GENERAL MOTORS CORPORATION

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ENERAL MOTORS CORPORATION es el caso clásico de descentralización, y uno de los ejemplos más exitosos, en la época en que Alfred Sloan, fue su presidente (1921-1955). A diferencia de la FORD, que comenzó con una pequeña industria individual y extremadamente centralizada.

La GM fue creada en 1910 por William Durant, como una organización compuesta de pequeñas empresas adquiridas conjuntamente con sus antiguos propietarios, quienes controlaban sus respectivos negocios. En 1921, al asumir la presidencia de la empresa, la GM intentaba mantenerse en el mercado, pues la FORD, con su famoso Modelo T, había dejado por detrás a las demás empresas.

Sloan emprendió una política contraria a la de la autoritaria y centralizada FORD: decidió sustituir a los antiguos dueños por gerentes profesionales y desarrolló un programa de organización descentralizada con varias divisiones (Chevrolet, Pontiac, Buick, Oldsmobile, Frigidaire), que eran tratadas en condiciones iguales. De esa manera, Sloan llevó a la primera posición en la industria automotriz norteamericana, en los primeros cinco años de su administración.

Peter Drucker denomina “ensayo de federalismo” a la filosofía de la descentralización de la GM. Se crearon más de 30 divisiones, subdivididos en grupos. El presidente partió de lo que Ford había conseguido en la planta y aplicó esos resultados a los gerentes y a la organización. Sustituyó el sistema burocrático y centralizado de la antigua Ford, por otro basado en divisiones con autoridad y operaciones descentralizadas, con un control centralizado y coordinado en la casa matriz. La meta fija fue ofrecer un vehículo diferente para cada bolsillo y para cada tipo de cliente y mercado.

En resumen, Sloan quería que cada división tomara sus propias decisiones dentro de la directriz general de la empresa. Con ello, fortalecía la alta gerencia, permitiéndole concentrarse en las tareas más importantes de la organización, al tiempo que concedía cierto grado de libertad a las divisiones operacionales. El directivo, partió del supuesto que el liderazgo dictatorial en una gran industria causa problemas graves en la moral interna del negocio. Era la antítesis del estilo autocrático de Ford, en sus últimos años de gestión. La GM se fundamentó en dos principios básicos: 1. Estilo de liderazgo orientado hacia los resultados. 2. Principios orientadores.

Drucker relata la estructuración descentralizada de la GM y las relaciones entre la administración central y las gerencias de división, el flujo de información en los dos sentidos y las medidas de evaluación del desempeño de las divisiones, que desarrollan negocios independientes, sujetos a las directrices de la matriz. Cada división desarrolla, fabrica y comercializa sus productos con cierta independencia. Además, cada una de ellas efectúa sus propias compras a las otras divisiones u otras empresas, tomando como base el mejor precio y calidad; en igual sentido, selecciona y entrena sus propios empleados, establece su propia organización de línea y asesoría, y toma decisiones internas. Con este sistema la GM centralizó el control (de auditoría, de contabilidad de finanzas, etc.) y la formulación de directrices en la alta gerencia, pero permitió la descentralización total de la autoridad en las operaciones de cada división. La nueva GM se convirtió en un éxito y fue admirada como modelo de administración.

En la actualidad, el enfoque de Sloan es inflexible y complejo para ser eficaz. En los años ‘60 se deshizo el precario equilibrio (las finanzas pasaron a ser la función predominante) y la GM se vio atada por el mismo sistema que un día la transformó en una megaempresa dinámica. El enfoque adecuado para los años ‘70 y ‘80, se tornó obsoleto en los ’90. En el primer trimestre de ‘08, la GM acaba de perder 3.500 millones de dólares, debiendo de despedir a

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