IMAGEN Y SIMULADRO

IMAGEN VS SIMULACRO

Para Lorenzo Vilches la imagen es un texto y al ser un texto puede leerse, pero sus lecturas a veces son exageradas o mal realizadas debido a que no se toma en cuenta el contexto, ni sus límites de interpretación. Vilches también nos da unos niveles que debemos tomar en cuenta en el momento de analizar una imagen, entre ellos tenemos:

a) Nivel de producción: es el material de la imagen, lo que expresa la imagen visualmente. Los elementos diferenciales de la expresión, son aquellos códigos que son reconocibles pero que están aún incompletos.

b) Niveles sintagmáticos: Es la mezcla, aún separable, de los elementos del texto con la imagen. Bloques sintagmáticos con función textual.

c) Niveles intertextuales/contextual: Son las estructuras que dan pie a varias interpretaciones de los textos. Mecanismo del tópico, es el que une la imagen con un texto lingüístico. El género como mecanismo macro-textual, es el que marca la forma de todos los mecanismos de producción. Tipologías de géneros: Son los mecanismos de funcionamiento social de la comunicación de masas.

A partir de estos niveles y elementos, podemos colocar nuestro análisis dentro de un contexto, respetando los límites de la misma imagen.

Debido a que la imagen es un texto, Vilches no dice que se deben conocer desde los elementos más mínimos hasta los más amplios para entender su complejidad y connotaciones.

La imagen estimula a su observador para que pueda leer, pero el intérprete es el que le da su propio significado.

Mientras que para Jean Baudrillard, “disimular es fingir no tener lo que se tiene y simular es fingir tener lo que no se tiene”. El simulacro es una imagen hecha a semejanza de una cosa o persona. El simulacro nunca es aquello que oculta la verdad, por el contrario es la verdad lo que oculta que no hay verdad alguna. Por tanto el simulacro es cierto. La hiperrealidad y la simulación disuaden todo principio y todo objetivo.

La sociedad actual es una sociedad de consumo donde estamos bombardeados de mercancías y cosas mundanas. Es por esta razón que en la soledad el ser humano demanda un espejo simbólico en el que pueda reencontrar a los otros desde su interior. Es decir querer conocer a los demás más allá de su imagen. Pues ahora rodeados de tanta tecnología solo vivimos en un universo extrañamente parecido al original.

Jean Baudrillard pone como ejemplo a Disney World, un modelo perfecto de todos los órdenes de simulacros. En principio es un juego de ilusiones y de fantasmas. Disney existe para ocultar qué es el país “real”, toda la América “real”. Una Disneylandia es presentada como imaginaria con la finalidad de hacer creer que el resto es real, mientras que todo lo que la rodea no es ya real, sino perteneciente

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