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Genero Dramatico


Enviado por   •  18 de Enero de 2015  •  1.563 Palabras (7 Páginas)  •  123 Visitas

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Género Dramático.

Es aquel que representa algún episodio o conflicto de la vida de los seres humanos por medio del diálogo de los personajes.

Características.

Cuenta la historia a través de la ficción.

Debe captar la atención del público.

Incluye elementos lingüísticos y escénicos.

Los personajes son diseñados para ser encarnados por los actores.

El dialogo determina las acciones.

Contiene acotaciones.

Elementos.

Protagonista: Es el personaje principal de una obra dramática. En torno a él se desarrollan los acontecimientos. Presenta un conflicto, de carácter universal la mayoría de las veces, que será desarrollado en la obra. Sufre una transformación por su relación de tensión con el antagonista.

Antagonista: Es el personaje que se opone al protagonista en el desarrollo del conflicto en una obra dramática.

Conflicto: es el motivo principal que se desarrolla en una obra dramática. Pone en tensión, en oposición, al protagonista y al antagonista. Es la parte fundamental de la trama, que permitirá que se presenten y desarrollen otros acontecimientos de menor importancia. Su solución, superación o término corresponde al fin último de la obra. Es decir, su presentación frente al público requiere de una acción que lo enfrente. Tiene un valor universal, por lo que afecta a todos los personajes de una u otra forma.

Tragedia.

Según Aristóteles, es una mimesis de una acción seria y acabada en sí misma.

Provoca compasión y terror.

Produce el efecto de levantar el ánimo y purificarlo de las pasiones.

Representantes.

El monstruo de la naturaleza, como lo llamó Cervantes, fue, en el Siglo de Oro, Lope de vega, también conocido como el Fénix de los Ingenios, autor de cerca de 1.500 obras teatrales, novelas, poemas épicos y narrativos y varias colecciones de poesía lírica profana, religiosa y humorística. Lope destacó como consumado maestro del soneto. Su aportación al teatro universal fue principalmente una portentosa imaginación, de la que se aprovecharon sus contemporáneos y sucesores españoles y europeos extrayendo temas, argumentos, motivos y toda suerte de inspiración. Su teatro, polimétrico, rompe con las unidades de acción, lugar y tiempo, y también con la de estilo, mezclando lo trágico con lo cómico. Expuso su peculiar arte dramático en su Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo (1609). Flexibilizó las normas clasicistas del aristotelismo para adecuarse a su tiempo y abrió con ello las puertas a la renovación del arte dramático. También creó el molde de la llamada comedia de capa y espada.

Tirso de Molina

Junto a él, destacan sus discípulos Guillén de Castro, que prescinde del personaje cómico del gracioso y elabora grandes dramas caballerescos sobre el honor junto a comedias de infelicidad conyugal o tragedias en las que se trata el tiranicidio; Juan Ruiz de Alarcón, que aportó su gran sentido ético de crítica de los defectos sociales y una gran maestría en la caracterización de los personajes; Luis Vélez de Guevara, al que se le daban muy bien los grandes dramas históricos y de honor; Antonio Mira de Amezcua, muy culto y fecundo en ideas filosóficas, y Tirso de Molina, maestro en el arte de complicar diabólicamente la trama y crear caracteres como el de Don Juan en El burlador de Sevilla.

El otro gran dramaturgo áureo en crear una escuela propia fue Pedro Calderón de la Barca; sus personajes son fríos razonadores y con frecuencia obsesivos; su versificación reduce conscientemente el repertorio métrico de Lope de Vega y también el número de escenas, porque las estructuras dramáticas están más cuidadas y tienden a la síntesis; se preocupa también más que Lope por los elementos escenográficos y refunde comedias anteriores, corrigiendo, suprimiendo, añadiendo y perfeccionando; es un maestro en el arte del razonamiento silogístico y utiliza un lenguaje abstracto, retórico y elaborado que sin embargo supone una vulgarización comprensible del culteranismo; destaca en especial en el auto sacramental, género alegórico que se avenía con sus cualidades y llevó a su perfección, y también en la comedia.

Pedro Calderón de la Barca.

Tuvo por discípulos e imitadores de estas cualidades a una serie de autores que refundieron obras anteriores de Lope o sus discípulos puliéndolas y perfeccionándolas: Agustín Moreto, maestro del diálogo y la comicidad cortesana; Francisco de Rojas Zorrilla, tan dotado para la tragedia como para la comedia; Antonio de Solís, también historiador y propietario de una prosa que ya es neoclásica, o Francisco Bances Candamo, teorizador sobre el drama, entre otros no menos importantes.

Pueden citarse como obras maestras representativas del teatro Barroco español la Numancia de Miguel de Cervantes, un sobrio drama heroico nacional; de Lope, El caballero de Olmedo, drama poético al borde mismo de lo fantástico y lleno de resonancias celestinescas; Peribáñez y el Comendador de Ocaña, antecedente de drama español; El perro del hortelano, deliciosa comedia donde una mujer noble juguetea con las intenciones amorosas de su plebeyo secretario, La dama boba, donde el amor perfecciona a los seres que martiriza, y Fuenteovejuna, drama de honor colectivo, entre otras muchas piezas donde siempre hay alguna escena genial.

Las

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