Juicio

Juicio viene del latín iudicium, va con respecto al verbo juzgar como iudicare, sobre los elementos del latí ius, contemplando la ley o normativa, y del verbo dicere, que se lo interpreta como decir o bien como dictamen. Al asociarles con el vocablo ius y dicere, se identifica la influencia en justo (iustus), prejuicio (praeiudicium), justicia (iustitia) o jurisprudencia (iusprudentia).

Aristóteles afirmaba que: “El juicio es el pensamiento compuesto de más de una idea, pero dotado, a la vez, de una unidad especial que se logra por medio de la cópula”.

Justicia es un concepto propio del Derecho, pero se origina en el judeocristianismo. Ya que hacen referencia a diferentes tipos de juicios como lo es el final o el universal. La idea fundamental de tal concepto es la siguiente ya que va consecuentemente con el final de los tiempos ya que algún día los hombres tendrán que presentarse frente a Dios y reconocer todos los pecados cometidos, para los cristianos el juicio final se dará origen después de la segunda venida de Jesucristo. Para los judíos el Rosh Hahaná es el día en el que toda la humanidad será juzgada.

Podemos encontrar en el antiguo testamento una relación del termino juicio en la época del Rey Salomón. Su decisión final resulto modélica y por ese motivo su decisión es denominada como decisión salomónica.

En el Juicio de Paris según relatos que podemos encontrar en la mitología griega el Rey Peleo y la nereida Tetis quienes organizaron una boda a la que fueron invitados los dioses del Olimpo y algunos mortales. Mientras se daba la celebración apareció Heris, quien no fue invitada al banquete.

Al ser ofendida con tal muestra de desprecio, se acercó a la mesa central del banquete y sobre una vasija lanzó una manzana de oro, mientras lo hizo afirmo que aquel regalo seria para la diosa más hermosa. En la mesa se encontraban las diosas más importantes del Olimpo: Hera, Afrodita y Atenea. Cada una de ellas se sintió importante ante tal muestra de afecto e intentaron adueñarse de la manzana. En ese momento Zeus intervino calmando la situación. Sin embargo ninguno de los presentes se atrevió a decir quién era la diosa más hermosa, pues sabían que al hacerlo podían desatar la furia de las otras diosas.

Ya que nadie pudo solucionar el conflicto Hermes fue el encargado de buscar un joven que sea juez imparcial sugiriendo al príncipe Paris. Este al ser informado de la disputa recibió distintos halagos y ofrecimientos por cada una de las diosas tratando de convencer que solo una de ellas era la más hermosa.

Atenea soborno a Paris ofreciéndole sabiduría infinita. Hera, esposa de Zeus le ofreció el trono de Asia y otros grande poderes. Afrodita, la diosa del amor, le dijo que si ella era elegida obtendría el amor de la mujer más hermosa de la Tierra.

París al no decir ninguna palabra y las diosas molestas por las dudas del juez, las diosas

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