LA CIENCIA Y SU PROBLEMÁTICA CONCEPTOS Y PROBLEMAS DE LA CIENCIA
Daniel BaldocedaResumen13 de Junio de 2017
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PROGRAMA DE FORMACIÓN GENERAL: FILOSOFÍA
GUÍA TEÓRICA PARA LA SESIÓN 06
LA CIENCIA Y SU PROBLEMÁTICA
CONCEPTOS Y PROBLEMAS DE LA CIENCIA
INTRODUCCIÓN
En la presente sesión abordamos algunos conceptos y problemas básicos en torno a la labor científica. Frente a su indudable vigencia en el mundo globalizado, la ciencia y la tecnología presentan nuevos e importantes desafíos a la sociedad. De manera sumaria analizamos la definición de ciencia, el problema de su clasificación, las relaciones entre ciencia, tecnología y cultura, con el propósito de introducir al estudiante en la reflexión sobre el quehacer científico y el impacto que supone para su desarrollo profesional.
Además se abordará los problemas en torno al método científico, apuntando a presentar sus logros, como el baluarte que permite el desarrollo de las ciencias.
CONCEPTOS Y PROBLEMAS GENERALES DE LA CIENCIA
César León
Puede parecer obvio: no es posible entender la cultura, la economía, el arte, la política, el conocimiento y las distintas formas de la experiencia humana desligados de los avances de la ciencia. Sin embargo, si preguntáramos qué es y en qué se diferencia de otras formas de conocimiento, cuál es su relación con la tecnología, qué tipo de problemas promueve y qué podemos esperar de ella en la actualidad, el asunto, aun esbozado de manera rápida, se encuentra lejos de ser evidente. Con la ciencia sucede lo mismo que con otros conceptos familiarizados con el día a día: Tiempo, alma, amor, etcétera. Muchos los mencionamos en diferentes circunstancias, pero cuando nos piden que las definamos…. Nos damos con la sorpresa que esto no es tan sencillo.
En los siguientes párrafos intentaremos acercar al estudiante a algunos de los principales problemas que se generan en torno al quehacer científico, enfocándonos, por un lado, en el problema de la definición y clasificación de la ciencia, así como a sus estrechas e indisolubles relaciones con la tecnología. Asimismo, propondremos un concepto diferente –tecnociencia– para echar otras luces sobre esta actividad, en vista de las nuevas perspectivas que plantea nuestro futuro próximo.
- La ciencia
Es frecuente caracterizar a la ciencia como un cuerpo organizado de conocimiento obtenido a través del método científico. La racionalidad, sistematicidad, objetividad y el rigor de las indagaciones científicas intentarían dar cuenta de su carácter. Así, Bunge (2000) señala:
La ciencia es un conocimiento de naturaleza especial: trata primariamente, aunque no exclusivamente, de acontecimientos inobservables e insospechados para el lego no educado; tales son, por ejemplo, la evolución de las estrellas y la multiplicación de los cromosomas; la ciencia inventa y arriesga conjeturas que van más allá del conocimiento común, tales como las leyes de la mecánica cuántica o de los reflejos condicionados; y somete esos supuestos a contrastación con la experiencia con ayuda de técnicas especiales como la espectroscopia o el control del jugo gástrico, técnicas que, a su vez, requieren teorías especiales. (p. 20).
Por otra parte, autores como Jorge A. Serrano (1992) han destacado:
…la ciencia no es tanto ni necesariamente un modo de producir conocimiento objetivo de la realidad, como la manera o modo de elaborar las proposiciones racionalmente más persuasivas acerca de la realidad y así capaz de generar y extender el consenso entre los iniciados.” (p. 227).
Y, más adelante, señala:
Precisamente en el orden científico, lo que denominamos objetividad no nos viene dado; más bien es algo reconocido, consentido, somos racionalmente persuadidos en ese aspecto. De esta forma se recupera el que la ciencia es, ante todo –o, si se quiere, en gran parte–, un modo persuasivo de conocimiento racional; esto independientemente de que aproximarnos al concepto de ciencia por esta vía no es lo mismo que identificar lo que constituiría su diferencia específica o haber apresado su esencia misma (p. 232).
Comprender la ciencia como un modo persuasivo de conocimiento racional, implica remarcar la necesidad de consenso que la ciencia exige entre los iniciados. Como práctica social, la labor científica no es, entonces, un acercamiento prístino y desprejuiciado a la realidad, sino que, formando parte de ella, constituye una exploración racional sistemática, sujeta permanentemente a cambios y revisiones.
- Clasificación de la ciencia
Existen diversos criterios para establecer clasificaciones de la labor científica. Todas ellas sujetas a una concepción particular de la ciencia que, obviamente, podría ser debatida. Una propuesta de clasificación es la que encontramos en Julio Sanz (1987, p. 121):
Ciencias teóricas y ciencias aplicadas
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No sería posible consignar en un cuadro todas las disciplinas científicas. Sin embargo, es deseable que las propuestas de clasificación mencionadas constituyan una primera orientación sobre las diferentes clases de ciencia, teniendo en cuenta sus objetos de estudio y sus funciones.
- Ciencia, tecnología y cultura
Consideramos útil ilustrar la forma en que la ciencia, la tecnología y la cultura se vinculan en tejidos que es difícil separar entre sí. La profunda imbricación entre la tecnología y la vida humana abarca no solamente las cosas que usamos, sino las que tenemos dentro de nuestro cuerpo (alimentos elaborados, prótesis), los lugares que habitamos, los medios en los que nos movemos, la forma en que nos comunicamos, etc. Estas categorías, por lo tanto, han perdido su integridad disciplinaria.
Según Menser y Aronowitz son posibles varios tipos de relaciones entre estos ámbitos (1998, p. 25). Esquemáticamente podemos presentarlas así:
- La tecnología modela la cultura
- La ciencia proporciona una base epistemológica a la tecnología
- La ciencia como epistemología presupone lo tecnológico
- La tecnocultura produce tecnociencia
- La cultura siempre es tecnológica, pero no siempre científica, etc.
Esto significa que tratar de elucidar los problemas que genera el quehacer científico implica poner al descubierto toda una gama de relaciones con diferentes ámbitos de la realidad. Es indesligable del concepto ciencia, por ejemplo, la noción de tecnología. Algunos autores prefieren hablar de tecnociencia para referirse a este fenómeno que abarca diversos sectores de la realidad, definiéndolos y afectándolos de forma tan perceptible como profunda.
- La tecno ciencia en la sociedad del conocimiento
Los cambios ocurridos en la segunda mitad del siglo XX transformaron la sociedad industrial que había prosperado a partir del siglo XVIII. El concepto de sociedad del conocimiento intenta dar cuenta de los rasgos distintivos de la sociedad contemporánea. En palabras de León Olivé (2007):
Las acepciones más comunes de este concepto se refieren a fenómenos como el incremento espectacular del ritmo de creación, acumulación, distribución y aprovechamiento de la información y del conocimiento, así como al desarrollo de las tecnologías que lo han hecho posible, entre ellas de manera importante las tecnologías de la información y de la comunicación que en buena medida desplazaron a las tecnologías manufactureras. Se refiere también a las transformaciones en las relaciones sociales, económicas y culturales resultado de las aplicaciones del conocimiento y del efecto de dichas tecnologías. Entre ellas se encuentra una desplazamiento de los conocimiento hacia un lugar central como medios de producción y, por tanto, una creciente importancia de las personas altamente calificadas en cuanto a sus habilidades y conocimientos como insumos en la producción de bienes y servicios, a grado tal que en algunos procesos son mucho más relevantes que los recursos naturales. (p. 46)
Se trata, pues, de un conjunto de rasgos que determinan nuestra forma de comunicarnos, educarnos, transmitir información y de una mayor valoración de las personas académicamente calificadas en los procesos productivos y económicos. La nueva dinámica social, sin embargo, nos permite avizorar un futuro que, sin ser totalmente incierto, se presenta como un desafío y una urgente responsabilidad a nivel global. Teniendo en cuenta esto, es posible realizar distinciones significativas entre ciencia y tecnociencia, término que convendría mejor al tipo de práctica que, sin haber reemplazado completamente a la ciencia tradicional, resumiría mejor algunas características claves de la actividad científica actual. En el siguiente cuadro presentamos algunas de las diferencias más interesantes que Javier Echeverría (1999, p. 57) realiza entre ambos conceptos:
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