Historia De Villa Garcia

Historia Villa Garcia, Zacatecas

Esta región estuvo habitada por el grupo guachichil, uno de los más importantes de los chichimecas. Se ha comprobado la existencia de sitios en los que moraron los pobladores de esta región antes de la llegada de los españoles y en las que se han localizado todo tipo de armas de piedra como chuzas, hachas, puntas de flecha y cuchillos trabajados en obsidiana y pedernal, caracoles de barro y otros objetos. Muchos de estos encontrados en el Banco del Meco al noreste de la Presa del Capulín, donde se encontraron tumbas con cadáveres en posición horizontal, en que había objetos como vasijas, comales, metates, molcajetes, etc. que indicaban la categoría o sexo del difunto.

Antecedentes Coloniales

Siglo XVI

En 1569 por ordenes del Virrey Don Martín Enríquez de Almanza, fueron construidos presidios a intervalos estratégicos a lo largo del camino de la plata para contener a los guachichiles. Así se fundó Ojuelos y Portezuelo al Norte de San Felipe, escenario de las más grandes depredaciones de los guachichiles, por el Capitán Pedro Carrillo Dávila; Las Bocas (cerca de Los Campos), Ciénega Grande y Palmillas por el Capitán Juan Domínguez. Para el año de 1594 ya existía la población de Sierra de Pinos como Alcaldía Mayor. El 17 de abril de 1595 Gonzalo López Músico por merced que se le otorgó, de un sitio de estancia para ganado mayor, funda Agostadero, hoy cabecera municipal de Villa García.

Siglo XVII

Para el año de 1632 la Hacienda de Agostadero era propiedad del Pbro. Bachiller Don Juan Gallegos y debía tener alguna importancia, ya que el Señor Cura Beneficiado de la Sierra de Pinos, Don Pedro Lázaro y el Alguacil Mayor de la ciudad de Zacatecas, Don Antonio de León acudieron a esta hacienda a bautizar a un vástago de Don Gaspar Covarrubias y Doña Catalina Gallardo el 26 de septiembre del citado año.

Siglo XVIII

Al ir aumentando los habitantes de la hacienda y para conservar el orden se nombró un Comisario Municipal representando al Alcalde Mayor de Sierra de Pinos. El 25 de mayo de 1731 es erigido el Curato del Real de Asientos, que desde 1705 era ayuda de Parroquia de Zacatecas y a la que se le agregaron las haciendas de Marquillos (San Marcos), El Lobo y Agostadero; por estar separadas de Pinos.

El 25 de agosto de 1755 le fue dedicada la Capilla de Agostadero a la Santísima Virgen de Guadalupe, celebrándose sus fiestas desde ese año, siendo su primer capellán Don Ignacio Antonio Matías Trillo y quedando adscrita de hecho a la Parroquia del Real de San Matías de Sierra de Pinos, siendo Párroco el Señor Cura Beneficiado Vicario y Juez Eclesiástico, el Lic. Don Nicolás López Portillo. La jurisdicción eclesiástica de esta capilla era amplia, pues en los archivos de ella consta que acudían a bautizar, casar y enterrar de las haciendas de El Lobo, Marquillos y San Nicolás de Quijas; de la Estancia de Aguagorda; de los puestos de Aguagordita, Los Campos, Las Carboneras, El Colorado, Los Chupaderos, Las Encinillas, Las Letras, Montesa, Montoro, Pedregoso, El Picacho, El Potrerillo, El Potrero, El Realejo, El Salitre de los Navarro, San Diego, Santiago, Santa Elena, Sauz Dorado, Tortugas, El Venado; las Bocas de Montoro, El Capote, Carbonerillas, Cerca de Piedra, Cruces Blancas, Cruces de los Delgadillo, Las Crucitas, Charco Azul, Ojo de Agua, Potrero de Larrañaga, El Saucillo, El Ranchito de Bernales (hoy Crisóstomos) y otros más.

El 14 de septiembre de 1769 la Hacienda de Agostadero fue desmembrada de la Parroquia del Real de San Matías de Sierra de Pinos para ser agregada de hecho y derecho a la Parroquia del Real de Minas de Nuestra Señora de Belén de los Asientos de Ibarra, siendo Párroco de Asientos el Señor Licenciado Don Nicolás Ortega y el último teniente de cura por parte de Pinos y primero en la de Asientos el Bachiller Don José María de Guzmán.

Siglo XIX

Después de pasar por la Hacienda de Espíritu Santo y el Real de Pinos, el intrépido General Navarro Francisco Javier Mina, el 21 de junio de 1817 llegó a esta Hacienda de Agostadero y la gente le proporcionó alimento para la tropa, forraje y maíz para sus animales durante el día entero que permaneció en este lugar.

El ilustre zacatecano Don Francisco García Salinas, tras la desilusión que sufriera

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