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LA PRESIÓN ADULTA Y EL REALISMO MORAL


Enviado por   •  7 de Marzo de 2014  •  2.359 Palabras (10 Páginas)  •  2.171 Visitas

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LA PRESIÓN ADULTA Y EL REALISMO MORAL (Jean Piaget)

Las primeras formas de conciencia del deber en el niño son esencialmente de manera heterónoma. La heteronomía no era suficiente para transformar la conciencia y que entre la obligación y el egocentrismo se llegaba fácilmente a un compromiso. La cooperación es necesaria para la conquista de la autonomía moral. pero la presión moral está muy cerca de la presión intelectual, y el absoluto literal que el niño concede más o menos a las reglas recibidas desde afuera, actitudes que adopta frente al lenguaje o a las realidades intelectuales impuestas por el adulto.

Realismo moral: la tendencia del niño considerar los deberes y los valores que se relacionan con ellos como subsistentes en sí mismos, independientemente de la conciencia y como obligatoriamente impuestos, el realismo moral comporta tres caracteres.

• Para el Realismo moral, el deber es esencialmente heterónomo, sean cual sean las consignas que prescriban, es bueno o malo. La regla no es una realidad elaborada por la conciencia, ni siquiera juzgada o interpretada por la conciencia: se da acabada exteriormente a la conciencia; se concibe como revelada por el adulto e impuesta por este. El bien se define rigurosamente a través de la obediencia.

• La regla no debe ser observada al pie de la letra y no en espíritu, se puede concebir una moral de la heteronomía que insiste en el espíritu de las reglas más que en su contenido material. Al iniciarse la evolución moral del niño, la presión adulta produce una especie de realismo del detalle.

• El realismo moral lleva consigo una concepción objetiva de la responsabilidad, se reconoce a partir de este criterio. Concibiendo las reglas al pie de la letra y definiendo el bien solo a través de la obediencia.

EL MÉTODO: Las observaciones pura es el único método seguro, permite la adquisición de hechos fragmentarios y poco numerosos. Por lo que respecta a las reglas morales que el niño recibe del adulto, es importante imagina una investigación directa a través de un interrogatorio. El pensamiento verbal, que trabaja con representaciones evocadas por medio del lenguaje y no con cosas percibidas durante la acción. El niño tiene un pensamiento verbal superpuesto a su pensamiento activo.

Existen autores que consideran indispensable codificar las normas, admiten pues con o sin discusión el postulado de que hay una relación entre la reflexión moral y la práctica, porque aquella sirve de reflexión, constituye una toma de conciencia de la acción. Es posible que haya una correlación entre juicio de valor verbal o teórico y las evaluaciones concretas que se operan en la acción. En el terreno intelectual que el pensamiento verbal del niño consiste en una toma de conciencia progresiva de los esquemas construidos a través de la acción.

El pensamiento verbal está rezagado, respecto al pensamiento concreto, se trata de construir simbólicamente y en un terreno distinto, las operaciones ya ejecutadas anteriormente. En el terreno de la moral, habría simplemente un desfase entre el juicio del valor y las evaluaciones concretas del niño. El juicio teórico no corresponde a la misma acción, sino a los juicios que la acompañan, pero es natural puesto que el egocentrismo es inconsciente, mientras que el respeto al que el niño se cree sometido durante su acción es solo consciente.

A la práctica racional de la regla que va unida al respeto mutuo, corresponde a un juicio teórico que atribuye a la regla un carácter de autonomía total. En el terreno del por lo menos el juicio teórico corresponde al juicio practico, no significa que el juicio teórico traduzca la acción real del niño, sino que corresponde, a los juicios que el niño efectúa en el mismo. El juicio verbal va retrasado respecto al juicio efectivo: la noción de autonomía se representa en este modo en el niño con un año de retraso.

LA RESPONSABILIDAD OBJETIVA: TORPEZAS Y EL ROBO

El niño parece pasar por un estadio durante cual la regla es como una realidad obligatoria e intangible. Es conveniente buscar hasta donde se extiende este realismo moral y, en particular si la presión adulta, se halla en su base llega a desencadenar en el niño el fenómeno de la responsabilidad objetiva. Muchas veces los pequeños valoraban la gravedad de la mentira, no en la función de las intenciones de su autor, si no en la función de la falsedad de sus afirmaciones. Las torpezas del niño tienen una función importante de hecho, aunque perfectamente desproporcionada en derecho en los conflictos con el grupo de adultos que lo rodean. La torpeza es, en mayor o menor grado, consecuencia de negligencias o desobediencia, y los sentimientos del niño están teñidos de cierta mística de justicia inmanente. Los actos se valoran en función de resultado material e independiente de las intenciones en juego. Según los demás solo cuenta la intención. Es indudable que la responsabilidad objetiva disminuye con la edad. Obtendremos una media de 7 años para la responsabilidad objetiva y de 9 años para la responsabilidad subjetiva.

Antes de hablar de responsabilidad objetiva hay que preguntarse si el niño no hace implícitamente una distinción análoga a la de la moral y ciertas sanciones jurídicas en el adulto, por lo que respeta a la mentira, toda la consideración de la perdida material queda descartada; intentaremos probar que los juicios del niño implican una responsabilidad objetiva. Desde luego, la preocupación por la pérdida material domina sobre la cuestión de la obediencia o no de obediencia a las reglas, pero es una forma de la responsabilidad objetiva en la medida que el niño no disocia el elemento de responsabilidad civil, vemos como los niños, incluso entre los más jóvenes de cuentos son capaces de captar los matices morales exactos y de tener en cuenta las intenciones. Evaluaciones basadas en la perdida material son solo un producto de la presión adulta refleja a través del respeto infantil más que de un fenómeno espontaneo de la psicología del niño. El adulto actúa contra las torpezas, protesta.

En la medida en que los padres no saben comprender las situaciones y se abandonan a su mal humor en función de la materialidad del acto, el niño empieza por adoptar este punto de vista y aplica al pie de la letra de las reglas, en la medida en los que los padres saben ser justos y sobre todo. En la medida en que, con la edad, el niño opone a las reacciones adultas su propio sentimiento, la responsabilidad objetiva pierde responsabilidad. Responsabilidad subjetiva, esta predomina cada vez más a medida que aumenta el desarrollo:

La responsabilidad objetiva disminuye con la edad, en general, se trata de dos procesos que

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