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Homosexualidad


Enviado por   •  25 de Junio de 2014  •  7.582 Palabras (31 Páginas)  •  255 Visitas

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ÍNDICE

1. GÉNERO……………………..………………………………….…….. 1

2. CONCEPTUALIZACIÓN……………………….………………..……. 2

3. HOMOSEXUALIDAD EN LA SOCIEDAD…….……………...……. 3

4. FOBIAS………………………………………………………………… 4

5. DERECHOS…………………..……………………………………….. 5

6. MOVIMIENTOS DE LIBERACION (LGBT)………..……………… 8

7. ALGUNAS ORGANIZACIONES EN MÉXICO…………………… 14

8. CONCLUSIÓN……………………..………………………………… 19

9. OPINIÓN……………………………………………………………… 21

10. REFERENCIAS……………………………………………………… 23

INTRODUCCION

A pesar de la apertura que se ha suscitado en los últimos años, con respecto a la homosexualidad, todavía es motivo de controversia y hasta de represión por parte de algunos sectores de la sociedad mexicana. Sin embargo, cabe recordar, que esto no es algo nuevo, en otros países e incluso en algunos sitios de México, la homosexualidad es aceptada o bien vista, ya que se ha practicado por mucho tiempo, obviamente con ciertas modificaciones o restricciones a lo largo de los años.

En México se sabe que el movimiento gay tuvo sus orígenes ligados al movimiento estudiantil de 1968. En la actualidad, Guadalajara se ha convertido en sede de importantes movimientos conservadores por un lado y por el otro, es un a ciudad de diversidad sexual, con una reputación internacional, ya que cuenta con una notoria y elevada cantidad de homosexuales y de sitios de encuentro para ellos.

La mayor parte de la gente concibe la homosexualidad como algo pecaminoso, aberrante y execrable, es algo que va en contra de las leyes de la naturaleza. Por ello, no es de extrañarse que el consejo nacional parta prevenir la discriminación a través de la encuesta nacional sobre discriminación en México, hallara que cada cuatro de diez mexicanas y mexicanos son gay.

En la actualidad hay un tema que es muy polémico y es la homosexualidad que es una relación entre un hombre y hombre o mujer y mujer, que la sociedad lo ve como algo raro, pero la mayoría de la gente ignorante no sabe que este tema de desglosa desde hace varios años, la religión lo toma como un pecado porque lo normal para ellos es hombre y mujer , una persona que es homosexual siempre tiene miedo de que las demás personas lo critiquen por eso mejor evitan comentárselo a alguien más, este tema no solo se ve en México si no en muchos más países pero para que investigar en otros países si es lo mismo.

Las personas homosexuales hacen manifestaciones para revelarse a la sociedad, y hacerle saber a las demás personas que no tiene nada de malo ser homosexual, ellos son iguales que nosotros simples seres humanos con los mismos derechos, pero hay personas o gente que los ven raro y les da asco saber de ellos, es un tema con mucha polémica pero con muy poca información.

No deberían de hacer leyes para las personas que son homosexuales, si no dejarlas que hagan lo que quieran son libres en este mundo el que decide es uno mismo no tienen por qué estar siguiendo las leyes o reglas de las demás personas, cada quien decide su vida.

Existe gente que no critica a estas personas son personas homofóbicas, gente que le da miedo o repugnancia y están en contra de esto, cuando ve a un hombre con otro hombre o a una mujer con otra mujer.

La sociedad tiene un punto de vista diferente a la homosexualidad unos están en contra y otros a favor, pero en realidad solo hacen que los homosexuales es temerle a la humanidad de como los trataran en un futuro o como será todo esto en un futuro, la gente homofóbica debe darse cuenta que están en el siglo XXI

Y cambiar su opinión hacia ellos no es tan malo, no hacen nada malo y desgraciadamente es la realidad aunque lo quisiéramos arreglar no se puede pues esto ya tiene mucho tiempo atrás que se hizo la homosexualidad.

Todos tenemos una opinión diferente sobre ellos y no todos somos iguales

Cada quien tiene su decisión y uno puede ser como quiera, las personas que quieren ser homosexuales no tendrían por qué sentir miedo al fin y acabo todos somos seres vivos.

GENERO

El género se define como la organización social de la relación entre los sexos. Esta organización incluye tanto las instituciones de poder y de socialización (la escuela, el Estado, la familia, el mercado laboral, el sistema político, los medios de comunicación, el lenguaje) como las representaciones sociales que, en el sentido común, asignan al sexo significados socioculturales.

El género no es un concepto inmutable, al contrario, éste sigue un dinamismo y una evolución de apertura al cambio. La perspectiva de género tiene el mérito de dar a conocer las desigualdades sociales entre las mujeres y los hombres, pero éstas no pueden ser eliminadas a menos que se elaboren y apliquen medidas de igualdad entre los sexos. La igualdad Según el diccionario María Moliner, la igualdad es una cualidad de igual o equidad. Circunstancia de ser tratadas de la misma manera las personas de todas las categorías sociales. El enfoque integrado de la igualdad entre los sexos.

El enfoque integrado de la igualdad entre los sexos es un proceso que consiste en establecer las consecuencias para las mujeres y para los hombres de un programa o de un proyecto en todos los ámbitos y a todos los niveles. Es una estrategia destinada a tener en cuenta las preocupaciones y las experiencias tanto de las mujeres como de los hombres en las fases de planificación, de puesta en práctica, de control y de evaluación de las políticas y de los programas en las esferas políticas, económicas y sociales de tal modo que las mujeres y los hombres se beneficien de manera igualitaria y que la desigualdad no se perpetúe.

El objetivo final consiste en promover la igualdad entre las mujeres y los hombres. La distinción entre la perspectiva de género y el enfoque integrado de la igualdad se manifiesta por el hecho de que el género toma en consideración y presta atención a las diferencias entre hombres y mujeres en cualquier actividad o ámbito en el marco de una política mientras que el enfoque integrado de la igualdad viene a completarlo con el objetivo de lograr la igualdad entre los hombres y las mujeres.

CONCEPTUALIZACIÒN

La identidad de género tiene que ver con los patrones socio-culturales que aprendemos en nuestra socialización temprana. Desde que nacemos, la familia y la sociedad en su conjunto nos asignan un género en base a nuestro sexo y esperan que nos comportemos, actuemos y sintamos en base a esta condición. Cuando nos salimos de la norma, recibimos como respuesta la burla, el rechazo y la exclusión, y continuos llamados para que nos comportemos en base a las características y roles culturalmente establecidos para nuestro sexo.

Así, se espera de los hombres que sean dominantes, racionales, agresivos, competitivos y poco expresivos. Mientras las mujeres deben ser sumisas, serviciales, educadas, trabajadoras, responsables, sensibles, etc. Esta lógica justifica y perpetúa el patrón de dominación de los hombres sobre las mujeres, como ha venido reivindicando el feminismo y más recientemente los estudios de masculinidades. Pero sobretodo, limita el desarrollo humano de las personas para ser y sentir libremente, disfrutar de las diferencias, soñar, aspirar, comportarse y pensar con independencia del sexo al que pertenezcan. Así lo han reivindicado las personas transgénero (se identifican con el género opuesto), bigénero (se identifican con el género masculino y femenino) o intergénero (ve su identidad como una de muchos posibles géneros más allá de masculino y femenino), cuya identidad de género no se corresponde con la asignada al nacer. Y reclaman el derecho a autoidentificarse como hombre, mujer, ambos o ninguno, sin sufrir rechazo, discriminación y violencia por ser como son.

La orientación sexual está íntimamente relacionada con los conceptos anteriores. Se utiliza el término heteronormativo para describir el sistema cultural de género que determina que las mujeres deben desear a los hombres y viceversa, estableciendo la heterosexualidad como norma. Esta ideología está basada en la función reproductiva de las mujeres y determina la perpetuación de las mujeres como reproductoras de la vida, destinadas al ámbito doméstico y sin autonomía sobre sus cuerpos y su sexualidad.

Así, cualquier tipo de deseo que se salga de esta norma, ya sea la homosexualidad (el deseo hacia personas del mismo sexo), la bisexualidad (hacia personas de ambos sexos), o el deseo desde y hacia las personas transexuales, es discriminado, privado de igualdad de derechos y oportunidades, e incluso penalizado en algunos países. De hecho, las parejas formadas por personas del mismo sexo no tienen en la mayoría de los Estados de la región, los derechos que el matrimonio concede a las parejas heterosexuales: cobertura de la seguridad social, derecho a la adopción derechos testamentarios de la pareja, la recepción del cuerpo cuando muere.

HOMOSEXUALUIDAD EN LA SOCIEDAD

La homosexualidad es un tema que ha impactado mucho a la sociedad desde que inicio la raza humana (ya que los romanos tenían sexo con personas del mismo sexo) hasta la actualidad ya que hay gente que no acepta a este tipo de personas debido a las religiones y al modelo que la sociedad ha creado en nosotros (los seres humanos).

La iglesia no acepta a esta tipo de personas debido a según ellos en la época antigua que dos personas del mismo sexo anduvieran o tuvieran una relación esto se castigaba, ya que esto es un pecado. Según la iglesia o religiones dicen que “el lugar de una mujer está a lado de un hombre que estos procrearan hijos y así sucesivamente”. Dios dijo “amémonos unos a los otros” “amaras a tu prójimo”. Entonces los gay pueden amar a un hombre, las lesbianas a una mujer y aun así están amando a un prójimo y cumplen con lo que dios digo, pero bueno la iglesia no lo toma así el punto es que para esta es un pecado y al parecer no lo va a aceptar.

Nuestra cultura tiende a aceptar únicamente el modelo heterosexual, ya que desde pequeños nos inculcan a aceptar el modelo de una pareja heterosexual, ya que nuestros padres nos dicen “a la mujer cuando seas grande te casaras con un hombre y en el caso de los hombres lo contrario”.

Entonces el niño o niña crece con esa idea y cuando ve a dos personas del mismo sexo tener una relación estos se sorprenden ya que es algo que para ellos es anormal.

Pero hay personas que aunque sus padres y la religión les haya creado este modelo, a ellos no les importa porque todas las personas tenemos diferentes formas de pensar entonces cada quien toma lo que le sirve y cada quien escoge si aceptar a este tipo de gente o no.

Las personas LGBTTI sufren la discriminación de distintas formas: insultos, hostilidad, despido del lugar de trabajo, exclusión comunitaria e incluso leyes que penalizan con cárcel las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo con consentimiento. A menudo experimentan la discriminación en los servicios de salud y son maltratadas/os por la policía. Y la discriminación y las agresiones en la escuela provocan que muchas personas LGBTTI sean expulsadas o abandonen los centros educativos, perdiendo la oportunidad de desarrollarse y conseguir empleos formales.

En el caso de las mujeres, el disfrute de su sexualidad se ha visto invisibilizado, controlado y confinado a la función reproductiva y la búsqueda de la supervivencia. Incluso la “lesbofobia” ha sido utilizada como arma contra el movimiento de mujeres y feministas, que han sido acusadas “peyorativamente” de lesbianas, incidiendo así en la estigmatización de sus luchas.

En el caso de los hombres, la respuesta social que han encontrado al vivir plenamente su sexualidad e identidad de género, ha sido la violencia e incluso la muerte, afirman que existe una relación directa entre la homofobia y la denigración de los considerados femeninos. La sociedad interpreta la homosexualidad de los hombres como una feminización de estas personas, y castiga duramente la “falta de virilidad”.

En América Latina, el enorme rechazo hacia la diversidad sexual, queda patente en la tardía despenalización de la homosexualidad, en las décadas de los 80 y 90 en países como Chile, Ecuador o Colombia. Nicaragua y Panamá, los últimos dos países en América Latina donde las relaciones homosexuales eran criminalizadas, revocaron estas leyes en 2008. En el Caribe, esta medida fue propuesta durante la 8ª Reunión General Anual de la Asociación Pan Caribeña contra el VIH/Sida (PANCAP) en noviembre de 2008, pero la homosexualidad continúa siendo un crimen en siete países.

FOBIAS

Homofobia es el término que se ha destinado para describir el rechazo, miedo, repudio, prejuicio o discriminación hacia mujeres u hombres que se reconocen a sí mismos como homosexuales. De todas formas, el uso cotidiano del vocablo incluye a las otras personas contempladas en la diversidad sexual, como ocurre con los bisexuales y los transexuales. Incluso, a aquellos seres que mantienen hábitos o actitudes que suelen ser atribuidos al sexo opuesto, como los metrosexuales. Cabe destacar que la homofobia carece de una definición precisa, ya que no se trata de un concepto de alcance estrictamente psiquiátrico. Hay quien considera homófobia a toda persona que no respalde o no se manifieste a favor de la homosexualidad.

Sin embargo, la noción hace referencia a la discriminación, es decir, al rechazo o a la persecución.Diversas estadísticas señalan que, en todo el mundo, cada dos días un gay es víctima de un crimen enmarcado en hechos de homofobia. Según Amnistía Internacional, más de setenta países persiguen a los homosexuales y ocho hasta los condenan a muerte. La palabra homofobia fue utilizada por primera vez por el psicólogo estadounidense George Weinberg en 1971. Años atrás, Wainwright Churchill se había referido a la homoerotofobia.

Es necesario señalar que la homofobia no es precisamente una fobia, debido a las características que las diferencias. Mientras que en una fobia la emoción que la motiva es el miedo, la homofobia es motivada por el odio, que se manifiesta de forma moderada (a través de sensaciones corporales de repulsión, como incomodidad psicológica frente a personas homosexuales) o severa (mediante la alteración psicomotriz que lleva a un individuo a insultar de forma verbal o física a otro de condición homosexual, en algunos casos incluso puede llegar a matar a causa de ello).

Además, una característica propia de las fobias es que la reacción de los individuos que las padecen, es huir de aquello que les causa miedo, así, alguien que padece acrofobia tiende a no ponerse en situaciones de altura para evitar dicho temor; por el contrario, los homofóbicos buscan encuentros con personas homosexuales a fin de demostrarse a sí mismos que su postura es correcta, la forma en la que lo hacen es denigrando, humillando y destruyendo a todo aquel que reúna las características de un homosexual (ni siquiera tiene que ver con haber confirmado su homosexualidad, sino con que demuestre una actitud que para el homofóbico encaja dentro de la descripción de un homosexual).

Los fóbicos tienden a esconder su trastorno, no les gusta hablar de ello aún si saben que pueden estar necesitando ayuda, al contrario, los homofóbicos quieren hacer público su pensamiento, lo vuelven una batalla necesaria e intentan unirse a aquellos que piensen igual. Hace unos días leí que los homofóbicos eran como los vampiros, porque intentan contagiar a todo aquel que se cruce por su camino en el odio hacia los homosexuales, creo que sirve esta comparación para ejemplificar este punto.

La lesbofobia1 es un tipo de discriminación homófoba y sexista hacia las lesbianas. El origen de este rechazo podría estar en que las lesbianas rompen el modelo de tradicional del patriarcado, ya que son económica y sexualmente independientes de los varones.

El Día Internacional contra la homofobia fue impulsado por las organizaciones de la sociedad civil para celebrar el día 17 de mayo de 1990. En este día, la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) aprobó la 10a revisión de la Estadística Internacional de Clasificación de las Enfermedades y Problemas de Salud Relacionados. Esta revisión reconoció que la “orientación sexual” (heterosexual, bisexual y homosexual) por sí misma no debe ser vista como un trastorno”. Hasta este momento, la homosexualidad era considerada un “trastorno sexual”.

DERECHOS

En Latino América hubo grupos de liberación gay desde el decenio del 70, en puerto rico, México, Brasil, argentina y otras naciones. El grupo de puerto rico (fundado en 1974) fue especialmente activo en esta etapa es importante señalar que muchos homosexuales-de muchos países-no comparten el interés por la liberación gay ni el compromiso de luchar por los cambios jurídicos, sociales, económicos y de otra índole.

Consideran que la lucha política no es el camino para lograr la igualdad de derechos civiles, si no que lo es el trabajo diario que lo influye el trabajos de la vida cotidiana.

Ellos desean vivir y dejar vivir y no tanto cambiar el mundo para lograr una sociedad donde no haya discriminación con base a la orientación sexual.

A pesar de los obstáculos, muchas naciones han logrado importantes cambios en derechos civiles de los homosexuales la mayoría de las constituciones modernas (por ejemplo, las que se han aprobado en el decenio del 90) eliminaron explícitamente la orientación sexual como motivo de discriminación

Antes de 1869, año en que se acuña el término clínico de homosexualidad para el deseo erótico cuyo objeto es una persona del mismo sexo, dicha atracción había conocido múltiples denominaciones –inversión. sodomía–, cada una aproximativa y azarosa, ninguna de ellas interesada en reglamentar social y científicamente el deseo. Lo que propone el escritor italiano Paolo Zanotti, profesor de literatura en la Universidad de Bolonia, en su libro Gay, la identidad homosexual de Platón a Marlene Dietrich, es un recorrido histórico por la construcción de lo que hoy llamamos una subcultura gay. El título original del libro también sugiere una crónica amena y documentada de “cómo fue inventada la identidad homosexual”.

La primera exploración la hace Zanotti en la Grecia clásica, una cultura donde los hombres que creían poseer un alma noble y un carácter viril, buscaban como objeto de placer sexual a sus semejantes, es decir, a otros hombres dueños de cualidades parecidas. Como lo señala Michel Foucault en su Historia de la sexualidad, los roles sexuales actuales de activo y pasivo tuvieron entonces una connotación distinta. El hombre activo era el iniciador de los adolescentes a un mundo de la sexualidad que era también un mundo de madurez y de sabiduría; como las mujeres, el efebo debía ser sexualmente receptivo y no había en ello demérito alguno, solamente la pasividad adulta era objeto de condena social. La tiranía de los roles sexuales

De acuerdo con el autor, en la era moderna la condena de la homosexualidad pasa por la reprobación de toda conducta capaz de menguar las cualidades intrínsecas al varón en la sociedad burguesa. Una de ellas es esencial: el control de las pasiones. El comportamiento viril idóneo se construye con prohibiciones nuevas: el hombre no debe llorar ni manifestar debilidad de carácter, no debe ceder a la coquetería en el vestir ni tampoco en el arreglo personal.

Contrariamente a la mujer, determinada desde su nacimiento por su sexualidad y por las funciones biológicas y sociales que con ella se relacionan, el hombre tiene la posibilidad y el deber de controlar sus impulsos sexuales con el fin único de “ganarse la anhelada identidad viril”. Zanotti reproduce la sentencia: “Mujer se nace, hombre se hace”. El varón que transgrede estas prohibiciones y se identifica con el sexo opuesto se coloca de inmediato como un renegado de su propio sexo y por lo mismo un paria digno de reprobación.

“La prohibición del sexo entre hombres trae consigo otra importante novedad: la desconfianza hacia la amistad masculina. La intimidad entre dos hombres será fuente de una angustia creciente: a partir de 1770, por ejemplo, los chicos de los colegios ingleses ya no podrán compartir cama”.

La relectura de la historia de las civilizaciones a través del entendimiento de la sexualidad como una construcción social es el objeto de la llamada teoría queer, y es precisamente este marco teórico el que aborda Zanotti sin abusar de jergas académicas, para señalar que la homosexualidad es ante todo una construcción moderna donde el poder, encargado de reprimir los placeres, tiene paradójicamente la posibilidad de producirlos. Según la declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Sin embargo, el reconocimiento formal de la igualdad no ha sido suficiente para garantizar el disfrute efectivo de los derechos humanos por parte de las mujeres.

Los derechos sexuales: abarcan ciertos derechos humanos que ya están reconocidos en las leyes nacionales, los documentos internacionales sobre derechos humanos y otras declaraciones de consenso. Entre ellos se encuentra el derecho de toda persona, sin coacción, discriminación ni violencia, a llevar una vida sexual satisfactoria, segura y placentera.

• alcanzar el nivel más elevado posible de salud en relación con la sexualidad, incluido el acceso a servicios de atención de la salud sexual y reproductiva,

• buscar, recibir e impartir información sobre la sexualidad,

• recibir educación sexual,

• que se respete su integridad física,

• elegir pareja,

• decidir si ser o no sexualmente activa,

• mantener relaciones sexuales de mutuo acuerdo,

• contraer matrimonio de mutuo acuerdo,

• decidir si tener o no hijos y cuándo,

En primer lugar, porque históricamente el discurso de los derechos humanos tuvo un claro sesgo androcéntrico, se basó en las experiencias y necesidades de los hombres (adultos, blancos, heterosexuales...), dejando fuera las realidades y necesidades específicas de las mujeres y de otros grupos y colectivos. Por eso, en las últimas décadas se han desarrollado instrumentos específicos de derechos humanos que amplían y reconocen esas especificidades de la diversidad humana y, en concreto, de las mujeres.

En segundo lugar, porque a pesar de los avances jurídicos internacionales y nacionales, las mujeres enfrentan todavía muchos obstáculos normativos, políticos, económicos y socioculturales para el ejercicio pleno de su ciudadanía. Incorporar la perspectiva de género en este análisis nos ayudará a entender las causas y factores que impiden, dificultan o promueven el ejercicio de los derechos por parte de mujeres y hombres, y en especial las polémicas que se generan en torno al reconocimiento por ejemplo de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.

¿Estamos de acuerdo en que los derechos humanos son parte intrínseca del desarrollo y que las intervenciones de desarrollo deben estar orientadas a garantizar, no sólo las necesidades de las personas como se planteaba antes, sino el ejercicio de los derechos de las personas? Si es así, entonces es preciso que el principio clave de igualdad y no discriminación sea un aspecto central de nuestras intervenciones de desarrollo, para así garantizar el efectivo goce de sus derechos a las mujeres.

A través del cuestionamiento de la dicotomía público/privado que subyace al discurso de los derechos humanos, el movimiento feminista ha logrado incorporar en la agenda política una serie de cuestiones relacionadas con la sexualidad y la reproducción. Así, y gracias principalmente al impulso del movimiento de mujeres y la comunidad LGBTI (Lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, transgénero e intersexuales), en los últimos años se ha ido avanzado en la conceptualización de los derechos sexuales y reproductivos como derechos humanos. Sin embargo, se trata de un proceso incipiente y en construcción, que se enfrenta además a distintas ideologías conservadoras, contrarias a la ampliación de los derechos humanos hacia espacios de autonomía sobre el propio cuerpo y la sexualidad.

El Programa de Acción resultante de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo celebrada en El Cairo en 1994, es el primer instrumento internacional que incluye explícitamente la “salud sexual y reproductiva” y los “derechos reproductivos” dentro de los derechos humanos a proteger. Así, afirma que los derechos reproductivos “se basan en el reconocimiento del derecho básico de todas las parejas e individuos a decidir libre y responsablemente el número de hijos, el espaciamiento de los nacimientos y el momento de tenerlos, y a disponer de la información y de los medios necesarios para ello, y el derecho a alcanzar el nivel más elevado de salud sexual y reproductiva”. También incluye el derecho de todas las personas a adoptar decisiones en relación con la reproducción sin sufrir discriminación, coacciones ni violencia.

MOVIMIENTOS DE LIBERACION (LGBT)

El Día Internacional del Orgullo LGBT

El día internacional del Orgullo LGBT es una fiesta que se realiza el 28 de junio en que se conmemoran los disturbios de Stonewall dados en la ciudad de Nueva York, en Estados Unidos en 1969, que marcan el inicio del movimiento de liberación homosexual.

Los disturbios de Stonewall consistieron en una serie de manifestaciones violentas en una redada policial que tuvo lugar en la madrugada del 28 de junio de 1969, en el bar conocido como el Stonewall Inn del barrio neoyorquino de Greenwich Village. Frecuentemente se cita a estos disturbios como la primera ocasión en que la que la comunidad LGBT luchó contra un sistema que perseguía a los homosexuales con la aprobación del gobierno, y son generalmente reconocidos como el catalizador del movimiento moderno pro-derechos LGBT en Estados Unidos y en todo el mundo.

Durante las décadas de 1950 y 1960 los gays y lesbianas estadounidenses debían enfrentarse a un sistema legal hostil en comparación a muchos homosexuales a escala mundial. Los primeros grupos homófilos de EE. UU. intentaron demostrar que las personas homosexuales podían insertarse en la sociedad, y fomentaron una cultura de no confrontación entre homosexuales y heterosexuales. Sin embargo, los últimos años de la década de 1960 existieron muchos movimientos sociales activos que se revelaron ante esta ideología. Lo que al combinar el clima de guerra y confrontación junto al ambiente liberal del Greenwich Village, influyó para que se produjeran los disturbios de Stonewall.

El Stonewall Inn, en las décadas de 1950 y 1960, era propiedad de la mafia y servía para gran variedad de clientes, pero era conocido por ser popular entre las personas más marginadas de la comunidad gay: transexuales, drag queens, jóvenes afeminados, prostitutos masculinos y jóvenes sin techo. Las redadas policiales en los bares gay eran algo rutinario durante la década de los 60, pero los agentes de policía perdieron repentinamente el control de la situación en el Stonewall Inn y atrajeron a una muchedumbre, provocando que se rebelasen. La tensión entre la policía de Nueva York y los residentes gay de Greenwich Village produjo más protestas la siguiente tarde, y sucesivamente varias noches después. En cuestión de semanas, los residentes del Village rápidamente se organizaron en grupos de activistas para concentrar esfuerzos en aras de establecer lugares para que gay y lesbianas pudieran manifestar abiertamente su orientación sexual sin miedo a ser arrestados.

Tras los disturbios de Stonewall, las comunidades homosexuales de Nueva York hicieron frente a obstáculos de índole generacional, de clase y de género para formar una comunidad cohesionada. A los seis meses se habían creado dos organizaciones de activistas gay en Nueva York, con objeto de realizar protestas de confrontación, y además se fundaron tres periódicos para promover los derechos para homosexuales. En pocos años se fundaron organizaciones de derechos homosexuales a lo largo de todo Estados Unidos y a nivel internacional.

El 28 de junio de 1970 tuvieron lugar las primeras marchas del Orgullo Gay en las ciudades de Nueva York y Los Ángeles, conmemorando el aniversario de los disturbios. Con el tiempo, otras ciudades fueron organizando marchas similares. Hoy día se celebran actos del Orgullo Gay anualmente por todo el mundo hacia finales de junio, para recordar los disturbios de Stonewall.

A medida que el movimiento lésbico, gay, bisexual, transgénero. Avanza, se hace más visible, y acerca a su comunidad a la igualdad de derechos en una sociedad que históricamente la ha marginalizado, surgen preguntas sobre el rumbo que tomará, cómo evolucionará y qué pasará cuando el activismo a favor de esos derechos (principalmente matrimonio civil, adopción y seguridad social) se sistematice hasta cierto punto – hablo de sistematización y no de alcanzar un estadio de total igualdad jurídica, pues me parece que es pronto para esto último.

A nivel local, nacional y regional estamos siendo testigos de una nueva revolución sexual catalizada a partir del cuestionamiento de las orientaciones sexuales e identidades de género. Incluso a nivel internacional, grupos como la Asociación Internacional de Gays y Lesbianas, surgida en 1978, y la Comisión Internacional de Derechos Humanos para Gays y Lesbianas, fundada en 1990, fungen como una especie de conciencia del movimiento alrededor del mundo.

Más que del movimiento LGBT como un monolítico, quiero hablar de varios movimientos de diversidad o disidencia sexual. Hay fracciones del supuesto movimiento LGBT que, por ejemplo, se oponen a la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo. Consideran que no vale la pena perpetuar un modelo de organización social tan conservador, patriarcal y caduco. La monogamia regulada por el Estado es un elemento más del sistema de heteronormatividad al que no quieren pertenecer o contra el cual luchan. La tendencia a ese fraccionamiento es inevitable, y la división de líneas de acción será más visible conforme más países extiendan el derecho al matrimonio civil entre personas del mismo sexo y a la adopción por parte de parejas homosexuales, pues irán surgiendo submovimientos cada vez más definidos y, con suerte, cada vez más fuertes.

A partir de la creciente legalización del matrimonio gay alrededor del mundo, observamos una reconfiguración paulatina de la normalidad (entendiendo “normal” como lo más común): las personas que deciden casarse, tener hijos y un perro en la casa, heterosexuales u homosexuales, son en general los normales, constituyen el mainstream en las sociedades occidentales, pues continúan reproduciendo convencionalismos como la monogamia, educar niños en pareja y formar una familia como el Estado la define. Esto, poco a poco, provocará que se fortalezcan los activismos que quieren legislar a favor de modelos de familias verdaderamente alternativas – de relaciones compuestas, por ejemplo, por más de dos adultos.

Por otro lado, la T de LGBT tomará más fuerza social, política y cultural: las personas travestis, transgénero y transexuales son quienes cuestionan de manera más radical y explícita lo que como sociedad llamamos hombre, mujer, masculino, femenino. Son ellos y ellas quienes, en ocasiones, aceptan o rechazan de manera más conciente las construcciones del género y, en algunos casos, llevan esas decisiones a su cuerpo, al terreno de lo quirúrgico y lo genital, a la intimidad de las prácticas sexuales. También son quienes están más rezagados al interior de la comunidad LGBT, aunque hayan jugado roles fundamentales en la historia del mismo. En las redadas de Stonewall Nueva York, por ejemplo, y en las primeras marchas del orgullo gay en Estados Unidos hubo muchos latinos transexuales movilizando a sus compañeros de lucha. Sin embargo, en el mismo país, no hay ningún puesto alto en las organizaciones LGBT ocupado por personas trans. Y quienes sí ocupan esos puestos (con frecuencia hombres homosexuales, blancos, de clase media alta) parecen colocar a la agenda trans al final de la lista de prioridades.

Otro aspecto importante es la geografía. La legalización del matrimonio gay se ha concentrado en países de primer mundo (Canadá, Países Bajos, España, entre otros), grandes capitales (Ciudad de México) y un par de excepciones (Argentina y Sudáfrica), mientras que la homofobia institucionalizada u homofobia de Estado se dispara en países como Irak y Uganda. ¿Qué pasará con la brecha que existe actualmente entre el Distrito Federal y el resto de la república? ¿Y entre países con gobiernos más progresistas versus gobiernos más tradicionalistas? En términos sexogenéricos, la localización de espacios y leyes liberales es cada vez más definida, y son esos gobiernos quienes reciben más y más peticiones de asilo por orientación sexual e identidad de género. Queda por verse si la ola de extensión de derechos para los LGBTs cubre el resto del mundo o si habrá cada vez más ‘guetoización’ de los gays a nivel internacional.

Distingo también varios tipos de activismos. Un ejemplo es el de organizaciones no gubernamentales como Human Rights Campaign, que son percibidas como clasistas, demasiado amigables con el sistema político, y poco eficientes al comparar su presencia en gran parte del territorio estadounidense y sus fondos con los éxitos atribuibles a su labor de cabildeo.

Por otro lado hay esfuerzos novedosos, particularmente de jóvenes que aportan ideas frescas e introducen temas nuevos en la agenda con estrategias originales: desde redes sociales en internet como YouTube, Facebook y Twitter; proyectos como I’m from Driftwood(un blog que recolecta historias de personas gays alrededor del mundo) o el Coming Out Day.

Las nuevas generaciones se componen de jóvenes más informados, con la posibilidad de estar enterados de lo que sucede en todo el mundo, permitiéndose comparar la situación de la comunidad LGBT en diferentes países y tomar acciones en consecuencia.

Los nuevos actores del movimiento LGBT están cansados de las medidas paliativas de sus gobiernos, y no están dispuestos a esperar a que ‘la sociedad esté lista’.

A mayor visibilidad de una minoría, podríamos asumir que llegaría más respeto hacia ella. A mayor integración de la diversidad sexual en los distintos ámbitos de una sociedad, podríamos esperar más aceptación de las formas en que cada individuo elige expresar su identidad y su sexualidad.

Por el contrario, todavía suceden crímenes por homofobia, incluso en las ciudades más progresistas y cosmopolitas del planeta. ¿Existe más o menos odio? ¿Hay más o menos discriminación? Por un lado, creo que la presencia cada vez más evidente de los LGBTs en la política, en los medios de comunicación, en los suburbios, en diferentes industrias y ambientes laborales, provoca una especie de choque cultural como el que describía Samuel Huntington: la heterosexualidad (o las heterosexualidades) y sus intocables privilegios se ven amenazados por identidades que las cuestionan y las replantean, y las reacciones contra ello llegan al punto de la violencia y el odio. Por otro lado, mi optimismo se inclina hacia la hipótesis de que, haya hoy más o menos discriminación que hace treinta o cuarenta años, existe, sin duda, más información, más denuncias, más tipificación, más canales de investigación, más medios de comunicación, más estrategias de difusión. Todo se conjuga para que, esperemos, haya cada vez más resolución de casos de violencia y criminalidad catalizadas por la homofobia.

Bajemos a esferas más cotidianas: el debate de los movimientos LGBT continúa, como cualquier otra discusión, haciéndose muy presente en aulas universitarias, revistas académicas, prensa especializada, bares gays y salas de reunión del poder legislativo. Pero el tema del matrimonio homosexual, por mencionar un caso, ha ido permeando también hasta las sobremesas de hogares comunes y corrientes, más salones de clases, cafés entre amigos, espacios de creación artística y producción cultural, círculos de discusión religiosa o de fe. La revolución toca a cada vez más personas y las cuestiona sobre quiénes son, qué les gusta, a quién aman, con quién quieren tener una relación, qué significa ser ciudadano de una sociedad democrática, tener acceso a ciertos derechos…

Durante su intervención en la Tercera Semana de la Diversidad Sexual del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), LolKin Castañeda Badillo señala dos factores definitorios en la legalización del matrimonio entre parejas del mismo sexo en la capital mexicana. En primer lugar, el optimismo de la sociedad civil organizada (ONGs, asociaciones, colectivos y otros actores que dieron su voto de confianza a algunos de sus representantes). En segundo lugar, la voluntad en el ámbito político, notable en David Razú, que valientemente aprovechó un momento de oportunidad política, incorporando la voz de sus representados.

La combinación de ambos factores fue favorable y, hoy, en el Distrito Federal las parejas homosexuales pueden casarse, adoptar, acceder a seguridad social y a créditos de vivienda, al igual que cualquier pareja heterosexual, que cualquier ciudadano casado.

Al final, como dice Razú, la diversidad sexual es también un tema de ciudadanía, y ése es el enfoque adoptado en cada vez más estrategias de las fracciones del movimiento LGBT a nivel internacional.

Los activismos LGBT deben ser más comprensivos e incluyentes, tanto con las disyuntivas al interior del movimiento como con actores al interior del sistema contra el que supuestamente luchan y que están dispuestos a posicionarse a favor del movimiento.

*En la versión de este artículo publicada en la revista Internacionales mencioné un dato erróneo que he retirado ahora en la versión electrónica (En toda esta ecuación hay un factor más que Castañeda señala como ingrediente interesante: los aliados en el “equipo enemigo” – en el caso del Distrito Federal, por ejemplo, la diputada Lía Limón del Partido Acción Nacional, quien se abstuvo de votar a favor o en contra de la propuesta de ley por convicciones personales.) Lía Limón, al igual que el resto de sus compañeros del PAN, votó en contra de la propuesta de reformar el código civil del DF para permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo.

En ocasiones se utiliza también el acrónimo LGBTTTI, en donde las últimas letras significan travesti, transexual, intersexual. En Estados Unidos, HRC es la ONG de derechos civiles para la comunidad LGBT con mayor presupuesto y supuestamente con más fuerza e influencia política. Joe Solmonese, su director ejecutivo, es el segundo mejor pagado entre los directivos de agrupaciones de este tipo, de acuerdo con el periódico The Washington Blade.

En octubre de 2009 tuvo lugar una marcha a favor de los derechos de la comunidad LGBT en Washington, D.C. La convocatoria y organización fueron totalmente a través de estas redes y asistieron personas de todo Estados Unidos, además de algunos extranjeros.

Se celebra el 11 de octubre en varios lugares para promover conciencia sobre la salida del clóset (proceso a través del cual las personas LGBT aceptan abiertamente su orientación sexual e identidad de género).

8 al 11 de noviembre de 2010 en la Ciudad de México. Activista lesbiana cuyo trabajo y relevancia son notorios en el movimiento LGBT del país, particularmente en la Ciudad de México, y recientemente en la legalización del matrimonio homosexual, adopción y seguridad social para parejas del mismo sexo.

Diputado por el Partido de la Revolución Democrática en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal que redactó e impulsó la propuesta de reforma al código civil que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo en dicha entidad federativa.

ALGUNAS INSTITUCIONES EN MEXICO

Fundación arcoíris

Misión: Es una asociación civil en pro de la diversidad sexual, por la defensa de los derechos humanos y el reconocimiento de la igualdad entre los géneros.

Objetivos Institucionales:

• Fomentar la apertura de espacios y la realización de acciones que aporten al conocimiento de la condición discriminada por sexualidad, la orientación sexual y las identidades de género.

• Promover los estudios y la investigación en el campo de la sexualidad para lo que desarrolla programas y seminarios.

• Difundir las perspectivas que desarrollan sus miembros a través de publicaciones, conferencias, entrevistas, participación en medios masivos de comunicación y la organización de reuniones de discusión.

• Desarrollar actividades de formación y sensibilización contra los estigmas, y los prejuicios derivados de condiciones sexuales.

Desde su Fundación buscó la realización de actividades en alianza con distintas instancias de Gobierno; la construcción de iniciativas de articulación con otras organizaciones; y el establecimiento de vínculos regionales e internacionales.

Así, ha logrado instalar una lista electrónica de discusión-información latinoamericana, sobre el estudio de la sexualidad como una dimensión social. Esta lista a la vez, le ha permitido establecer un Encuentro Bianual Latinoamericano y de El Caribe de Estudios sobre Sexualidad y Sociedad. Aunque su interés se ha desarrollado de manera importante en las actividades de estudio e investigación sobre la sexualidad, no ha tomado distancia de las actividades de gestión política. Participamos activamente en el Comité de Impulso del Matrimonio Igualitario para la Ciudad de México y en la Campaña Mundial de IDAHO.

Pertenencia y trabajos en redes de sociedad civil. Forma parte de la International Lesbian, Gay Bisexual, Trans and Intersex Association (ILGA). Mantiene vínculos con entidades académicas del país y de la región latinoamericana.

Aspectos que distinguen a la organización, es una Asociación que vincula el trabajo académico con el activismo hacia la transformación social. Impulsa nuevas perspectivas de análisis. El trabajo interinstitucional de sus grupos de trabajo permite una amplia difusión y aprovechamiento de recursos. Impulsa la formación de grupos y redes y participa activamente en los planos nacional e internacional.

Logros principales

1998. Constitución de la Asociación.

1999. Publicación de la cartilla de derechos humanos por orientación sexual, en conjunto con la CDHDF.

2000. Apoyo a la Marcha de Orgullo LGBT al Zócalo.

2001. Impulso de los Estudios de la Diversidad Sexual en la UNAM. Seminario de investigación: Diversidad Sexual

2002. Organización del Diplomado de Estudios sobre la Diversidad Sexual en el PUEG/UNAM. Seminario de Investigación: Nuevas perspectivas para el estudio de la diversidad sexual. Inicio de la lista Fundación Arcoiris.

2003. Publicación del libro Sexualidades Diversas, Ed. Porrúa/Cámara de Diputados, PUEG-UNAM, con el apoyo de CONACULTA. Seminario de Investigación: Homofobia

2004. Formación del Grupo de Estudios en Sexualidad y Sociedad (interdisciplinario e interinstitucional)

2005. Organización de la lista de discusión Sexualidad y Sociedad en América Latina y El Caribe.

2006. Organización de distintas publicaciones de sus integrantes, (ENAH, UAM, UNAM, BUAP).

2007. Organización del Seminario de Teoría Queer.

2008. Organización del Ier. Encuentro Latinoamericano sobre Sexualidad y Sociedad.

Traducción del libro Políticas sobre Sexualidad, reportes desde las líneas del frente, editado por Sexuality Politic Watch.

2009. Definición de líneas editoriales

2010. Organización del 2do. Encuentro Latinoamericano sobre Sexualidad y Sociedad.

Organización del 1er. Seminario Internacional de Diversidad Sexual.

Organización del 1er. Curso de Investigación en Sexualidad y Sociedad.

2011. Coordinación Nacional de la Información sobre las actividades de IDAHO, para la Campaña Mundial.

2012. Organización del 3er. Encuentro Latinoamericano sobre Sexualidad y Sociedad.

Organización del 2do. Curso de Investigación en Sexualidad y Sociedad

Cuenta conmigo

Nuestra historia comienza con el grupo “Jóvenes Gays y Familias por una Comunicación Asertiva” creado en 1999 por Arturo Díaz Betancourt y Alejandro Brito dirigentes de la organización civil “Letra S: Sida, Cultura y Vida Cotidiana”.

Desde entonces, nuestras actividades las desarrollamos en el Centro Recreativo “Niños Héroes del DIF-DF” sinergia muy importante pues lograron que en un espacio público se pudieran reunir abiertamente jóvenes homosexuales y sus familiares. En ese camino y con ese apoyo hemos seguido.

En 2008 nos formamos como la asociación civil “Cuenta Conmigo: Diversidad Sexual Incluyente” para ampliar nuestros objetivos, estrategias, población, espacios… y con ello, lograr de mejor manera, promover una sexualidad diversa, libre de estigma y discriminación.

Actualmente y en colaboración con otras organizaciones, contamos con otros espacios de la ciudad en que brindamos talleres a personas homosexuales, bisexuales, transexuales y transgénero.

A través de conferencias, talleres, pláticas, seminarios y otros proyectos promovemos una sexualidad sin prejuicios y estigma, comenzando al interior de las familias.

Misión

Contribuir a la transformación de una cultura donde la diversidad sexual sea incluyente, libre de estigma y discriminación, enmarcada en la equidad de género y los derechos humanos.

Visión

Ser una organización líder en la promoción y defensa de la diversidad sexual, de las relaciones equitativas de género al interior de las familias y del ejercicio de una sexualidad libre de estigma y discriminación para el desarrollo integral de las personas.

Nuestra labor

Promovemos el respeto a la diversidad sexual y la equidad de género como parte importante del reconocimiento de los derechos humanos, sexuales y reproductivos, tanto en nuestro espacio de trabajo como en el espacio público. Brindamos herramientas para el autocuidado y el crecimiento personal a lo largo de la vida para una cultura del cuidado de la salud sexual y de bienestar emocional.

Fomentamos y defendemos una educación sexual libre de prejuicios, basada en información actualizada y confiable surgida de fuentes fidedignas, tales como: universidades y organizaciones internacionales y nacionales, investigadores, medios y colectivos especializados en nuestros temas eje. Promovemos prácticas sexuales seguras, protegidas, responsables y placenteras para prevenir la transmisión del VIH y cualquier otra Infección de Transmisión Sexual. Buscamos generar procesos integrales que conduzcan a cambios perdurables para el bienestar integral de las y los asistentes.

Capacitamos, sobre temas de educación sexual, diversidad sexual, perspectiva de género, prevención de VIH y otras ITS, a profesionales y promotores de salud, a servidores públicos, líderes comunitarios y toda persona interesada. Brindamos capacitación para formación de líderes y acompañamiento de pares para quienes habiendo trabajado su proceso desean acompañar a otros/as jóvenes homosexuales, bisexuales, transexuales. Y para familiares que quieren acompañar a otras mamás, papás, hermanos, tías/os, abuelos/as de personas con orientación sexual diferente a la heterosexual o su identidad de género no corresponde con su sexo.

Diversidad sexual.

Para Cuenta Conmigo, la diversidad sexual implica las distintas formas y combinaciones en las que la sexualidad, el género y el cuerpo pueden existir, vivir y expresarse.

Incluye si, las orientaciones sexuales, pero también, los gustos y placeres, el deseo erótico, las prácticas sexuales y las distintas formas de vincularse afectivamente. En este sentido, toda persona es sexualmente diversa. Habría entonces, que reconocer a la diversidad como un valor que nutre a la sociedad y, por ello, garantizar su libre ejercicio.

Determinar cómo vivir y ejercer la sexualidad es una decisión personal que debe tomarse de forma libre, informada y sin prejuicios, revisando y analizando de manera crítica los modelos impuestos culturalmente y, a partir de ahí, re-construirla y ejercerla hacia un verdadero bienestar.

Llamamos “cultura patriarcal” a aquella que considera a lo “masculino” como contrario y de mayor valor a lo “femenino”. Planteamiento que los coloca como si fuesen dos polos irreconciliables, y peor aún, como algo natural.

Se produce una visión machista y misógina causante de la discriminación y homofobia. Por ejemplo: ¿Por qué alguien que nació hombre se rebajaría a tener “modos femeninos”? ¿Por qué alguien que nació mujer se atrevería a comportarse “masculinamente”?

Así, quienes no acatan y cuestionan este valor sufren castigos y presiones para que asuman su género o, de lo contrario, vivan su disidencia sólo en su espacio privado y de manera confinada, clandestina lo que genera heridas psicoemocionales. Reconocer que esta división y devaluación entre los géneros aún existe y los daños que sigue generando para hombres, mujeres, sus maneras de relacionarse y vincularse afectivamente resulta indispensable para lograr relaciones más equitativas entre mujeres y hombres, entre hetero y homosexuales, entre las parejas, amigos/as y entre las familias.

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