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Feminismo

steph_molina23 de Mayo de 2012

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Índice

Introducción: feminismo ¿unidad o conflicto?. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Origen y término feminismo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Igualdad-diferencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Sexo y género. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Conclusión. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Bibliografía. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Introducción

En este ensayo, se intentara dar a conocer la complejidad de los términos que involucra el feminismo, abarcando diferentes términos, con distintos autores que contrastan con la perspectiva que tienen, así mismo, saber que no podemos definir el feminismo, sin solo tratar de identificar algunas de las características comunes. De igual forma, respondiendo a las diversas preposiciones esenciales, en todas las teorías feministas. Dándonos cuenta, de que existen incógnitas como: ¿si la mujer debe luchar por ser iguales a los hombres o si, deben valorar sus diferencias?, de igual forma, podría ser, el debate biológico entre, genero y sexo. Estos son los temas que abarcaremos en durante el ensayo, llevándonos al análisis de los asuntos y debates, de manera mas fructífera de abordar la fragmentación y multiplicidad del debate feminista actual, así como también, ir mas allá de la simple oposición de las distintas ramas del pensamiento feminista. Este es, por lo tanto, el planteamiento que adoptara este ensayo, centrándose no en las distintas ramas del feminismo, y el pensamiento feminista como tales, sino explorando los diferentes análisis que diversas feministas han aportado, en relación con sus asuntos relevantes para las mujeres.

Origen y término feminismo

El término del feminismo es ambiguo, resulta difícil definir el feminismo a partir de un conjunto de conceptos fundamentales, como los son la lucha que se ocupa de la situación de inferioridad que sufre las mujeres en la sociedad y de la discriminación que se encuentra con razón de su sexo. Además, se podría añadir que todas las feministas exigen cambios en el orden social, económico, político, o cultural para reducir, y finalmente, superar esta discriminación contra las mujeres. El término “feminismo” es relativamente moderno, aunque se discute donde y cuando apareció, pero el término “feminista”, al parecer, se empleó por primera vez en 1871, en un texto médico francés, para designar la interrupción de los órganos y caracteres sexuales en pacientes masculinos, que aparentemente sufrían una “feminización” de su cuerpo, García (2003).

Alejandro dumas hijo, escritor francés republicano y antifeminista adopto el termino, utilizándolo en el panfleto publicado en 1872 con el título “home-fammel”, el hombre-mujer”, sobre el tema del adulterio, para calificar a las mujeres que se comportan de forma masculina. Este tipo de confusión de género era muy temido en el siglo diecinueve, y se puede decir que subsiste en las sociedades actuales, donde a veces se piensa que las feministas contradicen las diferencias naturales entre hombre y mujeres.

Como acabamos de ver, el término feminista no era un adjetivo para referirse a las mujeres y sus acciones, pero podemos asegurar que ya existía un pensamiento y a una actividad feminista mucho antes que el término se utilizara. En la década de 1840, el movimiento por los derechos de la mujer comenzó en los Estados Unidos, en la “Convención De Seneca Falls” de 1848, de la que resultó la declaración de que proclama las mujeres que tuvieran los mismos principios de libertad e igualdad, expuestos en la declaración de independencia de América.

En 1840 vieron surgir los primeros movimientos en Gran Bretaña. Pero antes de estas apariciones las mujeres ya habían escrito acerca de las desigualdades e injusticias en su condición social y habían realizado campañas para cambiarlas.

En el intento de establecer alguna forma de clasificación, la historia del feminismo ha hablado de la aparición de fuertes movimientos feministas en distintos momentos, como una serie de “olas.” Así, el feminismo y su primera ola, se usa para referirse a los movimientos feministas de finales del siglo diecinueve y principios de veinte, cuyo objetivo principal era conseguir la igualdad de derechos para las mujeres, especialmente el derecho de fragio. El feminismo de la segunda ola, se refiere al resurgimiento de la actividad feminista a finales de los 60 y durante los 70, periodo en que las protestas se centraron nuevamente en la desigualdad de las mujeres, pero no solo en la falta de igualdad de derechos políticos, sino también en los aspectos de la familia, la sexualidad y el trabajo.

Sin embargo no se puede decir que no hubo actividad feminista fuera de estas dos olas, el asunto de la desigualdad de la mujer no se desvaneció, durante ese tiempo fueron quizás menos visibles y sus voces no se escucharon.

También se encuentran la categorización donde divide los feminismos y a las feministas en tres grupos: feminismo liberal, feminismo marxista o socialista y feminismo radical. Las feministas liberales, se incluyen en todas aquellas que promueven la igualdad de derechos de las mujeres dentro del marco del estado liberal, argumentando las bases teóricas sobre las que dicho Estado está construido son justas y razonables, pero que los derechos y privilegios que confiere deben extenderse a las mujeres para darles la igualdad de ciudadanía con los hombres. Las feministas marxistas y socialistas vinculan la desigualdad de género y la opresión de las mujeres con el sistema capitalista de producción y con la división del trabajo. Para las feministas radicales, la dominación de los hombres sobre las mujeres en consecuencia del patriarcado, el cual es independiente de toda las demás estructuras sociales, es decir, que no es producto del capitalismo. Estas clasificaciones son utilizadas por algunas feministas para denominarse a sí mismas y a sus posturas teóricas y prácticas.

Igualdad o diferencia

Existe un debate acerca de la igualdad y diferencia, que consiste en si las mujeres deben luchar por ser iguales a los hombres o si, por el contrario, deben valorar sus diferencias respecto a ellos. Ambos términos son ambiguos, con múltiples significados, y de ahí el debate ha sido tan complejo. Se encuentran feministas que sostienen que la división entre igualdad y diferencia es permanente, y es imposible eliminarla en la sociedad.

En las discusiones sobre cómo tratar las demandad de las mujeres relativas a sus derechos de maternidad, por ejemplo, las feministas están divididas entre quienes piensan que las prestaciones por maternidad deberían ser derechos especiales garantizados a las mujeres, en razón de su capacidad biológica para tener hijos y de la función social de la maternidad que se les ha asignado en las sociedades occidentales, y quienes, en cambio, opinan que dichas prestaciones deberían subsumirse en la categoría mas general de prestaciones por enfermedad, de tal forma que se tratara a las mujeres embarazadas igual que los hombres que padezcan una enfermedad que los incapacite para trabajar durante un cierto periodo de tiempo. Amorós (1994).

Por lo tanto ¿Qué entenderemos por diferencia sexual? Las feministas señalas como, históricamente, se dio por supuesta una diferencia natural entre hombres y mujeres, y analizan la forma en que esta diferencia se cargo de diversos significados sociales, políticos y económicos en distintas sociedades y civilizaciones. Afirman que una diferenciación ha sido el que a las mujeres se les haya dado una posición secundaria o inferior en las sociedades a causa de dicha diferencia sexual, supuestamente natural.

Como lo menciona Sherry Ortner (1998): “la posición secundaria de las mujeres en la sociedad es una de la verdades universales, es un hecho pancultural”.

De modo que, esta posición secundaria de las mujeres existe y han existido en las distintas sociedades, es común que a las mujeres se les vea como “más cercanas a la naturaleza”, en su filosofía, su función social y su psique. Mientras tanto a las mujeres se les ve más “cercanas a la naturaleza”, a los hombres, en cambio, se les ha considerado como “más cercanos a la cultura”, aptos para la función pública y a la asociación política. Por lo tanto, a las mujeres se les ha impuesto en una posición social secundaria, conformándolas a menudo a funciones domesticas en lugar de posibilitar su acceso a puestos de poder público.

Este debate de igualdad-diferencia no ha perdido nunca su importancia para el feminismo, y se ha ido volviendo cada vez más complejo y variado con los modernos avances sociales y científicos.

Como lo subraya Hester Eisentein y Alice Jardine en la instrucción de su libro The Future of Dififference (1988):

La cultura occidental se ha mostrado incapaz de pensar que “no son iguales” sin asignarle un valor

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