Interculturalidad Del Ecuador
AChancay27 de Octubre de 2012
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terculturalidad en el Ecuador
Enrique Ayala Mora
1. Introducción
En los últimos tiempos se ha discutido mucho sobre la interculturalidad. Ésta es
una buena noticia, porque quiere decir que la gente se interesa en el tema. Sin embargo,
parece que aún quedan algunos puntos que deben ser clarificados y ciertos aspectos que
pueden ser mejor tratados.
Este trabajo se propone hacer un aporte al conocimiento de la interculturalidad y
de su vigencia en el Ecuador. Con un vocabulario sencillo, enfrenta la problemática
global en varias de sus dimensiones más complejas, con el fin de que los lectores,
especialmente quienes están al frente de las organizaciones sociales, tengan mayores
elementos de juicio para comprender la realidad de nuestro país.
Como su cuestión central no puede tratarse en forma aislada, este trabajo aborda
también temas como la nación ecuatoriana, las diversidades étnicas y regionales, los
derechos colectivos y la plurinacionalidad. Hace también algunas referencias a la
situación internacional. Concluye con una consideración sobre la unidad nacional y el
futuro de nuestro país.
La diversidad del Ecuador es nuestra riqueza. Pero puede ser también nuestro
peligro si no la asumimos desde la unidad del país como fundamento y como objetivo.
Por ello vamos a pensar el país en su rica diversidad, pero vamos a descubrir al mismo
tiempo su unidad y su proyección al porvenir.
2. El mito de la nación uniforme
La visión dominante
Hasta hace no mucho, un extranjero que llegaba al Ecuador, al mirar la
publicidad que aparecía en los medios de comunicación, se podía llevar la idea de que
este país estaba habitado exclusivamente por personas blancas, ya que esa publicidad
mostraba en sus imágenes a unos ecuatorianos de apariencia europea que bien podían haber venido de Suiza o Italia. También los textos escolares reproducían en sus gráficos
esta imagen de un país habitado por personas blancas y occidentales. Claro que una
breve caminata por las calles y mercados de cualquiera de nuestras poblaciones, le
convencían enseguida al visitante que esa visión dada por la publicidad y los manuales
de lectura, era falsa. La gente ecuatoriana es diversa. Hay mestizos de distintas
características, indígenas, negros y grupos de otras procedencias étnicas.
Ahora las cosas han cambiando un poco, pero la imagen de un país de blancos o
“blancomestizos” sigue bastante arraigada. Por más de un siglo se cultivó la idea de que
la nación ecuatoriana era uniforme o, en todo caso, debía llegar a serlo. Como no es
posible negar la presencia de indígenas y negros, se piensa que todo el mundo debe
tratar de aproximarse al estereotipo de “lo ecuatoriano” e “integrarse” a la sociedad
dominante. Para ello se ha buscado uniformar las costumbres, lengua y formas de
organización social de todos los ecuatorianos. Las prácticas y creencias indígenas se han
considerado “salvajes”, “primitivas” o puramente folklóricas; los idiomas de los pueblos
originarios se han reputado “incultos” y se ha tratado de eliminarlos. Los negros han
sido tratados con racismo, como advenedizos e inferiores.
La diversidad humana del Ecuador se da en medio de una variedad de climas,
espacios geográficos y realidades ambientales. Esta no es sólo una singularidad del país,
sino también la base de la formación de identidades regionales muy caracterizadas.
En las realidades geográficas y poblacionales diversas se han ido consolidando a
lo largo de nuestra historia, entidades regionales con perfiles culturales y políticos
propios. Esos espacios territoriales tienen poblaciones que han desarrollado identidades,
con su historia, sus costumbres, su manera de hablar, su comida muy característica. Esta
realidad no se da sólo en la diversidad de serranos y costeños, sino también en culturas
regionales configuradas y fuertes como la manabita y la lojana, para sóolo citar dos
ejemplos. Esta realidad ha sido vista por muchos como un obstáculo para la
consolidación de la unidad nacional, como una amenaza para el país, y se ha propuesto
la erradicación de los rasgos regionales, confundiéndolos con el regionalismo.
También ha habido una tendencia a ver al Ecuador homogéneo en las creencias
religiosas. Por años, este país tuvo a la católica como la religión del Estado, inclusive
hubo una constitución que exigía ser católico para ser ciudadano. Pero el advenimiento
del Estado laico permitió la libertad de conciencia y el derecho a la diversidad religiosa.
Ahora, en ejercicio de ese derecho, las personas en el país practican su religión sin
limitaciones legales. Una realidad diversa
Vista la realidad de nuestro país, es evidente que esta visión de la nación
ecuatoriana uniforme no es verdadera. El Ecuador es heterogéneo. Nuestro país es
pequeño, sobre todo si lo comparamos en el ámbito de América del Sur, pero no es
simple ni sencillo. Es una entidad social y política compleja. En muchos sentidos, lo es
mucho más que la mayoría de los países del mundo, algunos de ellos bastante más
grandes y poblados. En medio de una gran diversidad geográfica, aquí no hay sólo
mestizos. Existen compatriotas, individuos y pueblos indígenas enteros, que siendo
ecuatorianos, tienen costumbres, lengua, identidad diversa, asentada en la resistencia a
la Conquista, la Colonia y su continuidad republicana, o surgidos de la implantación de
comunidades negras que han logrado mantener su especificidad cultural. Aún más, es
claro que inclusive entre los mestizos hay una gran diversidad.
Históricamente, siempre se dieron manifestaciones de la diversidad étnica en el
Ecuador, pero sólo en las últimas décadas la idea del país mestizo homogéneo está
siendo superada. También se ha levantado una tendencia a la reivindicación de los
valores regionales y se han generado demandas de autonomía. Por otra parte, se han
dado otras demandas de igualdad efectiva. Las de las mujeres, por ejemplo. Aquí, como
en otros lugares, se reconocía una diferencia de género entre los seres humanos. Pero
esa diferencia no se asumió en términos de igualdad. Los hombres se consideraban
superiores a las mujeres. Y así organizaron la sociedad y el Estado. El machismo generó
tremendas desigualdades y se empeñó en mantenerlas. Aunque las mujeres han luchado
desde hace mucho por la igualdad, sólo en los últimos tiempos se ha comenzado a
aceptar esta dimensión de nuestra realidad y todavía hay un largo camino por recorrer.
También hay mucho que hacer en lo que se refiere a la tolerancia y garantía del derecho
a la diversidad para minorías sexuales, perseguidas y hasta criminalizadas aún en
nuestros días.
Hay también otras manifestaciones de la diversidad. Ecuador es uno de los
países de América con la más alta proporción de jóvenes. Pero esta diversidad
generacional ha sido muy escasamente tomada en cuenta. Las visiones dominantes son
de un país de adultos, en que los jóvenes son vistos como adultos pequeños a quienes
corresponde el “futuro” y no el presente. Pero la verdad es que la juventud no solo tiene
grandes valores, sino que ha generado una suerte de culturas propias que deben ser
consideradas como valores del país. Pero en nuestra realidad de diversidades y diferencias, no todo son valores.
Aquí, como en todo el mundo, en algunos aspectos las limitaciones físicas y de salud
hacen distintas a las personas. La falta de vista, la imposibilidad de caminar, son
realidades que diferencian a las gentes. Este lado negativo de la diversidad nunca estará
del todo compensado, aunque las sociedades desarrollen garantías y programas para las
personas con discapacidad. Un buen paso, sin embargo, es hacer conciencia de esta
realidad y comenzar a tomar medidas para remediarla.
La heterogeneidad y las diversidades se dan en una realidad de subdesarrollo y
de pobreza. Hay en el Ecuador grandes diferencias sociales de clase y en los últimos
tiempos la brecha entre ricos y pobres, lejos de reducirse, se ha agrandado, como ha
crecido también la distancia entre los países desarrollados y los subdesarrollados.
Aunque se han erradicado varias enfermedades, hay todavía otras que matan a gran
parte de nuestra población, especialmente a los niños.
3. Reconocimiento de la diversidad étnica
Raíces históricas
Desde hace doce mil años en las tierras que ahora son el Ecuador habitaron
pueblos indígenas procedentes, según se sabe, de Asia y Oceanía. Estos pueblos
construyeron grandes culturas, fundamentalmente a base del desarrollo de la agricultura.
Esos pueblos fueron conquistados por invasores europeos desde el siglo XVI. Se les
impuso leyes, costumbres y religión; se les sometió a la explotación y la muerte. Las
leyes españolas segregaron a la población y mantuvieron un “república
...