Había una vez una familia muy unida y amorosa

Había una vez una familia muy unida y amorosa, estaba conformada por los padres y tres hijos varones que aunque los tres eran hermanos los tres tenían gustos diferentes y pensamientos diferentes.

El mayor se llamaba Carlos y era muy grande y fuerte, siempre que sus hermanos tenían problemas con sus amigos Carlos los defendía siempre.

El segundo se llamaba Juan y era el más avaro; siempre que habían juegos de apuesta en su colegio él era el que encabezaba las apuestas, pero así mismo no le gustaba perder y siempre que perdía se enojaba mucho tratando de buscar problemas.

Y por último el hermano menor que se llamaba Esteban, él era el más inteligente de los tres hermanos y siempre le iba bien en el colegio. Cuando los tres hermanos tenían problemas Esteban los sacaba de apuros con su sabiduría y control de las cosas.

Los tres hermanos eran la combinación perfecta, la fuerza de Carlos les daba protección, la suerte y destreza de Juan les brindaba gran ayuda en cuanto a obstáculos y por último la inteligencia de Esteban que siempre tenía una solución a cada cosa que les sucedía.

Su madre estaba encargada de los oficios del hogar, y su padre era el chofer de una mujer muy distinguida y rica de la villa.

Esta familia era muy unida y les gustaba sentarse en la mesa, cenar y al terminar hablar de cómo habían sido sus días y reírse un rato.

Un día la distinguida y rica dama de la villa decidió dar un banquete a todos sus empleados y a sus familias en su grande y hermosa mansión.

El día del banquete el chofer salió con su familia hacia la mansión donde se celebraría el banquete; en la parte de adelante iba el chofer con su esposa y en la parte de atrás los tres hermanos.

En un descuido de sus padres el carro choco y se fue hacia un abismo. El carro se partió por la mitad, una mitad quedo al borde y casi cayendo del abismo y la otra callo completamente.

En la mitad que callo estaban los padres y en la otra mitad los hijos heridos, en ese momento apareció una sombra negra cubierta por un manto transparente y le dijo a los tres hermanos:”les daré los tres objetos que me pidan y los dejare ir.

El primero en hablar fue Carlos el mayor que pidió el arma más poderosa jamás antes vista para poder vengarse de todos aquellos que le habían hecho daño y lo habían humillado.

La muerte tomo una barra del carro y le hizo una pistola a la

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