LIBRE DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD
FABIANFIGUEROA29 de Julio de 2012
895 Palabras (4 Páginas)887 Visitas
ENSAYO SOBRE EL GOBIERNO CIVIL
JOHN LOCKE
Jhon Locke había nacido en 1632, cincuenta años después que Hobbes. Apenas había tomado conciencia de su existencia en el mundo cunado se encontró metido en una tempestad que debía durar hasta 1660, fecha de la restauración de los Estuardos. El padre de Locke, notario, puritano ferviente, tomó, a titulo de tal, el partido del Parlamento durante la guerra civil y combatió como capitán de caballería. Realizó sus estudios en Westminster y después en Oxford.
Como medico conoció a Lord Ashley, muy pronto Conde de Shaftesbury, uno de los hombres políticos más atrayentes y engañosos de la Restauración, quien lo convirtió en su hombre de confianza.
El titulo exacto del libro es el siguiente: Segundo tratado del gobierno civil…: Ensayo sobre el verdadero origen, la extensión y el fin del gobierno civil. Lo de segundo tratado se debe a que en un primer tratado (publicado por los demás, al mismo tiempo) Locke se había impuesto como tarea refutar los falsos principio de una obra del escritor absolutista Sir Robert Filmer, el Patriarcha, que hacía reposar el derecho divino de los reyes en los derechos de Adán y de los patriarcas.
En el segundo tratado o Ensayo, el propósito de Locke es exponer, después de muchas otras, su teoría del Estado, buscando los fundamentos de la asociación política (gobierno civil), delimitando su dominio, extrayendo las leyes de su conservación o de su disolución.
La sed de Hobbes era, la autoridad absoluta, sin fisuras, que elimina todo riesgo de anarquía, aun exponiéndose a sacrificar la libertad. La sed de Locke que explican su formación religiosa, las peripecias de su existencia, sus decepciones después de la restauración y, en fin, su estancia en Holanda, es el antiabsolutismo, el deseo violento de la autoridad contenida, limitada por el consentimiento del pueblo, por el derecho natural, a fin de eliminar el riesgo de despotismo, de arbitrariedad, aun exponiéndose a abrir una brecha a la anarquía.
Locke va a partir, como Hobbes, del estado de naturaleza y del contrato originario; pero dará de ellos una versión nueva, que le permitirá exigir en regla la distinción entre el poder legislativo y el poder ejecutivo, así como llegar, después, a una limitación completamente terrestre, completamente humana, del poder sancionada, en última instancia, por el derecho de insurrección de los súbditos.
Siguiendo la moda intelectual de la época, Locke parte, pues, del estado de naturaleza y del contrato originario que dio nacimiento a la sociedad política, al gobierno civil. Todo el problema esta para el en fundar la libertad política sobre esas mismas nociones, de las que Hobbes extraía una justificación del absolutismo. Alarde, acrobacia intelectual, que no está por encima de las fuerzas dialécticas del ingenioso Locke.
Es la existencia de los derechos naturales del individuo en los estados de naturaleza la que va a proteger a este individuo de los abusos del poder en el estado de sociedad. Esto es posible porque en primer lugar, el estado de naturaleza de Locke, contrariamente a la de Hobbes, los derechos naturales, lejos de ser objeto de una renuncia total por el contrato originario, lejos de desaparecer barridos por la soberanía en el estado de sociedad subsisten. Y subsisten para fundar precisamente la libertad.
El estado de naturaleza es un estado de perfecta libertad y también un estado de igualdad (Hobbes también lo veía así). Este estado de libertad no es, en modo alguno, un estado de licencia y no implica, como tampoco el estado de igualdad, la guerra de todos contra todos que Hobbes nos pitaba con espantosos rasgos. Porque la razón natural “enseña a todos los hombres, si quieren consultarla que siendo todos iguales e independientes nadie debe perjudicar a otro en su vida, en su salud, en su libertad, en su bien”.
...