HACIA EL DESARROLLO DE ESCUELAS INCLUSIVAS
lisbethqq12 de Abril de 2013
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HACIA EL DESARROLLO DE ESCUELAS INCLUSIVAS
1. MARCO CONCEPTUAL
• Los Derechos humanos de los niños, niñas y adolescentes
Los principios básicos que deben orientar la política educativa para los niños, las niñas y los adolescentes con discapacidad son los mismos que orientan la política para cualquier niño. Estos principios están consagrados en los instrumentos internacionales de Derechos Humanos y más particularmente en la Convención sobre los Derechos del Niño. Esta Convención tiene gran relevancia dado que ha sido ratificada casi universalmente. El eje central de la Convención es que consigna a los niños, todos los niños, como sujetos de derecho lo que implica un cambio sustantivo en la relación entre los niños, el mundo adulto y el Estado. El hecho que los niños, las niñas y los adolescentes sean titulares de derecho hace necesario implementar cambios legales, institucionales y culturales para que estos derechos sean efectivamente respetados y puedan ser exigidos.
Derecho a la Educación
La Convención Internacional sobre los Derechos del Niño tiene una propuesta muy clara en torno a la educación, en ella se establece que:
- La educación es un derecho de todos los niños.
- El acceso a este derecho debe estar eximido de discriminación e inspirado en la igualdad de oportunidades.
- Se debe garantizar en el sistema escolar un trato compatible con la
dignidad humana.
- La educación se orientará por objetivos de calidad, que desarrollen al máximo las capacidades del niño, preparándole para la vida adulta.
- La educación debe realizarse en medio de una convivencia respetuosa de los
derechos humanos, la libertad, justicia, respeto y la promoción de la participación
de niños y adolescentes en los asuntos de su interés.
En síntesis, la escuela debe ser un instrumento para la igualdad de oportunidades para
todos, además de un espacio de integración social, donde se conoce, comparte y convive
con personas provenientes de otros grupos sociales, y se aprende a respetar y valorar al
diferente. Se busca la mayor calidad educativa para todos, para lograr su plena
participación e integración social y productiva en el mundo adulto. Nada puede ser más
perjudicial para la formación de nuestros hijos que educarlos en guetos, en una escuela
que no da cabida, ni tolera la diversidad en su interior. La escuela debe ser el espacio
privilegiado, en que todos aprendemos a convivir con los otros, y en que cada uno tiene la
oportunidad de desarrollar al máximo sus capacidades de aprendizaje.
Derecho a la Educación, la No Discriminación y la Participación.
Otro aspecto a considerar es que la Convención de los Derechos del Niño en su artículo 2
deja en claro que los niños no deben ser objeto de ningún tipo de discriminación. Esto no
significa tratar a todas las personas de la misma manera, sino, por el contrario, ofrecer las
ayudas y oportunidades que cada persona necesita de acuerdo a sus características y
necesidades individuales. Por lo tanto, implica que los sistemas educativos han de
proveer los recursos humanos, materiales y financieros necesarios para que los alumnos
con necesidades educativas especiales cuenten con las ayudas necesarias que faciliten
su proceso de aprendizaje y su autonomía personal. En este sentido, la igualdad de
oportunidades no hay que entenderla sólo en relación con el acceso a la educación sino
también con el derecho a una educación de igual calidad.
La misma Convención en su artículo 23 apunta específicamente a los niños con
discapacidad, señalando: “...que se reconoce que el niño mental o físicamente impedido, deberá disfrutar de una vida plena y decente en condiciones que aseguren su dignidad, permitiendo llegar a bastarse por sí mismo y faciliten la participación activa del niño en la comunidad". En el ámbito educativo este derecho significa que los niños con necesidades educativas especiales deberían educarse con el resto de los alumnos de su edad y participar al máximo posible de las actividades escolares sin perder de vista sus necesidades específicas. Deben participar del currículo común, haciendo los ajustes necesarios, ya que en éste se establecen las competencias necesarias para ser un ciudadano que participa activamente en la sociedad.
1.2.- La atención a la diversidad.
La educación escolar tiene como finalidad fundamental promover de forma intencional el
desarrollo de ciertas capacidades y la apropiación de determinados contenidos de la
cultura necesarios para que los alumnos puedan ser ciudadanos activos en su marco
sociocultural de referencia. Para lograr esta finalidad, la escuela ha de conseguir el difícil
equilibrio de proporcionar una cultura común a todos los alumnos que evite la
discriminación y desigualdad de oportunidades, respetando al mismo tiempo sus
características individuales, sociales, lingüísticas y culturales.
El concepto de diversidad nos remite al hecho de que todos los alumnos tienen unas
necesidades educativas individuales propias y específicas para poder acceder a las
experiencias de aprendizaje necesarias para su socialización, que están establecidas en
el currículo escolar. Estas necesidades educativas individuales tienen su origen en las
diferencias culturales, sociales, de género y personales. Los modelos y propuestas
educativas están influidos por la percepción y connotaciones de valor que se tengan
respecto de las diferencias. Cuando se habla de diferencias sociales se está hablando no
sólo de alumnos diversos, sino de alumnos que tienen diferentes oportunidades (unos
tienen más que otros). Cuando se habla de diferencias culturales, suele considerarse que
hay una cultura mayoritaria y otras minoritarias que tienen menor influencia en la sociedad.
Cuando hablamos de diferencias individuales suele haber una tendencia a valorar más a
aquellos que tienen altas capacidades; especialmente las de tipo intelectual.
Muchos alumnos experimentan dificultades de aprendizaje y de participación en la escuela
porque no se tienen en cuenta dichas diferencias, como consecuencia del modelo
homogeneizador de los sistemas educativos. Los diversos grupos sociales, culturales y
etnias tienen normas, valores, creencias y comportamientos distintos a los de la cultura
escolar. Los alumnos que pertenecen a sectores sociales y culturales con menor
vinculación a los objetivos y cultura de la escuela pueden generar menos expectativas en
los profesores y tener menor autoestima y seguridad en las actividades escolares. La
percepción de estos alumnos de que se espera poco de ellos refuerza su sensación inicial
de que son poco competentes para las tareas escolares.
Las diferencias de género también influyen en el proceso de enseñanza- aprendizaje.
Finalmente, las diferencias individuales en cuánto a capacidades, motivaciones, estilo de
aprendizaje, etc., que son inherentes al ser humano y se dan al interior de los colectivos
señalados, tienen gran influencia en los procesos de aprendizaje haciendo que estos sean
únicos e irrepetibles en cada caso.
Sin embargo, se debe señalar que las necesidades educativas de los alumnos no dependen sólo de las diferencias anteriormente señaladas, sino que están también relacionadas con el tipo de situaciones que vive cada uno en la escuela. La oferta curricular, la organización escolar, las estrategias de aprendizaje en el aula, las expectativas de los profesores, las relaciones con la familia y los sistemas de participación que se establecen son mecanismos importantes que favorecen o dificultan el aprendizaje y la plena participación de los alumnos al proceso educativo. Dos escuelas del mismo contexto pueden abordar de forma muy distinta las diferencias de los alumnos y alumnos, contribuyendo al éxito en el aprendizaje y la participación o por el contrario al fracaso y segregación de los alumnos.
1.3. - El concepto de necesidades educativas especiales.
Muchas necesidades individuales pueden ser atendidas a través de una serie de
actuaciones que todo profesor y profesora conoce para dar respuesta a la diversidad; dar
más tiempo al alumno para el aprendizaje de determinados contenidos, utilizar otras
estrategias o materiales educativos, diseñar actividades complementarias, etc. En
algunos casos, sin embargo, determinadas necesidades individuales no pueden ser
resueltas por los medios señalados, siendo preciso poner en marcha una serie de
ayudas, recursos y medidas pedagógicas especiales o de carácter extraordinario
distintas de las que requieren habitualmente la mayoría de los alumnos.
El concepto de necesidades educativas especiales implica que cualquier alumno o
alumna que encuentre barreras para progresar en relación con los aprendizajes
escolares, por la causa que fuere, reciba las ayudas y recursos especiales que necesite,
ya sea de forma temporal o permanente, en el contexto educativo más normalizado
posible. Algunas necesidades educativas especiales sólo requieren para ser atendidas
una serie de medios, recursos o ayudas técnicas que van a permitir que el alumno pueda
seguir en gran medida el currículo común, y van a facilitar su autonomía y proceso de
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