Filosofos Y Aportacion A La Etica
pumax8611 de Febrero de 2013
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Pitágoras
En el siglo VI a.C. el filósofo heleno Pitágoras desarrolló una de las primeras reflexiones morales a partir de la misteriosa religión griega del orfismo. En la creencia de que la naturaleza intelectual es superior a la naturaleza sensual y que la mejor vida es la que está dedicada a la disciplina mental, fundó una orden semirreligiosa con leyes que hacían hincapié en la sencillez en el hablar, el vestir y el comer. Sus miembros ejecutaban ritos que estaban destinados a demostrar sus creencias religiosas.
Pitágoras, Sabio Maestro griego, nacido en Samos (s.VI/V aC) conocido como Padre de la Numerología, creó la Escuela Pitagórica en la que enseñaba a sus discípulos la "Filosofía del Número" que incluía entre otras cosas, lecciones de Ética y Moral. Pitágoras creía en la transmigración de almas indefinidamente hasta alcanzar definitivamente la eterna Paz.
Su doctrina se basaba en ciclos de nacimiento y muerte a la que llamó "Metempsicosis", pertenecer a la Escuela Pitagórica, significaba que el alumno hiciese un exámen de conciencia diario, con el compromiso de:
• Obedecer la voluntad de los dioses
• No jurar en falso
• Ser fiel a los amigos
• Practicar el bien
• Guardar los secretos de la iniciación
• Abstenerse de comer carnes y habas
Pitágoras sostenía que el mundo constituye una inmensa armonía y que la base de esta armonía es el número, consideraba que la armonía, fundada en el número, resulta de la síntesis entre el límite y lo ilimitado.
Cual es la propuesta filosofica de pitagoras?
Fue un pensador místico, reformador y religioso.
Si bien se dice que Pitágoras no dejo escritos, algunos historiadores le atribuyen tres obras: 1º de la educación. 2º del hombre de estado. 3º de la naturaleza. Sin embargo hay que mencionar que otros autores atribuyen estas obras a lysis de tarento, un pitagórico que huyo a Tebas y enseño a Epaminondas.
Fue un reformador moral y religiosos en el ámbito místico y espiritualista del siglo vi.
Mantuvo en su doctrina un principio de ética de purificación para la salvación del alma inspirada en doctrinas como la órfica, la cual establecía los principios de transmigración del alma, purificación del alma e inmortalidad del alma.
Orfismo: pertenece a la religión de los misterios (siglo vii). Es una doctrina de salvación con un concepto pesimista de la filosofía humana.
Creencia en la transmigración de las almas: los órficos creían en una vida futura y en la necesidad de la purificación. El alma que no ha logrado la purificación en la presente vida tendrá que reencarnarse varias veces en cuerpos de hombres o de animales hasta que consiga unificare por completo. Las transmigraciones estaban regidas por una ley fatal, su término era la liberación del alma, que quedaba desprendida de la cárcel del cuerpo y emancipada del ciclo de la necesidad. Influencias del orfismo en la doctrina pitagórica: podemos establecer las siguientes influencias:
Concepto de naturaleza común a todas las cosas.
El concepto de lo divino como una realidad inmanente a todas las cosas.
La idea del retorno cíclico, mediante la repetición de los sucesos y de las cosas particulares, en que se pasa alternativamente de la unidad a la pluralidad y de la pluralidad a la unidad. Esta repetición cíclica es concebida por anaximandro como pena y expiación de un pecado de injusticia.
La creencia en una ley cósmica fija y letal, que a la manera de una justicia preside y regula todos los acontecimientos (anaximandro, heráclito, parménides).
Semejanzas y diferencias con el orfismo: el pitagorismo coincide con el orfismo en cuanto al concepto del principio de un movimiento dualista del alma y del cuerpo, en la creencia de la inmortalidad y transmigración de las almas, en el anhelo de salvación y en las prácticas de purificación, si bien los pitagóricos la buscaban no tanto por medios rituales como por medios intelectuales (matemáticas y música), considerando a estos instrumentos de purificación. Coinciden también en la agrupación de asociaciones y en el secreto de escuela.
Sócrates
LOS ORÍGENES DE LA ÉTICA: SÓCRATES Y LOS SOFISTAS
La Filosofía nació en Grecia hacia finales del siglo VII a.c. El primer filósofo fue Tales de Mileto, quien pensaba que el agua era el origen de todas las cosas. Los primeros filósofos se preocupaban principalmente por saber qué era el Universo, de qué estaba formado, o de qué procedían todas las cosas.
Pero fue en el siglo V a.C., en Atenas, cuando los filósofos comenzaron a preocuparse por cuestiones relacionadas directamente con el ser humano, empezaron a preocuparse por la ética. Intentan entonces descubrir cómo deben vivir los hombres, cómo pueden organizarse mejor, qué sistema de gobierno es preferible o cómo es posible la felicidad.
La ética de Sócrates
El objetivo de Sócrates era el de educar al hombre por medio de un continuo ejercicio en busca del bien que, en la ciudad, no podía ser otro que el bien colectivo, la justicia. Ese ejercicio tenía también un nombre, areté, la excelencia humana, la virtud.
La tradición griega había enseñado que los héroes eran aristoi, los mejores. Pero las excelentes cualidades que poseían se debían a su nacimiento, a dones especiales de los dioses. Esa areté era algo heredado. Con el nuevo cambio social que tiene lugar en el siglo V y con los valores de la democracia, se plantea el problema de si se puede aprender la virtud, como se aprende matemáticas.
Este planteamiento, en consonancia con el mundo de los sofistas, que enseñaban con la retórica a persuadir y convencer a los otros, modula en Sócrates una nueva moral. Una moral independiente de la tradición y que ha de construirse en función de la solidaridad y, sobre todo, de la racionalidad. La inteligencia, el buen sentido y la armonía de los deseos son las bases de esa «sabiduría ética», levantada desde la experiencia concreta de los hombres. Por ello, una virtud que tiene como fundamento la racionalidad puede, en consecuencia, enseñarse.
Platón
Al igual que ocurre con los otros aspectos de su filosofía la ética no es objeto de un tratado específico en el que se aborde el tema sistemáticamente. El hecho de que muchos de los diálogos platónicos comience con alguna interrogación acerca de la virtud en general, o de determinadas virtudes en particular, muestra claramente, sin embargo, que el interés por el análisis del comportamiento humano no es algo accidental en Platón. Como hemos visto en su concepción de la ciudad ideal, el objetivo de la vida del hombre no puede reducirse a la satisfacción de sus necesidades materiales; más allá de éstas, el hombre debe ser objeto de un desarrollo completo de su personalidad, de acuerdo con las partes más elevadas de su alma, la irascible y la racional, con el fin de alcanzar una felicidad identificada con la armonía de su vida.
La teoría ética de Platón descansa en la suposición de que la virtud es conocimiento y que éste puede ser aprendido. Dicha doctrina debe entenderse en el conjunto de su teoría de las ideas. Como ya se ha dicho, la idea última para Platón es la idea de Dios, y el conocimiento de esa idea es la guía en el trance de adoptar una decisión moral. Mantenía que conocer a Dios es hacer el bien. La consecuencia de esto es que aquel que se comporta de forma inmoral lo hace desde la ignorancia. Esta conclusión se deriva de su certidumbre de que una persona virtuosa es realmente feliz y como los individuos siempre desean su propia felicidad, siempre ansían hacer aquello que es moral.
Justicia y ética
Si la justicia en la ciudad reside en que cada clase social haga lo que debe hacer, la justicia en el hombre residirá también en que cada parte del alma haga lo que debe. Ello implica que la vida buena para el hombre es una vida en la que se atiendan las necesidades "materiales" y "espirituales". Como vimos anteriormente la idea de que el hombre debe dar las espaldas a todo lo que signifique materia o tenga algo que ver con la corporeidad, defendida en el Fedón, no será mantenida en los diálogos posteriores, en los que el alma deja de ser considerada como una entidad simple y enfrentada al cuerpo, y pasa a ser considerada como una entidad en la que podemos distinguir tres partes diferenciadas que permiten explicar, entre otras cosas, los conflictos psicológicos de la vida del hombre, las distintas tendencias que configuran su naturaleza. El conocimiento y la satisfacción de las necesidades intelectuales deben ir acompañados de salud, moderación en el disfrute de los bienes materiales, etc., lo que pone de manifiesto hasta qué punto la idea de que Platón rechaza de un modo absoluto lo corporal es injustificada. En el Banquete, por ejemplo, podemos observar cómo a través del Eros Platón concibe el ascenso hacia las Ideas partiendo del amor a la belleza que observamos en las cosas sensibles, luego a la belleza en el ser humano, hasta alcanzar la contemplación de la Belleza en sí, que se identifica con el Bien del que nos habla en la República y que representaría el grado superior de conocimiento.
El verdadero bien del hombre, la felicidad, habrá de alcanzarse mediante la práctica de la virtud. Pero ¿qué es la virtud?. Platón acepta fundamentalmente la identificación socrática entre virtud y conocimiento. La falta de virtud no supone una perversión de la naturaleza humana; por
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