Haciendas bananeras

EcuChifles

Hace no más de 2 dos años sucedió un acontecimiento nunca esperado, el verde por fin era un producto exportable sin barreras arancelarias ni restricciones en sus exportaciones. A pedido de Ecuador, la Organización Mundial de Aduanas decidió darle al verde un código arancelario diferente al del banano, esto permite hoy en día que este fruto no se vea afectado por las constantes discriminaciones que sufre el banano por los controles anti dumping y demás.

Ahora muchas haciendas bananeras están cambiando su producción para cosechar el tan conocido verde ecuatoriano, cuyo uso es constante dentro de la gastronomía local y que ha despertado interés dentro de los especialistas de la cocina por su versatilidad de acompañamiento. Desde patacones hasta platos fuertes, el uso de éste producto es constante y su demanda comienza a crecer más que su oferta.

El tipo de negocio que se puede desarrollar gracias a la facilidad de producción, comercialización y exportación del verde, puede ser muy rentable incluso si se enfoca de manera inclusiva con la sociedad de bajos recursos.

En el cantón Balao en la provincia del Guayas hoy en día se encuentran numerosas haciendas bananeras que están reemplazando sus cultivos de banano por verde, pero lamentablemente la oportunidad de negocio es solo visible para los hacendados con mayores hectáreas y capacidad económica, siendo los pequeños productores arraigados a lo que siempre se ha hecho y la innovación es casi nula.

Todo comienza desde el contacto con los pequeños productores de banano, que a través de la prefectura se dictarían charlas sobre la oportunidad que tiene el verde para su uso tanto dentro como fuera del país. Una vez convencidos se trataría que poco a poco vayan reemplazando sus cultivos de banano por verde, claro está que el proceso iría creciendo hasta que vean que realmente es un buen negocio.

Luego el producto sería llevado a una cocina no muy grande pero con una máquina capaz de realizar chifles de manera muy rápida, operados por personas de Balao.

Mediante un sistema piramidal con buenos incentivos se crearía una red de pequeños comerciantes se bajos recursos para que promocionen al chifle como una excelente entrada para los cientos de picanterías que existen en Guayaquil. El producto sería pronto acompañado de platos típicos dentro de muchos restaurantes de bajos recursos.

En ese momento la producción se vería en aumento captando la atención de los productores de la zona y comenzarían a darse cuenta que puede muy rentable cambiar sus plantaciones hacia un producto de mayor demanda. Cuando la producción comience a crecer se podrá hablar de exportación.

De manera legal los pequeños productores de verde tendrían el 49% del paquete accionario de la empresa, siendo la mayoría (51%) de pertenencia para los creadores del negocio. Esto crearía una motivación bastante grande, donde los hacendados no tendrán que pelear con los mayoristas ya que siempre recibirán el precio justo al ser productores y exportadores, lujo que solo gozan las grandes haciendas.

Con la ayuda del gobierno nacional a través de Pro Export y el nuevo Ministerio de Comercio Exterior, unos cuantos productores podrían viajar a ferias donde harían degustar los diferentes platos realizables

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