LA NUEVA GESTIÓN PÚBLICA Y EL USO DE LAS NUEVAS TECNOLOGIAS DE INFORMACIÓN Y COMUNICACIONES: CASO MUNICIPIO DE SANTIAGO DE QUERETARO Y GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL.
miriamnancy9 de Abril de 2012
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LA NUEVA GESTIÓN PÚBLICA Y EL USO DE LAS NUEVAS TECNOLOGIAS DE INFORMACIÓN Y COMUNICACIONES: CASO MUNICIPIO DE SANTIAGO DE QUERETARO Y GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL.
“El empleo correcto de las palabras no será
sólo una cuestión de gramática lógica, sino de
perspectiva histórica, puesto que una cierta sordera a
los significados lingüísticos ha tenido como
consecuencia un tipo de ceguera ante
las realidades a las que corresponden”
(Hannah Arendt, ¿Qué es la política?, p. 12?)
Introducción
Las últimas décadas han estado marcadas por una amplia proliferación impresionante de estudios de campo, que en su mayoría se han desarrollado en los Estados Unidos con líneas marcadas en administración pública, políticas públicas o gerencia pública (nueva gestión pública) . Todas estas investigaciones con “el interés cada vez mayor por entender el comportamiento de las organizaciones públicas y de los individuos que participan en ellas, pero también por aportar herramientas y conceptos que faciliten el trabajo de los funcionarios públicos” (Lhérisson citado en Lynn y Wildavsky, 1999: 7).
El propósito de este ensayo es dar a conocer la importancia que el enfoque de la Nueva Gestión Pública en las últimas décadas ha tenido en diversos escenarios, desde su propia interpretación del concepto que lleva a la discusión teórico-práctica en la realidad. Como el uso implícito de cada una de las técnicas que provee para la mejora de los procesos en los cuales se implementa como es la inclusión de nuevas tecnologías de información y comunicaciones en el quehacer gubernamental.
1.- En búsqueda de nuevos derroteros para la mejora de la administración pública
Desde sus azarosos comienzos el Estado suele acudir a sus instituciones -sociedad civil, régimen político, aparato del Estado y su administración-, para responder a su población y hacer frente a los cambios sociales producto del desarrollo político, social, económico, tecnológico, cultural, etc., factores que lo obligan a modificar arbitrariamente una y otra vez sus reglas de acción, tal lo menciona Bresser “los Estados nacionales modernos emergieron –el absoluto, el liberal, el liberal democrático, el social-democrático y el emergente Estado social-liberal” (Bresser, 2001:3), sin embargo, solo se han identificado tres tipos de modelos de administración: patrimonial, burocrática y la emergente administración gerencial (o nueva gestión pública). Lo que hace atractivo el empezar a definir el ¿Qué? para integrar el ¿Cómo?
A partir del siglo XIX, la AP ha hecho más evidente su dificultad de transitar en la vida pública, desde sus orígenes se ha readecuado casi de manera permanente y emergente por las sociedades complejas, diversas y multiculturales lo cual hace imposible dar solución a demandas particulares de manera estandarizada y resolver problemas de cada parte de la sociedad. La prioridad de reformulación de su modo de abordar los problemas implica una ardua indagación e inclusión de nuevos enfoques que promuevan respuestas adaptables a las demandas de un contexto en particular.
En la evolución de la AP, se le ha acusado de dejarse llevar por modas que desvirtúan la identidad y esencia de ésta con el fin de encarar realidades con problemas distintos, en consecuencia, es importante señalarse que no se debe dar paso atrás en la utilización de nuevas sendas que aporten las herramientas para un mejor desempeño del gobierno y sus administraciones .
Conviene destacar que la administración pública no está reñida con la eficiencia ni la productividad, debe en todo momento, tener mejor capacidad instalada para llevar a cabo sus operaciones; lo inaceptable es que los medios administrativos se sobrepongan a los objetivos normativos y sustantivos que deben cumplir, por que se da paso a posturas que, sin fundamento, sostienen que es una institución neutral ante la vida social y política (…) Los compromisos axiológicos que esta tiene no permite que sea neutral ante la vida comunitaria, como tampoco las técnicas y tecnologías que utilizan son neutrales; responde a valores, fines y objetivos en razón del poder, las transferencias y los intereses de las clases gobernantes y los cuadros administrativos (Uvalle, 2007:14).
Lo interesante es entender a la administración pública no sólo desde el enfoque tradicional, sino por el contrario reiterar la necesidad de ampliar los alcances que pueden traer consigo otros enfoques, empero, reconocer también los limites de estos, con el fin de que la función pública logre un gobierno efectivo, eficiente y eficaz en su actuar y que sea capaz de dialogar de forma constructiva con su principal evaluador: el ciudadano. Subsiguientemente, los nuevos derroteros no traen consigo resultados por default, pues marcan la condición de venir acompañados por las capacidades institucionales y de revisiones continuas de éstas porque de ellas depende el modificar y fortalecer lo existente, promoviendo a su vez la calidad de la gestión pública que se desarrolla .
En este sentido la transformación no incluye solo la aplicación técnica y tecnológica de los medios para mejorar los procesos y responder a la velocidad inédita de los contextos sociales, sino que llama a una transformación de fondo a partir de reflexionar ¿Qué Estado somos? ¿Cuál es el fin del Estado?, para poder así empezar a diseñar las herramientas y medios que orienten y permitan alcanzar los fines planteados. Pichardo menciona [todo cambio en la administración pública parte del] “(…) seno del Estado. Omitir este hecho, conlleva a considerar que los asuntos de la Administración pública se resuelven con el uso intensivo de las técnicas y las tecnologías, cuando la efectividad de estas depende de cómo se valora y revaloran las instituciones administrativas entendidas como la palanca que concreta la efectividad estatal” (2004: 77-78). De esta manera, se señalaba la importancia de factores que explican la rápida transformación de las sociedades se incluye:
1. Los cambios tecnológicos, especialmente en las áreas de la información y las comunicaciones.
2. El desarrollo económico, que se traduce en incrementos en los niveles de vida; en particular, en aumentos en el ingreso personal disponible.
3. El desarrollo cultural, que se transforma en mayor calidad y alcance de la educación personal.
4. La creciente madurez política del ciudadano, que exige cada vez mayor representatividad, trasparencia, responsabilidad; en una palabra mayor apertura democrática a las instituciones políticas.
5. Las preocupaciones sociales de la última generación. (Pichardo, 2004:58)
La OCDE (2003) reflexiona que “el desafío central es encontrar un equilibrio entre la necesidad de mejorar la coordinación y los enfoques compartidos por una parte, y la promoción de la flexibilidad, la innovación y la responsabilidad individual”. Aunque mucho de los científicos sociales opta por la búsqueda de crear métodos que sean adoptados y aceptados por todos, pero en este texto eso no es lo importante, ya que se centra en encontrar y depurar las piezas que no encajan y colocar las piezas correctas en la posición adecuada. Por lo tanto, es pertinente analizar a la NGP como un enfoque que implícitamente esta trabajando con las administraciones en la actualidad.
2.- La Nueva Gestión Pública (NGP) y su impulso a las Tecnologías de Información Y Comunicaciones (TIC´s) en el sector público.
A finales de la década de los setenta la NGP, se trato con más auge en EE.UU., principalmente en el ámbito académico, aunque se vio más reflejado en la administración británica con la Primer Ministro Margaret Thatcher en el Reino Unido a principios de los años ochenta con las reformas gerenciales .
En el desarrollo del enfoque se reconoce que desde la década de los ochenta la administración pública ha emulado algunas de las medidas implementadas en el sector privado que en mayor medida le ha generado una serie de críticas por usar técnicas de la empresa o trabajar bajo reglas del mercado, tal como fue visible en los regímenes de Ronald Reagan y Margaret Thatcher. Aunque Uvalle conviene que el Estados debe allegarse de los mecanismos para recuperar la confianza de los ciudadanos en la calidad de los bienes y servicios que produce la administración pública (2005:124).
En consecuencia, la Nueva Gestión Pública (NGP) “se erige en respuesta a las fallas operativas y funcionales de la administración del bienestar estatizado, apunta por la senda de acelerar los procesos de innovación tecnológica en la organización administrativa del Estado para reducir los costos improductivos, los gastos irrecuperables –barril sin fondo-; postula mejorar el rendimiento institucional de frente a los ciudadanos, hacer más ágil las estrategias gubernamentales en lo referente a la calidad de los bienes y servicio” (Uvalle, 2005: 122).
Dentro de esa ola de cambios, nuevas formas de gestión en la administración pública fueron tomando preponderancia en la escena nacional, primero dentro de los países desarrollados, para luego ingresar en la realidad de muchos otros países alrededor del mundo . Estas nuevas prácticas, agrupadas bajo la noción de Nueva Gestión Pública (NGP), reúnen una serie de características comunes, algunas indiscutibles y otras más debatibles, de acuerdo a quienes se han dedicado a estudiar el tema (Gruening, 2001, 2 Citado en Arellano, 2010). Asimismo, el mayor uso de tecnologías de información es también
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