Juegos de atletismo

Roblan Gonzalez Medina

La escuela a la que yo asistí se llama Lic. Alberto Echandi Montero, a mi criterio una de las mejores escuelas que conozco, del primer, segundo y tercer grado tuve una maestra que no explicaba nada bien, se expresaba de manera muy poca entendible, la mayoría de las lecciones se la pasaba sentada y nos dejaba trabajando en unos libros que ella nos pedía ese libro tenía muchas prácticas, ella prestaba poca atención a nuestras cualidades pero uno pequeño es muy inocente y no ve esas cosas, me acuerdo que con la mínima torta nos regañaba muy feo. En cuarto grado me cambiaron de maestra una profesora más atenta y muy práctica  a la hora de dar las clases y nos facilitaba entender la materia, ella hacia muchas reuniones de padre de familia les hacía saber de lo que se veía y de la forma en que la daba y les pedía su opinión con respecto a su trabajo. Yo tuve problemas de sobre peso mis compañeros me molestaban mucho, me decían de todo tipo de apodos y principalmente en la clase de educación física, habían ejercicios que me costaban hacer pero gracias a Dios tuve un profesor muy especial y me incentivaba a que no les hiciera caso y me ayudaba a subir mi autoestima, muchas veces terminaba en la dirección acusando a ciertos compañeros y la directora igual era una señora muy especial y motivadora. En quinto y sexto la historia es puco más diferente nuevamente me cambiaron de maestra pero esta vez la profesora que me toco fue la mejor de todas ella se llamaba Lidied Rodríguez, ella era una persona muy especial, fue segunda mama de todos mis compañeros la mejor amiga de cada uno de nosotros, las clases que recibimos con ella fueron las mejores de toda la infancia de nuestra escuela, la forma con que ella explicaba y enseñaba era muy única y si hubiera algún problema familiar o social ella estaba constante y sus consejos estaban día y noche, fue tanto el cariño y aprecio que le teníamos que éramos la mejor sección, la directora nos quería mucho porque nos comportábamos de manera admirable y a ella le gustaba pasar en clases con nosotros, la directora llegaba todas las mañanas y nos contaba historias de ella y que nos hacían reflexionar y no cometer errores que nos fueran afectar con forme creciéramos. Mi maestra era tan atenta y nos conocía tanto que un día que íbamos para el comedor ella me vio que yo caminaba como cojeando y se preocupó, y le pregunto a mis papas que si me había pasado algo porque ella les dijo que yo en la mañana llegaba caminando bien y que después de los recreos venia  como cojeando, y un día ella me pregunto qué porque caminaba así y le dije que sentía una molestia en la pierna izquierda, me llevaron a sacar placas y descubrieron que tenía un deslizamiento de cadera, me internaron en el hospital de  Pérez como faltando poco para que terminaran las clases, y eso hizo que no hiciera los últimos exámenes y faltara mucho a clases, mi maestra y mi directora entendieron la gravedad de la situación y me ayudaron en la parte académica dándome un apoyo que así logre pasar el año y poder graduarme.

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