Historia Del Matrimonio
roiroman22 de Noviembre de 2014
5.830 Palabras (24 Páginas)254 Visitas
Historia
Sumeria
La prostitución sagrada es una práctica muy antigua de la que hay pocas trazas en el occidente, solamente en la ciudad griega de Corinto y las ciudades cananeas de la costa levantina. Originalmente la prostitución sagrada se encuentra en Babilonia, cercano el tercer milenio a.J.C. como una de las formas de culto a Ishtar, quien es la misma Innana sumeria con atributos diferentes. En su forma de Ishtar, la diosa de la cultura sumeria se convierte en la diosa de la belleza y la sensualidad babilónica, a la que agradaban los actos de amor carnal y que para asegurar su veneración y culto se consagraban vírgenes al servicio del templo, dedicándolas a la prostitución sagrada, es decir a la prostitución selectiva y puntual, cuyo provento se dedicaba exclusivamente al servicio del templo. En el gran templo de Ishtar en Babilonia, el E-ana, cercano al Gran Esagifa, moraban las sacerdotisas que se dedican al servicio de la diosa, es decir a efectuar actos de fornicación con los que pagan el precio del rito que se entera en la caja del Templo. Las sacerdotisas tienen horarios fijos de culto, no aceptan sino a aquel que ha pagado el precio a la Diosa y no aceptan desviaciones del acto sencillo y directo. Están reputadas como religiosas y se les acuerda un tratamiento honorable cuando salen al exterior de su templo. Igualmente se dice que cada adolescente debe consagrar su primer acto sexual a la diosa y que este acto debe ser efectuado dentro del templo en la forma de un rito, similar al de las sacerdotisas regulares del templo
En general, las compilaciones de leyes castigan con severidad el adulterio. Representativo de esta situación es el artículo 129 del Código de Hammurabi: "Si la esposa de un hombre ha sido sorprendida mientras estaba acostada con otro varón, se los atará y se los echará al agua. Si el dueño de la esposa deja vivir a su esposa, entonces el rey dejará vivir (también) a su servidor."21
Esto implica, cómalo dice el mismo texto, que la esposa haya sido sorprendida " infraganti delicio" de adulterio.
Si tan sólo existían dudas y su marido la acusaba, pero no había sido sorprendida cometiendo adulterio, la mujer debía pronunciar juramento "por el dios" (evidentemente sosteniendo su inocencia) y podía volver a la casa de su padre (Código de Hammurabi § 131). Si la acusación no partía de un marido sino de otra persona, la mujer debía someterse a la ordalía del agua, vale decir que debía introducirse en las aguas del río y esperar a que el dios la absolviera, dejándola salir con vida, o la condenara, haciéndola ahogarse (Código de Hammurabi, § 132)
Una condición esencial para que se aplicaran estas leyes era que la mujer fuera la esposa, es decir la mujer legal del hombre, para lo cual debían haberse cumplimentado una serie de pasos que constituían el contrato matrimonial.
El artículo 28 de otro código de leyes, conocido como las leyes de Eshnunna,21 especifica claramente esta necesidad y establece que después de haberse cumplimentado todos los requisitos legales que transformaban a una mujer en "esposa", si ésta era encontrada yaciendo con otro hombre "se la matará, no podrá continuar viva".
De igual manera, en las leyes medwasinas (§ 13),2 3 se castiga a la esposa que, habiendo salido de su casa, se va a la casa de otro hombre, sabiendo éste que se trata de una mujer casada.
En lo que se refiere al incesto, ciertos textos explicitan la negativa a las relaciones dentro de cierto círculo de consanguinidad. En el caso del Código de Hammurabi, en el artículo 154 se castiga el contacto sexual entre un padre y su hija con la expulsión del primero de la ciudad, sin que se haga referencia a la suerte corrida por la hija. El incesto entre madre biológica e hijo se castiga en el mismo Código (art. 157) con la muerte de ambos: "se les quemará a los dos". Si después de la muerte del padre, un hombre tenía relaciones sexuales con la que había sido la esposa principal del fallecido (pero que no era su madre biológica), éste sufría como castigo ser echado de la casa paterna (Hammurabi § 158).
Egipto
La sexualidad en la realeza, examinando los aspectos más curiosos de las costumbres egipcias Los faraones tenían una esposa principal (la hemet-weret-nsw), que era la que aparecía con él en la mayoría de las representaciones de escenas oficiales. Además de esta esposa principal, tenía varias esposas secundarias (que podían heredar la ?principalidad? en caso de fallecimiento de la anterior) y además, contaban con un nutrido harén de concubinas.
Todos los hijos de un faraón eran príncipes, tanto si eran de esposa principal, como de concubina, ya que todos venían de la estirpe del dios en la tierra.
Mucha tinta ha corrido sobre el tema de los matrimonios entre hermanos, y, a veces, entre padres e hijas. Esto era una forma de impedir que sangre no real "mancillara" la pureza de la dinastía. Si estos matrimonios eran efectivos, o sólo era algo de tipo oficial, es algo que es difícil de calibrar. Al parecer si que hubo un tiempo en que estas relaciones incestuosas se consideraban normales, si bien esto se daba exclusivamente en la realeza.
Concretamente en época amárnica esto parece haber sido así. Por otra parte parece algo ilógico que un faraón con un gran harén de mujeres a su disposición fuera a tener relaciones con sus hijas.
Hemos dicho que todos los hijos del rey se consideraban de sangre real, pero ¿qué pasaba con los hijos de las mujeres de la realeza? En este caso sí que parece que los matrimonios entre hermanos fueran la única manera de que no entrara sangre impura en la familia. Esto también habría que tomarlo con cautela, puesto que hubiera supuesto un altísimo grado de consanguinidad.
Los egipcios no hacían distinción entre "esposa" "hermana" "amante", y utilizaban la palabra senit, que literalmente quiere decir "par" Quizás esto ha dado lugar a confusión.
Sin llegar a representar orgías ni nada por el estilo, sí que hay algunas representaciones del faraón con alguna concubina, o alguna jovencita nubia en actitud previa al encuentro amoroso. Así en Medinet Habu, Templo de Millones de Años de Ramsés III, vemos una serie de imágenes relativas al juego amoroso previo al encuentro sexual.
En cuanto al pueblo llano, podemos afirmar que las familias se formaban con una pareja y que solo los muy altos dignatarios podían tener alguna concubina, pero no era lo habitual.
Como hemos dicho tampoco existían las relaciones de tipo incestuoso que hemos visto en la realeza.
Los matrimonios podían acordarse por los progenitores, o bien realizarse por deseo de los propios contrayentes. No había bodas en el sentido que hoy damos a esa palabra, sino que cuando el acuerdo estaba formalizado, la mujer se iba a vivir a la casa de él y eso era todo.
La infidelidad conyugal estaba mal vista, y el marido podía repudiar a la mujer si la sorprendía en adulterio.
Ahora bien, como en casi todas las culturas, el hombre tenía ciertos privilegios y no estaba tan mal visto que tuviera algún devaneo con sirvientas o con prostitutas. Si bien hemos de decir que en los textos sapienciales siempre se advierte a los hombres de los peligros que entraña el andar en tabernas y entre faldas.
Existía una especie de divorcio para causas puntuales. Una era la ya mencionada del adulterio. Otra, el hecho de que una mujer no fuera fértil también era motivo de repudio. Aunque por otra parte el maltrato a la esposa estaba castigado por la ley, y la reincidencia significaba la disolución del matrimonio.
Algo que nos da idea de la liberalidad de costumbres de los egipcios es el hecho de que, entre la gente del pueblo, la patria potestad de los hijos era en primer lugar de la madre, pero si esta moría, los hijos eran responsabilidad del hermano de la madre fallecida. Esto era un modo de asegurar una consanguinidad cierta con el tutor de los hijos. Lógicamente el hermano de la madre llevaba la misma sangre de la madre, y por lo tanto de sus hijos. Mientras que cabría duda sobre si los hijos eran del marido de la mujer o no.
El que la ley fuera así da idea de que no debía ser infrecuente que se engendraran hijos fuera del matrimonio. En cuanto a las prostitutas, eran normalmente bailarinas y ejercían su oficio en tabernas, etc.
En el Papiro erótico de Turín se nos muestra una gran variedad de posiciones para realizar el acto sexual, algunas de ellas ciertamente acrobáticas. Estas mujeres solían ir muy maquilladas y llevaban tatuajes del dios Bes en sus muslos. Tanto por los ostraca, como por el mencionado Papiro, sabemos que realizaban el acto carnal igualmente de frente que con la mujer de espaldas. Si bien en este caso, la cabeza de la mujer aparece girada mirando al hombre, y este le levanta un mechón de pelo, quizás para verle la cara, o para mantenerla sujeta.
Estas representaciones muestran unos miembros viriles desproporcionadamente grandes y las escenas están totalmente exentas de pudor y llenas de naturalidad. Concretamente hay una en la que varias mujeres transportan a un hombre exhausto y desfallecido, con su enorme pene cayendo fláccido por su costado.
En cuanto a las prácticas sexuales poco usuales, debemos citar la homosexualidad como la primera de ellas. Todos hemos visto la tumba de los manicuristas Khnumhotep y Niankhnum (Saqqarah Din. V), en que ambos amigos se representan con los labios casi juntos y también con las piernas entrecruzadas, al estilo
...