Globalización Y Su Influencia En La Sustentabilidad Del Desarrollo En America Latina

UNIVERSIDAD YACAMBÚ VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO DOCTORADO EN GERENCIA

SEMINARIO AVANZADO LA PRAXIS GERENCIAL Y EL DESARROLLO SUSTENTABLE

Globalización y su influencia en la sustentabilidad del desarrollo en

América Latina

Participante: Núñez, Lennis

Barquisimeto, Noviembre 2014

En América Latina el debate acerca del desarrollo sustentable comenzó con la conferencia Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro (Brasil) en el año 1992, donde se declara el compromiso con la investigación e indagación del desarrollo sustentable en función de la preservación de los recursos naturales en pro de proteger la biósfera.

Esta conferencia, sentó las bases de una nueva visión mundial del desarrollo sostenible y de las convenciones globales sobre temas emergentes, como la diversidad biológica, sostenibilidad de los ecosistemas ambientales, el cambio climático, entre otros, creándose instituciones y formulándose estrategias y políticas gubernamentales de fomento del desarrollo sostenible. Sin embargo, en muchos sectores los principios de protección ambiental y desarrollo se consideran una restricción al desarrollo económico y social, limitando así la capacidad de los gobiernos para detener el creciente deterioro ambiental de ecosistemas críticos y controlar la contaminación.

Tal y como lo expresa informe de la CEPAL (2002) las políticas preventivas y de fomento tendientes a mejorar las condiciones ambientales relacionadas con la competitividad productiva han recibido menor atención. Así como, la capacidad de las instituciones ambientales para alcanzar las metas trazadas en términos de políticas transectoriales y subregionales efectivas de fortalecer la posición negociadora de los países en el plano internacional continúa siendo incipiente.

Actualmente, siguen siendo insuficiente los acuerdos y pasos logrados en materia de desarrollo sustentable, donde no se puede dejar de lado los procesos de globalización, dirigida a la expansión e integración de los mercados y el desarrollo de la tecnología, sin embargo como lo afirma Annam (2000) la globalización, no es una fuerza de la naturaleza, sino el resultado de procesos impulsados por seres humanos, por lo que es preciso controlarla y ponerla al servicio de la humanidad para lo cual debe ser cuidadosamente administrada, en el ámbito nacional por países soberanos y en el internacional a través de la cooperación multilateral.

Por otro lado, para Bello (2014) en lo que respecta a la globalización, esta es un fenómeno que ha traído consigo el mundo contemporáneo, mundo que cada vez más

está sumergido en los avances tecnológicos y comunicacionales, donde el tema ambiental cobra gran fuerza debido a que para Velasco (s.f.) “el planeta está siendo remodelado por el cálculo del intercambio comercial y la globalización de los mercados en un frenesí que ignora el contexto y las consecuencias socioculturales y socioambientales del proyecto globalizador neoliberal”. (p. 1).

Al respecto es preciso destacar que uno de los efectos visibles de la globalización es el aumento de la competencia entre empresas, la movilidad de las multinacionales, en su búsqueda incesante por emplazamientos que les signifiquen ventajas sobre sus competidores, convirtiéndose ello en un factor que afecta al medio ambiente, mediante su intento de evitar las regulaciones para defenderlo, tal y como lo expresa Bello (2014), en la necesidad de estas empresas de competir a corto plazo es un estímulo para no respetar, entre otras cosas, las regulaciones nacionales para la protección del medio ambiente. Igualmente, si bien contribuye al crecimiento de muchos países, aumenta la presión de los seres humanos sobre los recursos naturales, tanto renovables como no renovables, causando daños al ecosistema y propiciando cada vez más el calentamiento global.

En concordancia con estos planteamientos, Sánchez (2014) señala, los defensores de la globalización aseguran que al aumentar el nivel económico se permite el uso eficiente de recursos y de la tecnología disminuyendo el impacto perjudicial en el medio ambiente. Sin embargo otros certifican que ese aumento del uso de la tecnología y el crecimiento industrial de los países desarrollados ha sido el causante del cambio climático y destrucción de la capa de ozono, entre otros fenómenos ambientales perjudiciales.

En este mismo contexto, García (2001), citado por Bello (2014), argumenta que los gobiernos latinoamericanos y del Caribe hacen no solo énfasis en lo ambiental sino también en lo social, debido a que plantean la necesidad de reducir las desigualdades, es decir, promover la equidad social. Considerando además, como lo señala el citado autor más adelante, ello pierde fuerza ante el discurso neoliberal lo cual busca reactivar la economía, en virtud de que los gobiernos latinoamericanos han apuntalado sus acciones a la eficiencia, la competitividad y la eficacia, donde lo

social y ambiental se someten a lo económico, haciendo que pierda congruencia el concepto del desarrollo sustentable porque se pierde el equilibrio entre las variables sociales, ambientales y económicas.

Entonces, se establece, para que en Latinoamérica se implante un verdadero desarrollo sustentable los gobiernos deben modificar los procesos de toma de decisión y gestión apoyándose en el trabajo de las comunidades mediante la participación comunitaria en relación a las prácticas sociales, ambientales y económicas con visión endógena.

En este orden, es importante definir de acuerdo con Díaz (1995) citado por Núñez (2014) el desarrollo sustentable como "La capacidad de obtener niveles de crecimiento económico y progresos sociales con equidad, sin comprometer la base natural que sustenta la actual población y que permita satisfacer las necesidades de las futuras generaciones". Persiguiendo la integración entre crecimiento, equidad y conservación, con el fin de mantener el bienestar humano

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