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Guia de comprension de lectura Habilidades generales de Lenguaje y Comunicación


Enviado por   •  9 de Abril de 2018  •  Tareas  •  2.630 Palabras (11 Páginas)  •  117 Visitas

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Guía de ejercitación nº 3

Estudiante: _____________________________ Fecha: ________________ Pje: ___/49 pts.

  • Objetivo: Desarrollar capacidades relacionadas con la competencia y dominio del lenguaje: comprensión, análisis, inferencia, síntesis, interpretación y evaluación de  distintos tipos de elementos verbales

Conocimiento de conceptos básicos

Habilidades generales de Lenguaje y Comunicación

Lee atentamente cada pregunta antes de contestarla:

Texto 1

[pic 2]

Teseo y el minotauro

Se cuenta que, en una ocasión, Pasifae, esposa del rey de Creta, Minos, incurrió en la ira de Poseidón, y, este, como castigo, la condenó a dar a luz a un hijo deforme: el Minotauro, el cual tenía un enorme cuerpo de hombre y cabeza de toro. Para esconder al “monstruo”, Minos había mandado a construir por el famoso arquitecto Dédalo el laberinto, una construcción tremendamente complicada de la que muy pocos conseguían salir y que se hallaba en un lugar muy apartado.

A cada luna nueva, era imprescindible sacrificar a un hombre, para que el Minotauro pudiera alimentarse, pues subsistía gracias a la carne humana. Sin embargo, cuando este deseo no le era concedido sembraba el terror y la muerte entre los distintos habitantes de la región.

El rey Minos tenía otro hijo, Androgeo, el cual, estando en Atenas para participar en diversos juegos deportivos, al resultar vencedor fue asesinado por los atenienses, obcecados en los celos que sentían tanto por su fuerza como por su habilidad. Minos, al enterarse de la trágica noticia, juró vengarse, reuniendo a su ejército y dirigiéndose luego a Atenas, la cual, al no estar preparada para semejante ataque sin previo aviso, tuvo pronto que capitular y negociar la paz.

El rey cretense recibió a los embajadores atenienses, indicándoles que habían asesinado cruelmente a su hijo, e indicando posteriormente que las condiciones para la paz eran las siguientes: Atenas enviaría cada nueve años a siete jóvenes y siete doncellas a Creta, para que, con su vida, pagaran la de su hijo fallecido. Los embajadores se sintieron presos por el terror cuando el rey añadió que los jóvenes serían ofrecidos al Minotauro, pero no les quedaba otra alternativa más que la de aceptar tal difícil condición. Tan solo tuvieron una única concesión: si uno de los jóvenes conseguía matar al Minotauro, la ciudad se libraría del atroz atributo.

Dos veces se había pagado ya el terrible precio, pues dos veces una nave de origen ateniense e impulsada por velas había conducido, como se indicaba, a siete doncellas y siete jóvenes para que se dirigieran así al fatal destino que les esperaba. Sin embargo, cuando llegó el día en que, por vez tercera, se sorteó el nombre de las víctimas para acudir a tal suerte, Teseo, único hijo del rey de Atenas, Egeo, se ofreció voluntariamente a ir a Creta con tal de librar a la ciudad de aquel horrible futuro. Por tanto, al día siguiente él y sus compañeros se embarcaron y el rey, al despedir a su hijo, le comentó entre lágrimas y sollozos que pusieran, en caso de que hubiese triunfado, velas blancas cuando regresase. Partieron, y, a los pocos días después, llegaron a la isla de Creta.

El temido y salvaje Minotauro, recluido en el laberinto, esperaba su comida hambriento. Empero, y hasta el día y la hora previamente establecida, los jóvenes y las doncellas debían permanecer custodiados en una vivienda, situada a las afueras de la ciudad.

Esta prisión, en la cual los jóvenes eran tratados con la magnanimidad únicamente reservada a las víctimas de los sacrificios, estaba rodeada en sí por un parque que confinaba con el jardín en que las dos hijas de Minos solían pasearse (Fedra y Ariadna).

La fama del valor y de la belleza de Teseo había llegado incluso a oídos de las dos preciosas doncellas, y, sobre todo Ariadna –la mayor de ellas– deseaba fervientemente conocer y ayudar al joven ateniense.

Cuando, tras algunas jornadas, consiguió verlo un día paseando en el parque, lo llamó y le ofreció un ovillo de hilo, indicándole expresamente que representaba su salvación y la de sus compañeros, pues en cuanto entraran en el laberinto deberían atar un cabo a la entrada, y a medida que penetraran en él lo irían desenrollando regularmente. De esa forma, una vez muerto el Minotauro, podrían enrollarlo y encontrar así el camino hacia la salida.

Comentándole esto, sacó de los pliegues de su vestido un puñal y se lo entregó a Teseo, indicándole que estaba arriesgando su vida por él, pues si su padre se enteraba de aquello que estaba haciendo, entraría en una cólera y furia inmensas, y le dijo luego que, en caso de que triunfara, la salvara y la llevara con él.

Al día siguiente, el joven ateniense fue conducido junto a sus demás compañeros al laberinto, y, cuando se halló lo suficiente dentro para no ser visto, ató el ovillo al muro y dejó que el hilo se fuera desenrollando poco a poco, mientras que la salvaje bestia mugía terriblemente, presa de la inmensa hambre que tenía.

Teseo, sin embargo, avanzaba sin temor alguno, y finalmente, al entrar en la caverna, se halló frente al terrible Minotauro. Con un espantoso bramido, la bestia se abalanzó sobre el héroe de hoy, que hundió su puñal sobre el cuerpo algo débil del Minotauro. Con un espantoso bramido, y después de recibir unas cuantas puñaladas más, el monstruo lanzó un último gemido.

A Teseo, por tanto, únicamente le quedaba enrollar de nuevo el hilo para recorrer el camino que lo sacaría de allí. A partir de ese momento, no solo habría salvado a sus compañeros de su terrible destino, sino que incluso habría salvado a su propia ciudad.

Pero cuando la nave estuvo lista para marchar, Teseo, a escondidas, condujo a bordo a Ariadna y también a su bella hermana. Durante el viaje la nave ancló en la isla de Nassos para refugiarse de una furiosa tempestad, y, cuando los vientos se calmaron, no pudieron encontrar a Ariadna, pese a que la buscaron por todas partes: se había perdido al haberse quedado dormida en un bosque en el que, poco después, fue encontrada por el dios Dioniso, quien la hizo su esposa y la convirtió en inmortal.

http://filosofia.laguia2000.com/mitologia/el-minotauro

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