darle la importancia de ser forjadora del desarrollo social, a través de su aporte a la productividad, al crecimiento y al avance de la ciencia, debido a que les representa un recuerdo traumático de carga y exigencia académica donde se genera más sentimiento negativo hacia la Investigaciòn que enriquecimiento en la formación de un profesional con discurso crítico, pedagógico sólido y dinámico que le permita profundizar en lo que se esta capacitando.

La investigación, acción humana que proporciona al estudiante explicitar y predecir su realidad. Es decir, tener una visión adecuada de los problemas locales, nacionales y mundiales, provista de iniciativa y capacidad para buscar alternativas de solución a las vicisitudes del entorno, depende en parte de una educación crítica, capaz de formar una comprensión científica. Por eso se puede afirmar, que los fundamentos esenciales de la investigación son inherentes a la construcción de los procesos relacionados con la cognición, toda vez que ellos se constituyen en los lineamientos generadores de avances del pensamiento.

El fomento de la actividad indagadora que desarrolla capacidad de observación, análisis y juicio crítico, se ha de concebir, como una aventura del conocimiento a la que se prepara el investigador para encontrar nuevas explicaciones; nuevas interpretaciones; nuevos caminos; y no la confirmación de verdades preestablecidas.

Por lo anterior, se expone en consideración la conveniencia para el desarrollo y permanencia de la cultura investigativa, el mantenimiento de la utilidad del pensamiento indagador e inquietante que tiene el niño desde los primeros aprendizajes, que de manera insistente, desean conocer la causa de todo los fenómenos, situaciones y objetos que están a su alrededor, hasta llegar a los estudios cognoscitivos más estructurados y los niveles más elevados de educación.

Proponer la investigación como filosofía de vida, que se abrace desde la escuela el entusiasmo por la labor investigativa, que uno de los fines prácticos de la educación sea el ánimo y el interés por el fomento de la cultura de la investigación. ¡No importa como se escriba, Ya existen muchos argumentos. Tampoco en que artículo quede ubicado ó que establecimiento educativo lo diseña.

Fomentar la investigación no por el volumen de galardones o escudos conmemorativos que se vaya a recibir, o por sometimiento a las exigencias de las autoridades académicas en busca de la acreditación, sino porque posibilita la proyección humana hasta los confines del conocimiento para que con el constante redescubrimiento, explicitación y predicción de la realidad se construyan propuestas relevantes y de trascendencia para la ciencia en general.

Fomentar la investigación para construir sociedades con capacidad de convertir al conocimiento en el principal valor de cambio. Es decir, el desarrollo de la sociedad, de la información, la globalización y el progreso científico y tecnológico que se están manifestando en diversas áreas de la ciencia, son procesos que están generando nuevas oportunidades, pero también claros desafíos.

Por eso, es importante que desde la formación escolar se construyan niveles de aprendizajes oportunos que integren capacidad para confrontar los cambios del entorno cada vez más acelerados. Se debe asumir el reto de construir cultura investigativa como fundamento de desarrollo personal y social.

Desde esta perspectiva, la educación policial implica el desarrollo de programas de formación en investigaciòn que con lleven reformar el pensar, es decir, generar actitudes proactivas de compromiso personal, institucional social y de pertenencia en acciones proyectadas a la excelencia en los aprendizajes, para poder prestar un servicio con calidad como promotores de paz y de convivencia ciudadana por medio de una práctica acorde a esa personalidad armónica, como consecuencia de una adecuada y oportuna formación.

Lo anterior, sugiere la necesidad de prescindir

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