LA ÉTICA Y SU PRESENCIA EN LA FUNCIÓN PÚBLICA: DILEMA DE NUESTROS TIEMPOS.

LA ÉTICA Y SU PRESENCIA EN LA FUNCIÓN PÚBLICA: DILEMA DE NUESTROS TIEMPOS.

Antes de iniciar el análisis de la ética, es necesario definirla, en este sentido, la palabra ética proviene del griego ethos, que significa costumbre, hábito, de igual forma en latín, la palabra costumbre se designa con el término mos, moris, que también se traduce como moral. Con base en estas etimologías, es común llamar moral a la ética, sin embargo, el carácter moral expresa el modo de ser del hombre por medio del cual éste conoce, juzga y actúa justa o injustamente, por su parte, el término costumbre acompaña a la condición humana y va forjando su conducta, por lo que se puede decir que la ética y la moral son hermanas siamesas que van de la mano inseparablemente, haciendo referencia al modo de ser de las personas.

Con base en lo planteado, se entiende la importancia de la ética en la vida del hombre; puesto que gracias a ella el ser humano le da sentido y calidad a su vida o más específicamente a sus acciones, proyectándose hacia una finalidad y auto determinando su conducta en pro de la moral; en este orden de ideas, es oportuno destacar que la ética trae consigo una serie de normas o principios que fundamentalmente apuntan al logro de lo bueno y lo justo, es por ello que la ética como filosofía moral lleva a cabo tres tareas esenciales: dilucidar en qué consiste lo moral, intentar fundamentar lo moral e intentar una aplicación de los principios fundamentados a los diferentes ámbitos de la vida social (Cortina,1997), esta filosofía ética debe ser aplicada por los hombres, en todos los contextos que conforman su esfera social, ya sea en lo religioso, en lo familiar y en lo profesional.

Todo lo anterior, permite entender la importancia de la ética para la sociedad, debido a que la práctica de esta y de sus principios de honestidad, solidaridad, equidad, justicia, decoro, lealtad, disciplina, responsabilidad, entre otros, hacen más satisfactoria la convivencia humana; pero la ética se aplica también para el bien común convirtiéndose en una ética pública, para todos por igual, es decir, una ética que está presente en los servicios, en las instituciones, en las empresas del pueblo, señalando principios y valores deseables para el hombre que pretende cumplir con una función pública, pero ¿qué le ofrece la ética al servidor público?, conocimientos que le permitirán actuar cabalmente en cada situación que se le presente, una sabiduría con la cual podrá elegir aquella situación que represente la justicia y el bienestar para la comunidad, de igual manera, la ética establece los criterios o principios que todo servidor público debe tener en cuenta al momento de llevar a cabo su labor y que sus acciones se orienten al logro del bien para la colectividad, pero sobre todo la ética pública enmarca todo un proceso en el que se construyen las reglas o normas que posibilitan un mejor desarrollo de la convivencia, de la autonomía y de la libertad del hombre.

La ética dentro de la función pública se sustenta en la idea del servir a los demás, es por tal

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