Juicio final.

Juicio final

La representación del juicio final corresponde a la escatología corriente de los primeros siglos del cristianismo, donde los muertos pertenecían a la Iglesia. No había lugar para la responsabilidad individual. Conforme van pasando los años, la gloria de Cristo siempre domina y aparece la resurrección de los muertos, la separación de los justos y los condenados. La idea de juicio es más fuerte, y lo que se representa es un tribunal de justicia. Se juzga a cada hombre según el balance de su vida, las buenas y malas acciones.

En aquellos tiempos existía un libro llamado el liber vitae, un libro llevado ante el juez el día final. Este libro se convirtió en el libro de cuentas individual, un balance de cuentas que deberán presentar a las puertas de la eternidad. Hay que tener en cuenta que el momento donde se cierra el balance no es el momento de la muerte , sino el último día del mundo al final de los tiempos. La idea del juicio final está ligada con la de biográfica individual donde se te juzga por todas las acciones buenas y malas que hiciste a lo largo de tu vida que se termina al final de los tiempos, no a la hora de la muerte por el espacio que hay entre esta y el fin de los tiempos.

En el juicio final, la balanza donde se pesan el bien y el mal ya no sirve. Es una lucha cósmica entre las potencias del bien y del mal que se disputan la posesión del moribundo, y el propio moribundo asiste al combate como un extraño, aunque sea él mismo el que está en juego.  Dios ya no aparece como juez, sino como un arbitro. Por el otro lado, se puede ver que Dios y su corte están presentes para comprobar cómo se conducirá el moribundo en el curso de la prueba que se le propone antes del último suspiro, y que va a determinar su destino en la eternidad. El moribundo ve toda su vida antes de morir y será tentado por la desesperación de sus faltas o por la gloria de sus buenas acciones. Su actitud de ese momento borrará de golpe los pecados de toda su vida si rechaza la tentación o anulará todas sus buenas acciones si cede.  

La muerte ha adoptado un carácter dramático y una carga emocional de la que antes carecía. Pero los deseos del moribundo se respetan incluso después de su muerte y a la hora de la muerte los familiares se encuentran reunidos junto con el moribundo y después se hace una ceremonia con todos aquellos que conocían y querían al difunto. La muerte es el sitio donde el hombre adquirió mayor conciencia de sí mismo.

Hoy en día, el juicio final si está en nuestra mente, mínimo por parte de los católicos - cristianos. Todos los días tratamos de hacer cosas buenas y ser buenos con nuestro prójimo para que el día en que muramos Dios tenga compasión de nosotros y vea que hemos sido buenos para que nos deje entrar al reino del cielo junto a Él. Siempre que hacemos algo malo nos sentimos culpables y buscamos el perdón de los demás y sobretodo de nuestro padre por medio de la confesión y de la realización de actos buenos en nuestra comunidad. El juicio final está ligada a cada persona de forma individual porque cada quien es dueño de sus actos y sabe que al final de sus días el único que sabe todo lo que hacemos así como las intenciones de hacerlo es Dios y es el único que puede juzgar a las personas por sus acciones en este mundo.

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